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viernes, 29 marzo 2024

Locura de una tarde de verano

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Era un típico día de calor en Sabratha y la mayoría de los habitantes de la localidad aprovechaban las hermosas playas para refrescarse. Faltaban un par de días para el comienzo del sagrado mes del Ramadán y, como la mayoría de las familias libias, los que se acercaban a la playa no iban a considerar perfecto el viaje sin una pequeña barbacoa y una gran sandía para compartir. Así es como Rabee Mohammed, un dentista local, había planeado pasar la tarde.
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Pero lo que Rabee no sabía es que su lugar favorito en la playa, un rincón algo apartado junto al precioso acantilado de Al-Jurof, era ese día el punto más agitado de la playa, con la presencia nada habitual de un buen número de ambulancias y vehículos de la Cruz Roja. Algo confuso pero intrigado, instaló a su familia a distancia del alboroto y se acercó para ver qué estaba pasando. Al llegar a la altura de las ambulancias y de los vehículos de la Cruz Roja, pudo distinguir un gran ajetreo en una zona más alejada de la playa. Percibió un olor muy fuerte que no había olido nunca. Con cierto desasosiego, le preguntó a un caballero mayor que andaba por allí qué había sucedido. “Han encontrado más”, dijo el hombre. Sin saber a qué se refería, Rabee vio a dos voluntarios de la Cruz Roja que venían hacia él con lo que parecía un saco negro para cadáveres sobre una camilla. Inmediatamente se dio cuenta de lo que sucedía. “Que Dios se apiade de sus almas”, fue su primera reacción. “¿A cuántos han encontrado?, le preguntó al hombre que seguía mirando a los equipos de emergencias en la playa. “Aquí a dos, pero desde fajer (la oración del anochecer) han ido llegando a la costa un montón de cuerpos más. Parece ser que ayer por la noche volcó una barca”. Lo que no sabían es que, durante esa última semana de mayo, unas tres embarcaciones llenas de migrantes que querían llegar a Europa habían naufragado y que los cuerpos se habían desperdigado por el mar, llegando incluso al oeste de Zuara, unos 50 km al oeste de Sabratha, y Surman, 20 km al este.

Desgraciadamente, no era la primera vez que se vivía esta situación tan triste ni tampoco era algo que no se esperara, ya que en los últimos tiempos la actividad de los traficantes había alcanzado un nivel sin precedentes. Habían llenado barcas con migrantes y las habían introducido en el mar a todas horas, incluso a plena luz del día, con absoluta impunidad y sin el más mínimo temor. En algunos municipios cercanos a Sabratha, las autoridades habían tomado alguna medida policial contra las actividades de los traficantes, pero aquí no había sucedido lo mismo. Al contrario, la actividad se había intensificado. Cuanto más territorio controles, más embarcaciones puedes enviar y más dinero ganas.

Tal y como recordarán los lectores de artículos anteriores, los principales actores del negocio del tráfico de personas en Sabratha son dos figuras: una es un perro viejo del negocio del tráfico, el doctor, y la otra un joven señor de la guerra, el tío. Los dos, que cuentan con milicias propias y están implicados en múltiples actividades delictivas, mantenían una tregua tácita. Cada uno operaba desde su propio bastión en lugares opuestos de la ciudad. La tregua tuvo un fin dramático que comenzó el sábado por la noche y continuó en la mañana del domingo, cuando uno de los socios del doctor, A. S., fue obligado a detenerse cerca del centro de Sabratha en un punto de control de la milicia del tío. Tras parar a A. S., conocido como el capitán por su conocimiento del mar y del manejo de barcos de pesca, los miembros de la milicia le ordenaron que saliera del coche para registrarlo. Se desencadenó una pelea que terminó con A. S. golpeado y con un tiro de bala en la pierna. Confiscaron su vehículo, por el doctor. Esto era una humillación pública y una declaración de guerra.

image7Puesto que el sagrado mes del Ramadán empezó el lunes, no se supo del incidente con mucha rapidez. Cuando las mezquitas llamaron a la oración de la tarde, anunciando el fin del ayuno, se desató el infierno. Varios vehículos militares atacaron el punto de control en el que habían detenido a A. S., destruyeron un vehículo y confiscaron otro. La milicia del tío se retiró en medio de un intenso tiroteo, pero consiguieron difundir la noticia del ataque. Rápidamente, aparecieron muchos vehículos militares y civiles llenos de hombres jóvenes armados que juraban vengarse del ataque contra el punto de control. Con ambos bandos enfurecidos por la humillación pública que habían sufrido, era imposible que atendieran a razones.

El centro de Sabratha, normalmente un lugar muy animado, lleno de tiendas y cafés, se convirtió en una ciudad fantasma en cuestión de minutos. Los miembros de las milicias se apostaron en lo más alto de los edificios y montaron armas antiaéreas en camionetas colocadas en las carreteras interiores. Las familias atrapadas en la zona vivieron varias horas de absoluto terror entre un poco después de las ocho de la tarde (hora local) y las cuatro de la madrugada, con enfrentamientos incesantes. Montones de muertos se apilaban a ambos lados de la carretera en uno de los choques más letales que ha visto nuestra ciudad en toda su historia. Ocho muertos en ambos lados, diez heridos e incontables propiedades arruinadas y destruidas. La situación solo se calmó cuando los ancianos y los funcionarios amenazaron con pedir la ayuda de fuerzas vecinas, después de eso se acordó rápidamente una tregua y una milicia local que no había estado implicada se mostró dispuesta a mediar entre ambos bandos.

image6De momento, la frágil tregua se mantiene, pero las familias que han perdido a sus seres queridos no van a olvidar la sangre derramada. Una sombría nube se cierne sobre la ciudad en este sagrado mes y muchos de los habitantes de la ciudad están empezando a darse cuenta de que el tráfico de personas no solo es peligroso para sus clientes, sino también para las comunidades de la zona, y están empezando a percibir cómo la codicia de algunos individuos destruye el tejido social de nuestra nación sin que se vislumbre una solución a corto plazo. Me temo que la previsión para este verano es de más locura.

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