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viernes, 29 marzo 2024
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Familias de acogida piden la nacionalidad para sus hijos: «Todos tienen país menos ellos y preguntan ‘¿yo qué soy?'»

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Tres familias con hijos en acogida se han presentado este martes 13 de junio ante el Registro General del Ministerio de Justicia para entregar 119.000 firmas recogidas a través de la plataforma Change.org y pedir que se conceda la nacionalidad española a los niños que tienen en acogida, los cuales, según defienden son «españoles de hecho», porque han nacido aquí y su idioma y su cultura son los de España, pero no de derecho, ya que en su cédula de inscripción, en el apartado de nacionalidad, figura: ‘no consta’ o ‘sin nacionalidad’.

«Esto supone consecuencias en la vida cotidiana, genera inseguridad, primero a ellos. Por ejemplo, la semana pasada en el colegio trataron el tema del país, todos tienen país menos ellos. Ellos dicen que son españoles pero en su documentación no aparece y se preguntan: ‘¿Pero yo al final qué soy y por qué no termino de ser español del todo?'», explica a Europa Press la iniciadora de la petición en Change.org, Carmen Parra, tras salir del Registro. «Queremos que el ministro de Justicia tome ya cartas en el asunto», añade.

Parra y su pareja tiene tres menores en acogida, y los dos más pequeños nacieron en España pero en su documentación consta ‘país desconocido’. Tal y como exponen en la carta entregada ante el Registro, los países de origen de sus padres no quieren reconocer la nacionalidad de estos niños y tampoco son españoles porque, aunque han nacido en suelo español, en España la nacionalidad se adquiere por ser hijo de padres españoles (ius sanguinis).

En su caso, la madre de los niños es de Rumanía y reside en España de forma ilegal. Le entregaron a los niños que ya estaban tutelados por la Comunidad de Madrid a los 3 y los 14 meses de vida, respectivamente. «Los niños están en acogida porque ha ocurrido algún hecho o alguna situación en la cual sus padres no se pueden hacer cargo o bien porque no son capaces o bien porque haya sucedido algún hecho traumático y pasan a una institución. En las comunidades o instituciones que les tutelan estudian cada caso y si lo consideran necesario en vez de vivir en residencias viven en familia», explica.

PROBLEMAS PARA VIAJAR, HACER DEPORTE O RECIBIR TRATAMIENTO

Para Carmen, lo peor son los problemas cotidianos que les genera el hecho de no tener nacionalidad. Así, por ejemplo, cuenta que no pueden federar a los niños en un deporte porque no tienen la partida de nacimiento o que es imposible viajar en familia fuera de España o incluso a las islas. Además, en el caso de familias cuyos hijos de acogida tienen alguna discapacidad, encuentran dificultades para recibir el tratamiento.

Otra de las madres de acogida, Ana, tiene un menor que acogió con 20 meses después de haber sido tutelado; el menor va a cumplir 10 años. No está registrado , ya que la madre no le registró en su momento puesto que en Marruecos «ponen muchas pegas a las madres solteras». Insiste en que las leyes internacionales de protección de menores determinan que «los menores por narices tienen que tener nacionalidad» y añade que sus hijos no tienen «ni nacionalidad, ni reconocimiento.»

Asimismo, denuncia la tardanza de año y medio de la Comunidad de Madrid en tramitar el documento que entregó, en el que comunicó la legislación en la que se basaba para que su hijo obtuviese la nacionalidad. «Es tu obligación, no la mía de velar por el bienestar de los menores porque tu eres su padre entre comillas», afirma refiriéndose a la Comunidad de Madrid.

Por otro lado, Ana reconoce que el problema de la nacionalidad se solventaría con la adopción, pero no planea llevar el procedimiento a cabo. Comparte que su hijo, ante esta situación, dice: «Es que esto es un lío mami, yo no sé si soy español, si soy marroquí, esto es un lío». A esto añade las dificultades con las que se encuentra para ver a sus primos. «Tengo primos hermanos de él que viven fuera de España, le hablamos mucho de la familia», indica, al tiempo que asegura que a su hijo «le haría mucha ilusión» visitarles.

Ahora, a las familias solo les queda esperar la respuesta del Registro. Si la contestación fuera afirmativa, Carmen tiene claro lo que haría: «Me sentaría en mi casa, empezaría a llorar porque no me lo creería y sobre todo se lo explicaría a ellos, que por fin el Estado español les ha reconocido que son españoles de origen», enfatiza.

La iniciativa de recogida de firmas la lanzaron cinco familias el pasado 7 de marzo de 2017 y hasta el día de hoy se les han sumado otras cuatro en la misma situación. Este martes, las tres familias que han acudido al Registro a entregar las firmas han sido recibidas por el jefe de Servicio del Registro que, según ha precisado Parra, «se ha interesado por el tema» y les ha recomendado presentar una queja ante la Subdirección General de Nacionalidades ante la dilación en el tiempo.

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