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viernes, 29 marzo 2024
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Un profesor y un empleado de banca, ordenados nuevos sacerdotes del Opus Dei

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El arzobispo de Tarragona, monseñor Jaume Pujol, ha conferido este domingo el presbiterado a dos diáconos del Opus Dei en una ceremonia celebrada en el santuario de Torreciudad (Huesca).

Los nuevos sacerdotes son Ginés José Pérez Almela, murciano de 59 años, que ha sido profesor durante tres décadas en el colegio Monteagudo, de Murcia, y Arturo Garralón, empleado de banca, nacido en Guadalajara hace 42 años.

En su homilía el arzobispo Jaume Pujol les pidió ser «servidores» y «estar abiertos a las necesidades de todos», fieles al «don tan grande» que es el sacerdocio, para «entregarse al servicio de todas las almas», «haciendo de vuestra vida una donación total». Citó unas palabras de san Josemaría Escrivá, que recordaba a los sacerdotes que se ordenan «para servir, no para mandar, no para brillar, sino para entregarnos, en un silencio incesante y divino, al servicio de todas las almas».

El arzobispo les animó a ser «buenos pastores» y «continuadores» de «la misión salvadora de Cristo», conscientes de que, como dice el Papa Francisco, «el sacerdote que sale poco de sí mismo en lugar de ser mediador, se convierte poco a poco en intermediario, en gestor».

Monseñor Pujol pidió oraciones por el aumento de las vocaciones sacerdotales y por su fidelidad, porque «hay verdadera hambre de sacerdotes en la Iglesia». Señaló al mismo tiempo que «es urgente que muchos laicos se abran generosamente a su llamada específica a la santidad».

En un ambiente festivo y de agradecimiento, los nuevos presbíteros estuvieron acompañados por numerosos familiares, amigos y colegas, así como por el prelado del Opus Dei, monseñor Fernando Ocáriz.

Ginés Pérez destaca que en su decisión de ordenarse ha influido «la falta que hay de sacerdotes y el gran bien que puede hacer un buen sacerdote». «Me gustaría estar visible, cercano, y pido el don de lenguas para llegar al corazón y a la cabeza de cada persona», comenta.

Por su parte, Arturo Garralón ha sido cajero, asesor de servicios financieros, subdirector y encargado de soporte operativo en una oficina de atención a empresas. «Creo -explica- que un sacerdote es como un soporte operativo para la Iglesia, con vocación de servir a todos».

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