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viernes, 19 abril 2024
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El obispo de Bilbao señala que una sociedad que cuida de la familia asegura «un futuro esperanzador»

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El obispo de Bilbao y presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mario Iceta, ha impartido en Córdoba una conferencia en la que ha señalado, tras hacer un recorrido por diversas corrientes que ofrecen un sentido de «libertad» por encima de todo y que dejan a la familia en un segundo plano, que «una sociedad que cuida de la familia está asegurando un futuro esperanzador».

Según ha informado la Diócesis de Córdoba, durante su ponencia, en el marco de la Semana de la Familia, que inauguró Iceta este lunes en el Obispado de Córdoba, el obispo de Bilbao se ha centrado en lo que supuso el desafío de la revolución sexual, al que el Papa Pablo VI quiso darle una respuesta a través de la encíclica ‘Humanae Vitae’.

Así, a través de la ponencia titulada ‘La respuesta de Humanae Vitae al desafío cultural sobre la procreación’, Iceta ha afirmado que para los cristianos, como «servidores de la vida», la familia «adquiere una importancia capital, ya que es el lugar antropológico por excelencia donde nace la vida y donde es acogida.

Al referirse a los retos y perspectivas de ‘Humanae Vitae’, ha recordado que esta encíclica se escribió en un contexto cultural y social complejo, el 25 de julio de 1968, pues, por un lado, estaba «toda la cuestión de la revolución sexual y del feminismo, que había evolucionado en su tercera o cuarta generación hacia un radicalismo».

A ello había que sumar «la cuestión del neomaltusianismo, que tiene su expresión en las políticas de control de la natalidad, que se implementan e impulsan decididamente en los países occidentales y se extiende a países en vías de desarrollo, así como el desarrollo de los medios anticonceptivos».

Para el obispo de Bilbao, estos son «los retos culturales que aparecen en la actualidad, y a los que se les debe dar respuesta desde la antropología cristiana», la cual «subraya la dignidad del ser humano, del matrimonio y de la familia, de toda vida humana y del don de la sexualidad como lenguaje corporal del amor en el que está también inserto el maravilloso don de la procreación humana».

Además, Iceta ha resaltado que «en el amor conyugal se dona y se recibe el cuerpo», centrándose en dos asuntos importantes en los que entra el Papa, como son la paternidad responsable y la conciencia, indicando, respecto a la primera, que «es necesario concienciar del don de la vida humana» y que, como bien afirma el Papa Francisco en ‘Amoris laetitia’, «merece ser reconocido como un don inmenso que se nos da».

En este sentido, ha recordado que «la pareja debe ser responsable a la hora de procrear, conocer y respetar las leyes biológicas que tiene el ser humano», teniendo en cuenta que «existen medios lícitos para espaciar los nacimientos, ya que el acto conyugal no es solo una expresión procreativa, sino una expresión del amor conyugal».

En relación con ello ha añadido que «el amor siempre une y genera vida, pero con responsabilidad», recordando que «los métodos naturales de procreación permiten que los esposos se ayuden, hacen que crezca el diálogo y la comprensión entre ellos, les permite vivir la virtud de la castidad y promueve el respeto, entre otros».

En cuanto a la conciencia, Mario Iceta la ha definido como «el núcleo más secreto del hombre, que depende de la verdad moral y que crece y se forma en la familia y en la comunión de la Iglesia».

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