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jueves, 28 marzo 2024
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Los padres de Gabriel trasladan sus cenizas al mar, «su lugar mágico y al que tanto amaba»

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Los padres del niño de ocho años Gabriel Cruz, asesinado en febrero en Las Hortichuelas de Níjar (Almería) han trasladado este viernes los restos mortales del pequeño hasta el mar que baña el parque natural de Cabo de Gata, «su lugar mágico y en el que descansará» mientras «sus amados pescaitos cuidan de él».

Así lo han indicado Patricia Ramírez y Ángel Cruz en un comunicado remitido a los medios, en el que han destacado que se «trata de un día especial» ya que Gabriel «ha vuelto al mar al que tanto amaba».

Los restos mortales del niño fueron incinerados el pasado día 9 después de que el juez instructor de la causa contra Ana Julia Quezada por presuntos delitos de asesinato, detención ilegal y contra la integridad moral autorizase su exhumación del camposanto de Fernán Pérez, en Níjar.

En el comunicado, al que acompaña un video de la cala de aguas limpias en el que reposa el pequeño desde las 08,45 horas, Patricia y Ángel trasladan el contenido de la carta que han leído «para despedirlo de la tierra antes de zambullirse en el mar, nuestro mar, vuestro mar y el de las futuras generaciones que habrán de llegar».

En esta extensa misiva, anuncian a su hijo que «hoy saldrá de la oscuridad para surcar los mares y sus profundidades» y que, en la «despedida», le acompañarán «miles de pececitos terrestres que decidieron brillar mostrando sus aletas, luciendo sus colas y erizando sus escamas cuando les inundó el amor que desprendiste al abandonar la tierra».

Le cuentan a Gabriel que «va a un lugar seguro y cargadito de amor y buena gente» y recuerdan la «marea de buena gente» que se movilizó tras su desaparición el 27 de febrero en Las Hortichuelas y les acompañó en el duelo tras conocerse su asesinato 13 días después. «No habrás de llorar porque, hoy, 17 de agosto, ha nacido el ‘Angelito de los Mares Gabriel», concluye.

La autora confesa del crimen, Ana Julia Quezada, fue detenida en la Puebla de Vícar cuando transportaba el cuerpo sin vida del niño en el maletero de su vehículo a más de 75 kilómetros de Las Hortichuelas de Níjar tras desenterrarlo de la finca familiar en la que cometió el crimen.

El magistrado instructor, Rafael Soriano, considera que actuó con un «macabro plan criminal» y asegura que de su comportamiento «se infiere una malvada voluntad dirigida especialmente a asegurar la comisión del crimen». Resalta que, además, «dio una falsa apariencia de preocupación por la desaparición y suerte del niño» y que «mantuvo el engaño a lo largo de los días, aumentándolo hasta el punto de colocar ella misma una camiseta del menor en el monte».

Apunta a que «aprovechó un momento temporal en que sabía que iba a estar a solas con el niño», al que mató asfixiándole, y destaca que enterró su cuerpo sin vida en un «hoyo que previamente había hecho con una pala» y luego quiso deshacerse del cadáver en un invernadero de acuerdo a las escuchas acordadas por el juzgado instructor.

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