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viernes, 29 marzo 2024
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Bronca entre Aznar y Rufián, con acusaciones mutuas de «golpismo» y alusiones a Corleone y la boda en El Escorial

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Aznar defiende la acción de sus ministros en el Gobierno y subraya que su partido le quiere «mucho» y que duerme «muy bien».

La comisión de investigación que investiga la presunta financiación ilegal del PP ha vivido un tenso ‘rifirrafe’ entre el expresidente José María Aznar y el diputado republicano Gabriel Rufián, que se han lanzando acusaciones mutuas de «golpista». Durante la sesión también se han producido alusiones reiteradas a la boda de la hija del exjefe del Ejecutivo en San Lorenzo de El Escorial en el 2002 y a Vito Corleone, el célebre padrino de la obra de Mario Puzo. La guerra de Irak y la situación judicial de algunos exministros del primer gobierno del PP también ha centrado parte del duelo parlamentario.

Durante este tenso enfrentamiento parlamentario, el presidente de la comisión de investigación, el canario Pedro Quevedo, ha tomado la palabra en varias ocasiones para pedir que no se siguiera «montado la alharaca». «Guardemos las vísceras en el closet», ha exclamado.

Rufián ha abierto su intervención recordando la guerra de Irak y llamando a Aznar el «señor de la guerra». Después le ha preguntado si tiene «vergüenza» por actuaciones como ésa, al ser «responsable de una invasión» que llevó a centenares de personas a la «muerte más vil» y por haber sido presidente de un partido «condenado por corrupción».

UN PARTIDO «GOLPISTA» QUE QUIERE «DESTRUIR» ESPAÑA

Aznar le ha contestado con lo que ha sucedido en Cataluña y le ha afeado ser representante de un partido «golpista» que quiere «destruir» España y tiene a sus representantes en prisión «por rebelión, sedición, enfrentamiento a la autoridad y violencia». A su entender, que le pida explicaciones un «partido golpista» eso sí que trasciende el «límite de la vergüenza y alguna cosa más».

El actual presidente de FAES ha admitido que los independentistas ya han «roto» Cataluña, «fraccionando» a la sociedad catalana y «enfrentando a los españoles». Eso sí, se ha mostrado convencido de que «no conseguirán sus propósitos» aunque por el momento ya sí lo hayan logrado entre los catalanes.

«Golpista su partido», le ha espetado entonces Rufián, que se ha remontado incluso al año 1936 y ha añadido después: «Ya le digo yo que no tiene vergüenza. Se solidariza con los presos corruptos y yo con mis presos demócratas», ha aseverado.

Y ante esa alusión a 1936, Aznar ha recomendado al portavoz adjunto de ERC que lea a Manuel Azaña para «darse cuenta en qué partido milita» porque «dieron un golpe en 1934 contra el Gobierno de la república». Y ahora, ha proseguido, han querido «dar otro golpe» en Cataluña y «pulverizar» el régimen constitucional acordado en 1978.

AZNAR DEFIENDE LA ACCIÓN DE GOBIERNO DE SUS MINISTROS

El diputado republicano ha sacado una foto de los miembros del Gobierno del primer gobierno de Aznar, subrayando que están «imputados, condenados o señalados por enormes casos de corrupción». «Ésta es su herencia y si los medios de comunicación le protegen, usted simplemente es el padrino de este cartel», ha aseverado.

Aznar ha dicho estar «encantado» con los miembros de su primer gobierno y ha dejado claro que ninguno de los hechos a los que se podía referir Rufián tenían que ver por actos que tengan que ver con su ejercicio de ministros. Además, ha recalcado que en todas las decisiones «difíciles» que él tuvo que tomar «nadie puede decir que su comportamiento no haya sido correcto y sujeto a las normas legales», cumpliendo con la ley «de manera escrupulosa».

A renglón seguido, el expresidente ha sacado a relucir el caso de un consejero de gobernación de ERC que fue «apartado de su cargo por contrabando» pero que luego fue contratado por una fundación de ese mismo partido. «¿Me está comparando el contrabando de tabaco con la Gürtel? Me parece acojonante», le ha respondido Rufián.

Es más, el diputado republicano ha dicho a Aznar si no le daba «vergüenza» comparar a un «traficante de tabaco con Eduardo Zaplana, Jaume Matas, Rodrigo Rato, Ángel Acebes, Jesús Sepúlveda, Paco Camps, López Viejo, Alberto Cortina, Álvaro Pérez ‘El Bigotes’, Luis Bárcenas, Francisco Correa y su yerno Alejandro Agag».

«¿Sabe qué comparte toda esta gente? Se lo digo yo, fue a la boda de su hija en El Escorial? ¿Tiene la vergüenza de decirme a la cara que no tenía ni idea de lo que sucedía ahí dentro, que más que una boda parecía un cártel?, ha asegurado.

Aznar ha pedido a Rufián que volviera a leer esa lista de personas, aunque ha dicho que estaba «bastante equivocada». Tras asegurar que es «lógico» que su yerno fuera a la boda, ha expresado su extrañeza por su «interés» en su trayectoria vital y ha agregado que después de retener en la memoria esos invitados «a lo mejor» tenía futuro «organizando eventos».

El diputado republicano le ha emplazado a aclarar si «es cierto» que el banquete y las luces de la boda de su hija se pagaron con «mordidas de la Gürtel», aunque ha dicho que ese enlace matrimonial le traía «al pairo». También le ha preguntado qué le pasó porque en 1995 se presentaba como «una especie de Cid Campeador» de la lucha contra la corrupción.

Aznar, visiblemente molesto, le ha emplazado a «demostrar» qué juez o qué sentencia ha dicho que una parte de la boda de su hija fue pagada y le ha acusado de «faltar a la verdad» en sede parlamentaria y ser un «corrupto de las palabras». Y sobre las menciones a su yerno, Alejandro Agag, ha indicado que es un empresario «con mucho éxito, no solo en Reino Unido sino en todo el mundo», algo de lo que, según ha dicho, se siente «orgulloso y satisfecho».

Rufián ha recordado una escena de ‘El Padrino’ cuando Corleone en la boda de su hija aparece en su despacho acariciando un gato y diciendo qué ha hecho para merecer tanta falta de respeto. «Solamente le ha faltado el gato», le ha espetado. Aznar le ha respondido: «Decirle que duermo muy bien, pero no tengo gato», ha proclamado, para reprochar al diputado republicano su «histrionismo» en esta sesión parlamentaria.

«NADA QUE VER» CON LAS SIGLAS J.M.

A lo largo de su intrevención, Aznar ha afirmado que es «absolutamente falso» que el PP esté «condenado por corrupción» y ha insistido en que la sentencia de Gürtel habla de una participación a título lucrativo en «dos operaciones muy concretas» en dos municipios madrileños del que el partido nacional no tenía conocimiento.

Una vez más, ha negado que haya existido una ‘caja b’ en el PP y ha advertido a Rufián que si lo cree tendrá que «demostrarlo». También ha dicho que no tenía «nada que ver» con los llamados ‘papeles de Bárcenas’ no con las siglas J.M.

Y ante las manifestaciones en privado de miembros del PP asegurando que se estaban comiendo «la mierda de Aznar», en alusión a Gürtel, el expresidente del Gobierno ha resaltado que él no presta atención a las declaraciones «anónimas» y ha subrayado que su partido le «quiere mucho».

LAS BOMBAS PARA ARABIA Y LA GUERRA DE IRAK

Asimismo, Aznar ha sacado a colación este martes en el Congreso la polémica por la venta de bombas a Arabia Saudí y lo ha hecho para burlarse de las razones aducidas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez para justificar el mantenimiento de esa operación comercial.

El diputado republicano le ha mostrado fotos del expresidente con el dictador guineano Teodoro Obiang y con el libio Muamar el Gadafi. «Tenga un poquito de vergüenza y no me hable a mí aquí de bombas», le ha soltado. Aznar ha defendido la política exterior que realizó su Ejecutivo atendiendo a los «intereses generales» del país.

Rufián, que llevaba la camiseta de José Couso, le llamado «señor de la guerra» y le ha recordado que, según los medios de comunicación, su Gobierno envió 2.600 soldados a Irak en tres unidades y a un conflicto que provocó «medio millón de muertos». El expresidente ha insistido en que esos efectivos fueron a Irak «bajo mandato de la ONU».

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