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viernes, 19 abril 2024
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La Guardia Civil intercepta a más de 2.500 personas desde febrero que pretendían entrar de forma ilegal a la Península

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De ellos, 76 eran menores de edad

De ellos, 76 eran menores de edad. La Guardia Civil ha interceptado a 2.534 personas desde principios de febrero que pretendían entrar de forma ilegal a la zona restringida de seguridad del puerto de Melilla en su intento de acceder a los buques como polizones para dirigirse a la Península.

La operación se ha llevado a cabo a través de un dispositivo de la Guardia Civil, establecido desde principios del pasado mes de febrero y compuesto de dos anillos de seguridad en la zona terrestre, el primero en la zona de tránsito público y el segundo en la zona restringida, además de la vigilancia por vía marítima.

El anillo exterior, el más visible para los ciudadanos, se situaba a la entrada del puerto y sus zonas adyacentes y se valía de detectores móviles de latidos del corazón, con el fin de localizar a personas ocultas en dobles fondos, además de los establecidos en los controles fronterizos.

Estos efectivos también han potenciado la presencia física de forma permanente en otros puntos sensibles de intrusión terrestres, para localizar y neutralizar a las personas detectadas.

PONEN EN RIESGO SU VIDA

De los más de 2.500 interceptados, 76 eran menores de edad, por lo que han sido trasladados y puestos a disposición de los servicios sociales de la Ciudad Autónoma. La operación ha reducido en un 80% la presencia de personas en esta zona restringida y ha disminuido en un 70% el número de polizones en el interior de los buques en comparación con el año 2018.

Según explica la Guardia Civil en un comunicado, la finalidad de la implantación de este dispositivo ha sido velar por la seguridad de las instalaciones portuarias, la seguridad pública y la de las personas que ponen en riesgo su vida con el fin de introducirse como polizones en los buques.

Para ello, utilizan múltiples procedimientos, como el escalo, dobles fondos en vehículos, sus bajos u otros que han conllevado incluso a la muerte de algunos de ellos, como el último ocurrido el pasado 15 de enero, cuando una persona falleció por aplastamiento en los bajos de una cabeza tractora, donde se había ocultado.

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