El Papa ha reivindicado la ternura con la que las Misioneras de la Caridad, herederas de la Santa Madre Teresa de Calcuta, se hacen cargo de los pobres y desamparados tras hacer un repaso de su viaje de 3 días a Bulgaria y Macedonia del Norte.
«Cuando no hay ternura nos convertimos en personas serias y ácidas. Regreso impresionado de la ternura de las Misioneras de la Caridad con los pobres, que nace de la oración y la adoración. ¡Cuántas veces los cristianos perdemos la dimensión de la ternura!», ha señalado el Pontífice.
En Skopje, tierra natal de la Madre Teresa, Francisco pudo visitar un centro de asistencia a los más desfavorecidos de la sociedad, gestionado por las monjas de la Caridad y después pudo reunirse con algunos familiares de la santa de Calcuta. «Acogen a todos, se sienten hermanas, madres de todos, pero lo hacen con ternura», ha dicho sobre su labor.
Así, ha señalado que «esta ternura nace de la oración, de la adoración». «Es alegre, no ácida, y estas hermanas son un buen ejemplo», ha dicho.
Durante la audiencia general de este miércoles, Francisco también ha invitado a los católicos a ser evangelizadores «apasionados y creativos» para que el Evangelio alcance a «quienes todavía no lo conocen y pueda irrigar de nuevo las tierras en donde las antiguas raíces cristianas se han secado».
«De hecho, como cristianos, nuestra vocación y misión es ser signo e instrumento de unidad, y podemos serlo, con la ayuda del Espíritu Santo, anteponiendo lo que nos une ante lo que nos ha dividido o nos sigue dividiendo», ha explicado.