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viernes, 29 marzo 2024
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Los autores de ‘Handia’ viajan al sur con ‘La trinchera infinita, «alegoría del miedo» en ojos de un «topo»

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SAN SEBASTIÁN, 22 (De la enviada especial de Europa Press, Mirian San Martín) El Festival de San Sebastián ha acogido en su tercera jornada la presentación en Sección Oficial de la cinta ‘La trinchera infinita’, dirigida por Jon Garaño, José Mari Goenaga y Aitor Arregi, creadores de ‘Handia’, que salen de su «zona de confort» –País Vasco– para narrar una «alegoría del miedo» que se desarrolla en Andalucía, tal y como han señalado en rueda de prensa.

Esta película –una de las tres españolas, junto a ‘Mientras dure la guerra’ y ‘La hija del ladrón’, que opta a la Concha de Oro– cuenta una historia ficticia, protagonizada por Antonio de la Torre y Belén Cuesta, que bebe de varias experiencias reales de los llamados «topos»: hombres que permanecieron ocultos en sus casas varios años desde la Guerra Civil, ante el temor de ser apresados.

En palabras de Goenaga, el punto de partida de esta película es una oscuridad de «30 años» en la vida de un matrimonio formado por Higinio (De la Torre) y Rosa (Cuesta). «El planteamiento es no salir de ese encierro y ver 30 años de historia de un matrimonio y de un país, y ver cómo condiciona su relación», ha dicho.

Para Arregi, su objetivo ha sido conseguir un «diálogo entre el pasado y el presente» porque «las ropas cambian pero las inquietudes humanas son eternas». En este sentido, Garaño ha apuntado que cree que esta historia también habla a los «millenials», ya que, al igual que ellos, siente miedo, «algo universal». «Miedo a dar el paso definitivo, a dejar el trabajo, a salir del armario. Imagino que los millenials también tendrán mucho miedo», ha destacado.

Goenaga ha explicado que ‘La trinchera infinita’ transmite la sensación de «pérdida y confusión» de un hombre encerrado durante más de 30 años. Al principio, la cinta transmite la «ansiedad» de no saber qué está pasando en el exterior, para pasar después a un ambiente «más contemplativo» aunque «tampoco normal», porque Higinio llega a desconfiar de su propia familia.

Garaño, Goenaga y Arregi repiten su presencia en el festival pero esta vez estrenan la fórmula de los tres como directores, la única combinación que les faltaba en su trayectoria cinematográfica, tal y como han recordado, ya que anteriormente combinaban las labores de guion y de producción, pero nunca los tres al mando.

Lo político se aborda en esta película «desde lo más llano», en palabras de Goneaga, «sin intención» de lanzar ningún «discurso». Por ello, según ha señalado, no van más allá de mostrar cómo vive la política un matrimonio «en una casita de pueblo de Andalucía», de una manera «muy doméstica».

Para quitar peso a este drama, los directores se permiten momentos de humor, para lograr el alivio. Por ello, y para hablar de Franco, optan por el «acercamiento humano» de mostrar «cómo era su voz». «Con eso no digo dar la espalda a la realidad que retratas, que está ahí, sino en centrarnos en la humanidad y psicología de los personajes», ha dicho.

BELÉN CUESTA Y ANTONIO DE LA TORRE

Belén Cuesta y Antonio de la Torre se enfrentaron al reto de hacer creíble un acento a pesar de que la historia se desarrolla «en un Macondo», según ha relatado la actriz. Ambos son de Málaga -él, de la ciudad, y ella de un pueblo cercano–, pero llegaron al «acuerdo» de que «muchos pueblos de Andalucía tienen acentos diferentes». «Queríamos honestidad y veracidad, lo creíamos fundamental para la historia, porque no es igual el andaluz de ahora que el de los años 30», ha dicho.

Para conseguir el ambiente de claustrofobia, De la Torre hizo lo posible, incluso trato de representar algo «inimaginable». «Es fascinante la capacidad del ser humano para sobrevivir. Haces lo que puedes, concentrarte, trabajar de las tripas, pensar qué haría. Ser una sombra de lo que podría haber sido aquello», ha señalado el actor, quien admite que «no hay fórmulas».

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