Las pruebas apuntan hacia una manipulación «errática» del móvil justo tras el último mensaje y a que viajaba en un vehículo a continuación.
La antena que prestaba la cobertura específica al teléfono móvil de Diana Quer en los momentos previos a su desaparición descarta «por completo» que la joven caminase por la calle Venecia, en la que El Chicle declaró que se encontró sorpresivamente con ella, y la sitúan por el Paseo del Arenal, donde un testigo dice que la vio esa madrugada.
En concreto, los peritos que realizaron el informe del móvil de la joven pudieron establecer que entre las 2,39 horas y las 2,41 horas de la madrugada del 22 de agosto de 2016, el teléfono de Diana «mantuvo cobertura» con una «celda» determinada de una antena que «unívocamente posiciona al terminal» en el Paseo del Arenal, y no en la calle Venecia.
En particular, han precisado que el hecho de que ella caminase por la calle Venecia es «totalmente incompatible» con estos datos que ellos mismos determinaron, dado que esa «celda» no «da cobertura» a la vía en la que El Chicle asegura que estaba, ya que existe un muro alto que evita que llegue.
Con estos datos, los investigadores consideran que Diana recorrió el camino hacia su casa por el Paseo del Arenal y que, en torno a las 2,42 horas se encontraba en la esquina entre esta vía y la calle Venecia, algo que determinan de forma «irrefutable» la intersección de tres antenas de telefonía.
En este lugar Diana envió su último mensaje a un amigo indicándole que alguien le había dicho ‘Morena, ven aquí’. En esos momentos, han explicado los peritos, la joven contestaba ya solo a la conversación con el amigo al que contó que se sentía atemorizada.
Entre otras cuestiones, los investigadores han llamado la atención sobre el hecho de que, desde el momento en que Diana abandonó sola los jardines Valle-Inclán, sobre las 2,28 horas, hasta que alertó a su amigo de la presencia de otra persona, durante 11 minutos, intercambió 123 mensajes. Sin embargo, justo antes de decir que se estaba «acojonando» porque alguien la estaba llamando permaneció en silencio durante 48 segundos. En aquel momento, estiman por la velocidad que seguía, se encontraba ante las naves abandonadas de la discoteca Boomerang, en el Paseo del Arenal.
UNA MANIPULACIÓN «ERRÁTICA»
Los investigadores que analizaron el terminal móvil consideran que la intersección entre las calles Arenal y Venecia fue el lugar donde se produjo el supuesto ataque. Tras el último mensaje de Diana, el móvil empezó a emitir «posiciones muy erráticas» y «muy rápido», que la ubicaban en distintos puntos de esa zona, al tiempo que hubo una «llamada infructuosa» a uno de los contactos de la joven.
La interpretación que hacen los peritos es que se estaba produciendo una «manipulación errática del terminal» y que, además, «algo dificulta la señal del GPS», como, por ejemplo, «que se esté manipulando el teléfono, pulsando erráticamente las teclas, y, a la vez, esté siendo ocultado para que no dé esas posiciones tan bien como las estaba dando antes».
A partir de este punto, los peritos consideran que el terminal de Diana viaja ya dentro de un vehículo, dado que la siguiente posición está muy alejada de las anteriores, en dirección a la autovía, aunque desconocen la vía concreta que utilizó.
La cobertura, asimismo, evidencia cómo el teléfono de Enrique Abuín y el de Diana coinciden en este desplazamiento a lo largo de la Autovía do Barbanza en dirección a Rianxo, y no así las coberturas de otros vehículos próximos, que se van desplazando.
El teléfono del acusado, que tenía «menos conexiones» que el de la víctima, se ubica en A Pobra poco antes de las 2,00 horas de la madrugada, pero no tiene más indicaciones hasta que ya se encuentra en la autovía.
Mientras que el teléfono de Diana perdió su conexión en el puente de Taragoña, desde donde El Chicle reconoce que lo arrojó, el de Enrique Abuín siguió emitiendo en dirección a Asados. En concreto, una conexión a las 3,05 horas lo ubica en el área de cobertura de la salida de la autovía hacia Rianxo.
Los peritos estiman que el recorrido desde A Pobra hasta la nave tardó unos 25 minutos y que, «sin ningún género de dudas», el teléfono del Chicle se encontraba pasadas las 3,00 horas en la zona de Asados, donde permaneció, como mínimo, una hora y 21 minutos.