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jueves, 25 abril 2024
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La Policía Nacional señala que las víctimas de trata no deben verles como «una barrera»

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La trata «está íntimamente» relacionada con la prostitución pero hay que discriminar entre trata y prostitución

. El Cuerpo de la Policía Nacional no debe ser considerado como «una barrera» para las víctimas de trata ni para las organizaciones no gubernamentales que puedan sospechar de que una persona es víctima de este delito.

Esta es una de las conclusiones que se extrae de la entrevista que el inspector Jefe de la Sección de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales de la Jefatura de la Policía Nacional en Canarias, David Martínez, concede a Europa Press para ahondar en el tema de la trata de personas, en cómo ha sido la evolución de este delito y de su incidencia en el archipiélago, un lugar turístico, al que llegan personas desde diferentes puntos del mundo por diversos medios, entre ellos, a través de embarcaciones irregulares.

El inspector jefe se muestra claro al afirmar que los «más interesados» en terminar con la trata es la Policía, de ahí que incide en que no se les debe ver como una barrera hacia la víctima porque aseguró que una vez que se cumplen los indicios sobre una persona y se considera víctima de trata, lo que se le hace «es ayudar» desde la Brigada Provincial de Extranjería e Inmigración.

De este modo, explicó que dicha Brigada es la encargada de la inmigración, así como de la investigación de redes y procedimientos administrativos y expulsiones, ya que se trata de un grupo multidisciplinar. Si bien en el marco de las investigaciones de la trata de personas cuando se sospecha de que una persona puede ser víctima, y tras indagar se concluye que es, la Policía ofrece a esa persona dos opciones recogidas en artículo 59 bis de la Ley de Extranjería.

En concreto, se le da la opción de aplicarle un periodo de restablecimiento y reflexión, si esa persona entró de forma irregular, de tal forma que se le da la posibilidad de permanecer legal en España durante un tiempo para «replantearse su situación y ver si puede restablecer su vida normal y colaborar»; y, por otra parte, se le da la posibilidad de optar a un permiso de trabajo, entendiéndose que «tiene que estar identificada como víctima de trata».

INTERLOCUTORA SOCIAL

Otra de las figuras importantes con la que cuenta la Policía Nacional para intentar interceptar la trata de personas, que va más allá de la labor de identificación de posibles víctimas, es la de la Interlocutora Social, que hace de enlace con las ONG con el fin de contactar con posibles víctimas de trata para poder investigar y para lo que se insiste «siempre» se necesita la colaboración de la potencial víctima.

Así, si una víctima decide dar el paso y colaborar, la Policía Nacional también realizará un trabajo que irá más allá de esa identificación, ya que los juicios «no son inmediatos» y en ese tiempo se lleva a cabo un seguimiento de la víctima, que «tiene más confianza e incluso viene a veces a pedir ayuda» a la policía.

«Hemos estado incluso años después de haber sido detectadas tanto para temas de regularizar a sus hijos o incidencias con la red criminal. Se hace un seguimiento de las víctimas a nivel personal», apostilló para agregar, a modo de ejemplo, que tuvieron el caso de una mujer rumana que «casi un año después ha estado asesorada por la Interlocutoral Social» en relación a los problemas derivados de su propio entorno porque aunque se había liberado, le quedaban «reminiscencias familiares en su país de origen».

Asimismo, agregó que también disponen de un protocolo con ONG para sacar a mujeres de la red donde se encuentran como víctimas de trata.

LA TRATA

La trata de persona, matizó el inspector jefe, «no es solo» con fines sexuales, sino que también está por trabajos forzados y contrabando de órganos, si bien admitió que de las tres clases de trata la «más habitual es la sexual, que tiene mayor incidencia en mujeres pero no quiere decir que sea solo con ellas».

Así, apuntó que la principal competencia que tienen en las islas es la trata de seres humanos con fines sexuales y en el caso de la laboral «es residual», ya que puntualizó que lo que hay más «es un tráfico de mano de obra» –otro tipo de delito–, de personas que trabajan en condiciones de clandestinidad, si bien la trata «requiere coacción, violencia, abuso sin necesidad y no siempre es el caso porque muchas veces los propios extranjeros sí quieren participar».

De este modo, incide en que en la trata lo principal es que se «va contra la voluntad de la víctima o se aprovechan de la situación de necesidad», de tal forma que si no existe ese elemento en la víctima, «no hay trata», hay otro delito pero no el de trata. Posteriormente, vendrá la prueba, que dependerá de lo que la víctima quiera decir.

«La trata va más allá, tiene que darse el clip de que coarten la libertad de una persona y no necesariamente tiene que ser con la presencia física del explotador», manifestó, ya que cuenta que existen casos en los que el explotador está en otro país y aún así «ejerce un presión y coarta la libertad y la dignidad de la víctima en cuestión».

Por ello, insiste en la dificultad para elevar un delito de trata, entre otras cosas, porque «casi siempre se presume que hay que traerlas de otro países y en muchos casos son captadas aquí». Es decir, se trata de mujeres que han venido a España «y que buscan en un momento dado un plus para trabajar».

LA PROSTITUCIÓN

La prostitución es uno de los ejercicios donde se esconde a víctimas de trata aunque la prostitución no implica ser víctima de trata. Actualmente en España la prostitución es alegal, y a su modo de ver, es un tema que habría que abordar para definirla como ilegal o legal, ya que con ello se podría actuar de otra forma en relación a su persecución o no.

«El tema de trata está íntimamente relacionado con la prostitución», apostilló para agregar que «hay que discriminar entre trata y prostitución», ya que «hay que asumir que hay una parte de mujeres que están en ese mundo por necesidad pero lo que hay que intentar es que no sean obligadas».

En cuanto al funcionamiento de las redes expone que las hay desde unipersonales a otras «muchas más elaboradas, más estructuradas como en el caso de África que va desde la salida del continente, a quien le recoge…». Todo ello, puntualizó, puede generar «cerca de un millón de euros al año de beneficios» aproximadamente a las mafias.

«Es cierto que una víctima de trata es muy rentable», apuntilló para agregar que una víctima suele tener que pagar una deuda a la organización que va de 2.000 a 3.000 euros «lo más leve» –billete y gastos de traerla–, hasta los 30.000, 40.000 euros «ejerciendo la prostitución y sin contar las multas que le pueden poner que aumenta la deuda».

Asimismo, indicó que la forma de trabajar es también diferente si se hace con latinoamericanas o con africanas, entre otras cosas, pagan más deudas las africanas o las amenazan con los rituales vudú-yuyú, lo que hace que muchas no quieran declarar, negando incluso ser víctimas.

LA SITUACIÓN DE VENEZUELA HA LLEVADO A UN INCREMENTO DE LA TRATA

El inspector admite que Canarias es un lugar de entrada principalmente para quienes proceden de África, si bien añade que actualmente hay «mucha incidencia» de Latinoamérica, afirmando que la trata de personas procedentes de Países del Este y África «ha bajado un poco» en el archipiélago.

Sobre ello, matizó que debido a la situación política y económica que atraviesa Venezuela, se ha percibido un incremento.

Actualmente, expuso que en la provincia de Las Palmas hay «menos incidencia de trata este año» que el pasado. Así, apuntó que se entiende que ha habido «un descenso tanto de detección de víctimas como de investigaciones realizadas, muchas veces porque la trata es difícil de aplicar», insiste.

En cuanto al perfil de la víctima, suelen ser jóvenes de entre 20 y 30 años.

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