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viernes, 29 marzo 2024
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El Papa: «La precariedad que experimentamos por la pandemia es un elemento constante en la vida de los desplazados»

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El Papa lanza su mensaje para la Jornada Mundial del Migrantes y añade nuevos verbos para tratarlos: conocer, compartir y escuchar

. El Papa ha lamentado que con demasiada frecuencia se habla de «números» para referirse a migrantes y desplazados cuando se trata de personas. «¡Pero no son números, sino personas! Si las encontramos, podremos conocerlas. Y si conocemos sus historias, lograremos comprender. Podremos comprender, por ejemplo, que la precariedad que hemos experimentado con sufrimiento, a causa de la pandemia, es un elemento constante en la vida de los desplazados», subraya.

Así lo pone de manifiesto en su mensaje en su mensaje para la 106 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que la Iglesia celebra el próximo 27 de septiembre de 2020. En esta ocasión el Papa añade verbos a la lista que ya elaboró en 2018 para atender a este fenómeno. De este modo, a la necesidad de «acoger, proteger, promover e integrar», añade ahora la importancia de «conocer, compartir y escuchar». «Corresponden a acciones muy concretas, vinculadas entre sí en una relación de causa-efecto», asegura.

Francisco dedica su mensaje al drama de los desplazados internos, una situación invisible, que la crisis mundial causada por la pandemia ha agravado, así como a todos los que han experimentado y siguen aún hoy viviendo situaciones de precariedad, de abandono, de marginación y de rechazo a causa del COVID-19.

«Lamentablemente, en nuestros días, millones de familias pueden reconocerse en esta triste realidad. Casi cada día la televisión y los periódicos dan noticias de refugiados que huyen del hambre, de la guerra, de otros peligros graves, en busca de seguridad y de una vida digna para sí mismos y para sus familias», subraya el obispos de Roma. Para el Papa, Jesús está presente en cada uno de ellos, obligado -como en tiempos de Herodes- a huir para salvarse.

El Pontífice insiste en criticar los prejuicios y miedos que impiden a la sociedad acoger a los refugiados e invita a los cristianos a correr riesgos y acercase y al prójimo como lo han hecho «tantos médicos y personal sanitario en los últimos meses».

«Los miedos y los prejuicios -tantos prejuicios-, nos hacen mantener las distancias con otras personas y a menudo nos impiden acercarnos como prójimos y servirles con amor. Acercarse al prójimo significa, a menudo, estar dispuestos a correr riesgos, como nos han enseñado tantos médicos y personal sanitario en los últimos meses», señala Francisco.

El Papa recalca que los cristianos están llamados a reconocer en sus rostros «el rostro de Cristo, hambriento, sediento, desnudo, enfermo, forastero y encarcelado». «Si lo reconocemos, seremos nosotros quienes le agradeceremos el haberlo conocido, amado y servido», ha añadido.

«NADIE SE SALVA SOLO»

Además de la necesidad de «conocer para comprender», reivindica el verbo «compartir» para «crecer juntos, sin dejar fuera a nadie». «La pandemia nos ha recordado que todos estamos en el mismo barco. Darnos cuenta que tenemos las mismas preocupaciones y temores comunes, nos ha demostrado, una vez más, que nadie se salva solo», ha insistido.

El verbo escuchar también está en la lista del Papa. Para el Pontífice, hoy en día «se multiplican los mensajes, pero se está perdiendo la capacidad de escuchar». En este sentido, asegura que sólo a través de una «escucha humilde y atenta» se puede llegar a la verdad.

En este sentido, afirma que la pandemia ha sumido en el silencio las calles. Pero, a pesar de catalogarlo como «un silencio dramático e inquietante», señala que, sin embargo, ha dado «la oportunidad de escuchar el grito de los más vulnerables, de los desplazados y del planeta gravemente enfermo».

Por otro lado, asegura que otro verbo importante es «compartir» y hace hincapié en la importancia de que las personas a las que se ayudan sean también artífices de su propio destino. «A veces, el impulso de servir a los demás nos impide ver sus riquezas. Si queremos realmente promover a las personas a quienes ofrecemos asistencia, tenemos que involucrarlas y hacerlas protagonistas de su propio rescate», señala.

Por ello, comenta que la pandemia ha recordado a la sociedad «cuán esencial es la corresponsabilidad». «Sólo con la colaboración de todos -incluso de las categorías a menudo subestimadas- es posible encarar la crisis», manifiesta. Finalmente, aboga por las iniciativas que promueven «espacios donde todos puedan sentirse convocados y permitir nuevas formas de hospitalidad, de fraternidad y de solidaridad».

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