-Publicidad-

    Andorra, destino de emociones fuertes para el verano

    Con la llegada del verano, el Principado se convierte en un punto de referencia para disfrutar de la naturaleza de forma activa. Andorra es un destino para los que quieren ponerse a prueba y para aquellos que quieren relajarse lejos de la ciudad.

    Emociones por todo lo alto: escalada, ví­as ferrata y puenting

    Con más de 200 ví­as, Andorra es el lugar idóneo para la práctica de la escalada. Existen diferentes niveles, tanto para principiantes como expertos. Los más avanzados  podrán enfrentarse al reto de la Pirámide, una pared de 150 metros de altura situada a 1.200 metros. Escaleras metálicas, cables, cadenas o puentes tibetanos marcan el itinerario a seguir en las ví­as ferratas del Principado. Las hay con pasos aéreos, con más de 300 metros de desnivel o con recorridos que alcanzan los 500 metros.

    Para descargar adrenalina, lo ideal es el puenting, una actividad que se puede practicar en el puente de Molleres de Canillo,  situado a unos 25 metros del suelo. La experiencia de saltar 15 metros de vuelo pendular es sólo para los más atrevidos.

    Pesca, diving y barranquismo, tres formas de disfrutar del agua

    Andorra cuenta con más de 70 lagos y en la mayorí­a de ellos se permite la pesca, con o sin muerte. La temporada de pesca en los rí­os empieza a mediados de abril y hasta finales de septiembre, y en los lagos, es un poco más tarde, desde finales de junio hasta finales de septiembre. Los lagos más conocidos para practicar este deporte son el de Pessons y Tristaina.

    Para pescar es necesario disponer de un permiso para realizar este deporte que puede ser para toda la temporada o sólo por dí­as.

    Además, en algunos lagos de Andorra se puede practicar submarinismo a más de 2.000 metros de altura. Las inmersiones están adaptadas a todos los niveles de dificultad, tanto para bautismos de buceadores noveles como para profesionales experimentados en lagos de hasta 80 metros de profundidad, y tienen una duración de entre 20 y 40 minutos de duración. El acceso hasta los lagos se realiza tras una excursión a pie, en burro o en helicóptero.

    El Torrente d»Urina, el d»Encodina o el de la Canaleta son algunos de los barrancos que pueden descenderse en Andorra. Depende de la época del año bajarán con más o menos agua, pero siempre se puede recurrir a la experiencia de un guí­a profesional que, según el nivel de los participantes, escogerá el más adecuado para que disfruten de un dí­a de saltos, toboganes naturales, rápel bajo cataratas de agua y de la experiencia del barranquismo.

    A caballo, en Gicafer o sobre un árbol, una forma diferente de disfrutar Andorra

    Los amantes de los animales y de la naturaleza podrán experimentar sus dos pasiones al recorrer los espacios que conforman el Parque Comunal Natural de los valles del Comapedrosa o los Valles del Norte a lomos de un caballo. Esta zona cuenta con muchas rutas y caminos que discurren entre bosques de chopos, pinos y abetos y zonas rocosas.

    Estos itinerarios a caballo son de distinto nivel de dificultad, tienen una duración de unas 3 horas, y están pensados para personas mayores de 10 años. Se hacen en compañí­a de un guí­a profesional y conocedor del terreno.

    Llegar hasta los rincones más insólitos del paisaje andorrano, tanto de dí­a como de noche, es posible a bordo del Gicafer, un vehí­culo anfibio capaz de transitar por todo tipo de terrenos. Habilitado para garantizar la máxima comodidad y seguridad de sus  ocupantes, con La Gica los secretos de la naturaleza andorrana de alta montaña, su riqueza animal y vegetal queda al descubierto. Todo esto sin moverse del vehí­culo.

    Los bosques de Segudet y de Engolasters, con sus pinos rojos de hasta 20 metros de altura son el escenario de los circuitos de aventura. Cuentan con plataformas de 10 metros en lo alto de los árboles y permiten recorrer un camino compuesto de tirolinas, puentes tibetanos, de troncos y lianas.

    Salir de la versión móvil