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    Jonan Fernández cree que en el final de ETA «no hay que dejar fuera de control ni militantes ni armamento ni una sigla»

    El secretario de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández, ha señalado que en lo que respecta al final de ETA «no pueden quedar flecos» y por ello «no hay que dejar fuera de control ni militantes ni armamento ni una sigla, como tampoco una revisión crítica del pasado».

    En una entrevista concedida a El Correo, recogida por Europa Press, Fernández califica de «gran cambio» el que la organización terrorista haya pasado «de un esquema de negociación bilateral de desarme, a uno unilateral y definitivo» y advierte de que ahora «lo urgente es el desarme y lo importante, la convivencia».

    Asimismo, y preguntado por si el Ejecutivo vasco tiene datos que apunten a una posible escisión en ETA, señala que «no hace falta tener datos», ya que «todo grupo humano organizado vive en tensión porque hay diferentes formas de ver la realidad». «No es difícil imaginar que, en este momento, en ETA habrá una mayoría de acuerdo con el proceso que se está siguiendo y otros que no», añade.

    A su juicio, cuando se habla de un final ordenado de ETA o de una «disolución con garantías» se refiere a que «no pueden quedar flecos». «No hay que dejar fuera de control ni militantes ni armamento ni una sigla, como tampoco una revisión crítica del pasado», subraya.

    En este contexto, reconoce que la «escenificación» del gesto de sellado de armas por parte de la organización terrorista «ha sido desafortunada y eso ha restado credibilidad a ETA y los verificadores».

    Asimismo, manifiesta que tras la declaración de los verificadores en la Audiencia Nacional, estos «van a tener dificultades» para continuar con su labor, pero destaca que «tienen experiencia internacional en situaciones complicadas».

    Respecto a la política penitenciaria, Fernández cree que debe cambiar por «múltiples razones». «Porque legalmente es posible, porque es conveniente y porque ayudaría a que las cosas fueran mejor», describe.

    Por último, incide en que tanto ETA como la izquierda abertzale «tienen un trabajo expreso a la hora de hacer una valoración crítica del daño injusto que se ha hecho».

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