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Suruç un pueblo entre dos países

Suruç es un pueblo situado en el Kurdistán Turco, cerca de la frontera con Siria. La mayoría de su población es de origen Kurdo. Su economía se basa en la agricultura servicios y construcción. Las confesiones religiosas de sus habitantes son musulmanes y cristianos. Dos partidos se dividen el voto por un lado el AKP Turco y por el otro DBP Kurdo. Sus calles están llenas de vida, puestos ambulantes de frutas y especies.

Desde primeras horas de la mañana, un constante bullicio de gentes andando, en coches, autobuses, recorren sus principales calles. Los comercios tienen sus productos en las calles. Desde las mejores verduras o carnes, a pescados de río o armerías donde puedes comprar fácilmente un fusil Kalasnikov. Limpiadores de zapatos, barberías, sastrerías, todos te invitan a comprar sus productos.

Desde primeras horas de la mañana las panificadoras no paran de amasar harina que se convertirá en un riquísimo pan. Sus dulces son irresistibles a la boca de los mas golosos, la miel es en la mayoría de los casos un ingrediente que los hace deliciosos.

Suruç es un gran zoco en el que puedes comer las verduras más deliciosas hechas en horno de leña o probar sus auténticos Kebha o durum para los amantes de la carne. 

Cuando el visitante recorre sus calles no se quedan indiferentes. Siempre encantados de hacerse una fotos con un extranjero y de saber de donde viene, no podrás irte de un comercio o puesto ambulante sin beberte un té que te brindarán muy amablemente. El té es la bebida oficial, aunque puedes encontrar cervezas y vino.

Cruzar una calle muchas veces es un acto temerario, los coches circulan sin una norma organizada, si llegas primero pasas y no hay mas que discutir. Las bocinas de los vehículos son una constante en la urbe. Para advertir su presencia, saludar o como diciendo que circulan por allí, el estruendo de sonidos esta presente en la calle.

Sus tiendas se iluminan con colores primarios muy saturados. Los colores definen una forma de ver el mundo en su cultura. Los vestidos de mujer expresan esa óptica de los colores vivos con hilos de oro. Las mujeres Kurdas como las árabes son de largos cabellos negros y ojos claros en la mayoría de los casos. Utilizan pañuelos en la cabeza, unas veces estampados con motivos que expresan a través de sus flores la alegría del día y otros lisos con los colores de la tierra y sus especies. El color y la alegría forman parte de su adn.

Es un pueblo con una gran presencia militar Turca, y muy cerca de Kobani, pueblo que se ha colado en nuestras vidas por el ataque que sus habitantes han sufrido a manos del (IS) y a la vez admirado por su resistencia en la lucha. Kobani es el primer pueblo que derrota al (IS). Hoy es el símbolo de los luchadores por la libertad, donde brigadistas de todos los continentes sueñan con estar al lado de las YPG-YPJ.

Las calles de Suruç son patrulladas por tanques que unas veces son militares y otras veces de la policía. La cuerpos de policía de Suruç hacen la función de Policía militar más que civil.

Suruç es un pueblo donde el movimiento en sus calles comienza muy temprano y va subiendo al ritmo de sus pulsaciones a lo largo del día. A la hora de comer no se cierran los comercios.

En sus calles no encuentras centros comerciales ni franquicias de grandes marcas, al contrario, más bien su fotografía se sitúa en la segunda mitad del siglo pasado, eso si con teléfonos celulares e internet.

Los modelos de coches son de hace cuarenta años, circulando al lado de carros tirados mpor burros o mulas. Sus calles y plazas conservan la magia y belleza de los soñadores y de las diosas sagradas que alrededor de un té y acompañando a un queso fresco, saborean las leyendas de las mujeres y hombres que desde Kobani nos recuerdan que los héroes nunca mueren.

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