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jueves, 28 marzo 2024
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Más de 2.000 alumnos en riesgo de exclusión aprenden robótica para «romper» con la pobreza y los estereotipos de género

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Ayuda en Acción ha enseñado a través de su proyecto ‘Mak3rs’, que comenzó el pasado curso 2016/17, robótica e impresión 3D a un total de 2.263 alumnos en riesgo de exclusión y 179 docentes, en 20 centros educativos de nueve comunidades autónomas, con el objetivo de romper la brecha digital y de género.

Concretamente, el responsable de Innovación de la ONG, José Estévez, ha señalado a Europa Press que ‘Mak3rs’ ayuda a desarrollar competencias tecnológicas y digitales, que permitan a los alumnos en un futuro «romper con el círculo de la pobreza». «Además, tiene como objetivo luchar contra la brecha de género que existe en el mundo de la ciencia. Buscamos romper con los estereotipos asociados a los roles de género, para empoderar a nuestras alumnas y facilitar el papel activo de la mujer en las TIC», ha afirmado.

«En este proceso de aprendizaje, los estudiantes desarrollan además capacidades que les permitan afrontar con éxito otras asignaturas, convirtiéndose así la tecnología en una herramienta de lucha contra la desafección educativa», ha comentado Estévez.

El proyecto ‘Mak3rs’, que forma parte del programa de apoyo a la infancia en España de Ayuda en Acción ‘Aquí también’, promueve la innovación educativa con base tecnológica en los jóvenes que viven en entornos urbanos no inclusivos y en comunidades poco cohesionadas. «Trabajamos en colegios públicos y concertados de precio cero, situados en barrios de alta complejidad, con población migrante y elevadas tasas de paro», ha afirmado Estévez.

«Nuestro alumnado son hijos e hijas de familias en riesgo de exclusión que están creciendo dentro de un contexto social complejo: entornos urbanos no inclusivos, comunidades poco cohesionadas donde confluyen minorías religiosas y étnicas con problemas identitarios», ha señalado.

APLICACIÓN DE LA TECNOLOGÍA EN SU ENTORNO COTIDIANO

En este sentido, ha añadido que ‘Mak3rs’ «conecta las necesidades» del entorno social del alumno, con la posibilidad de desarrollar proyectos tecnológicos, «reflexionando con ellos sobre la aplicación de los resultados de su trabajo en su entorno cotidiano».

De este modo, el proyecto pretende reducir la brecha digital, haciendo accesible la formación tecnológica, poniendo especial énfasis en la educación en valores y el enfoque de género, así como luchar contra el absentismo escolar y fomentar las vocaciones tecnológicas.

Además, busca despertar el interés por el conocimiento en el ámbito de la ciencia y la tecnología, para abrir las puertas de acceso a este sector y fomentar el emprendimiento.

Desde el inicio del proyecto, Ayuda en Acción ha contado con BQ Educación, la división educativa de la tecnológica española, para el desarrollo conjunto de la metodología y la generación de los contenidos, así como para impartir la formación a los docentes y el alumnado. La enseñanza robótica e impresión 3D se imparte en horario lectivo en los centros educativos.

«El proyecto se implementa mediante la dotación de material de robótica educativa y la formación a estudiantes y docentes en su uso. Nos apoyamos en socios especializados que capacitan a los docentes, dado que ellos son el auténtico motor del cambio educativo», ha explicado el responsable de Innovación de la organización.

UNA HERRAMIENTA CONTRA LA EXCLUSIÓN

Para el responsable de Innovación de Ayuda en Acción, el impacto de ‘Mak3rs’ está siendo «muy positivo» en instructores, docentes y estudiantes, y, a su juicio, está demostrando ser una herramienta con un «enorme potencial» en la lucha contra la exclusión.

«Los docentes involucrados en el proyecto valoran muy positivamente que la incorporación de la tecnología en el aula abra nuevos caminos para el aprendizaje. Las evaluaciones demuestran que ‘Mak3rs’ refuerza la motivación de los estudiantes y su percepción de autoeficacia y autoestima», ha sentenciado Estévez.

«La robótica es una manera muy buena de acercar la tecnología a la enseñanza práctica y los alumnos están encantados, porque lo trabajan desde aspectos aplicables a su vida cotidiana. Mi deseo es que podamos seguir impartiendo estos talleres durante muchos cursos más, es muy importante para nuestro alumnado, que no tendría posibilidad de acceder a esta enseñanza de otra manera», apunta el profesor de la CEMU Leganés (Madrid) Juan Manuel Pérez Neila.

Según señala la directora del instituto María Aurelia Capmany de Cornellá de Llobregat (Barcelona), Gemma Coll, trabajan en un entorno en el que los jóvenes tienen «muchas dificultades» para salir adelante y son los docentes los que tienen la «responsabilidad» de ofrecerles «todas las herramientas necesarias para garantizarles un futuro que les permita mejorar su calidad de vida y la de sus familias».

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