15.3 C
Madrid
jueves, 28 marzo 2024
Array

Rulo: «La gente joven no tiene los prejuicios musicales que seguimos teniendo los de cuarenta»

MÁS INFORMACIÓN

Todos los discos de Rulo (Raúl Gutiérrez Ánderez, Reinosa, 1979) son en mayor o menor medida autobiográficos, pero este está ‘Basado en hechos reales’. Porque precisamente así se titula la cuarta referencia del cántabro con su Contrabanda. «Cuando en una peli ponen basado en hechos reales es como que va más en serio y mola», bromea con Europa Press, hilando con el hecho cinematográfico de haberlo grabado en Los Ángeles, meca del cine, con el productor Thom Russo.

«Lo que menos me importa es que ponga ‘grabado en Los Ángeles’ en el disco, eso con 25 años impresiona pero ahora me da igual», apunta sobre el enclave donde registró esta decena de nuevas canciones, rememorando de paso que ya estuvo «a punto» de grabar con Thom Russo con La Fuga -su exbanda- hace 15 años pero no se atrevieron.

Sí se ha atrevido esta vez, pero no sin antes verse cara a cara con el productor para comprobar si hay conexión: «Le dije, Thom, yo voy para allá, nos tomamos una birra y nos vemos. No voy a currar por Skype y luego llegar para grabar. La premisa era conectar y si no, seguíamos con el plan de grabar en Madrid que es cómo y también una maravilla».

Así que una vez establecida esa conexión, a California se fue Rulo para vivir un proceso durante el cual les han pasado «cosas de película todo el rato». Como por ejemplo, contar con el guitarrista Craig Ross (Lenny Kravitz, Eric Clapton, BB King): «Un amigo me dijo que Craig nos había escuchado en Spotify y que quería grabar con nosotros. Le dije que no teníamos dinero para pagarle y me respondio que no, que lo hacía por la cara. Así que vino, grabó en ‘Bienes y males’ y ‘El blues de los sueños rotos’ y pasamos un día con él».

«Hay trenes que no pasan varias veces», remata, quien para este álbum ha contado también en los Steakhouse Studios con las baterías de Randy Cooke (Smash Mouth, Ringo Starr, Alanis Morissette), las cuerdas de Stevie Blacke (Elton John, Joe Cocker, Lady Gaga), el bajo de Eric Holden y los teclados del propio Russo. Él propio Rulo completó las guitarras con Dani Baraldés ‘Pati’.

NO ES UN DISCO DE ROCK

El resultado es un disco que «no es de género», tal y como recalca en varias ocasiones. «Jamás me verá nadie llevar ninguna bandera de ningún estilo y por eso soy libre y puedo hacer lo que quiera», subraya, para luego plantear que ‘Bienes y males’, ‘Todavía’ o ‘Verano del 95’ son rock, pero también hay otras que no, e incluso ‘La última bala’ es un patrón de country.

«La compañía pone pop-rock aunque yo no pondría nada. Claro que ahí cabe ya todo», apunta con humor, para insistir después en que no va de «salvador de nada». «Yo soy compositor. Siempre digo que tengo dentro un cantautor y un rockero peleando… Aunque sí es verdad que me cuesta más equilibrar los discos hacia el rock últimamente», explica.

Y aún añade Rulo con media sonrisa y la confianza que da tener una base fiel de seguidores que opinan como él: «Es un disco de canciones, ese es mi único compromiso. Los fundamentalistas del rock no tienen nada que hacer conmigo. Y los del pop tampoco, porque para unos soy muy blando y para otros muy duro. Para mí soy yo y así es».

En esas canciones se ha atrevido Rulo incluso a meter arreglos de cuerdas. «Hay que darse ese permiso», afirma, puesto que a los que vienen del rock, como él, les «cuesta» dar ese tipo de pasos. «Ya nos costaba en La Fuga meter baladas, pero mira los discos heavies de los ochenta cuanto vendían por las baladas», lanza divertido, apuntando que el tema ‘Las señales’ lo empezó a componer al piano.

PREJUICIOS Asegura entonces Rulo que «con veinte años tienes muchísimos prejuicios, más de los que crees», y se pregunta por qué si a él le gustaba con 18 años Joaquín Sabina «no podía decirlo en el barrio». «Éramos sectas, pero eso ya no pasa», sentencia.

Y cuenta entonces una experiencia personal del pasado verano para apuntalar su afirmación: «Estuvimos en el festival Riverland de Asturias con C. Tangana, Beret, Sidecars y nosotros. Me preguntaba si alguien cantaría nuestras canciones, pero salimos y cantaba todo el mundo. Luego salieron Natos & Waor y todo el mundo cantando todo igual. La media era de 18 años y el 60 por ciento chicas. Me fui a la cama feliz».

En contraposición con esa experiencia, señala Rulo que a sus conciertos en teatros asiste «gente de 55 años, de 40 con hijos y todos con la camiseta de Rulo». «Eso es una maravilla. La gente joven no tiene los prejuicios musicales que seguimos teniendo nosotros los de cuarenta. Antes me cortaba, pero ahora digo ‘vamos a meter cuerda’ y de puta madre», remacha.

Aunque los jóvenes no tengan los prejuicios de anteriores generaciones, sí que ve preocupante el cántabro que ahora a la gente le tengan que «gustar las canciones en veinte segundos». «Yo me abro en canal en las canciones y con un adelanto de veinte segundos ya te responde alguien en las redes que eso es una puta mierda. Hay que olvidarse de prejuicios y lo mejor de la gente joven ahora es que no los tienen, buscan canciones. A mí mi público me pide que haga canciones y eso es lo más difícil, porque ceñirse a un género es mucho más fácil», zanja.

GIRA

La gira de presentación arrancará con tres conciertos en La Riviera madrileña los días 14, 15 y 16 de febrero, algo aún por anunciar pero que Rulo adelanta sin problema: «Está a punto de agotarse la segunda Riviera y haremos tres; viernes, sábado y domingo. Ya dos me parecía un flipe así que maravilloso».

Después será turno para Valladolid (21 de febrero, Lava), Santiago de Compostela (22 de febrero, Capitol), Girona (28 de febrero, La Mirona), Pamplona (6 de marzo, Zentral), Bilbao (7 de marzo, Santana 27), Barcelona (13 de marzo, Barts), Gijón (20 de marzo, Albéniz) y Sevilla (28 de marzo, Custom).

Tras esta gira por salas vendrá la de verano, y en otoño visita a América. Después un parón para preparar la gira de teatros y auditorios de febrero a mayo de 2021, que dará paso otra vez a los festivales y vuelta a América el siguiente otoño. Y entonces fin: «Me subo a un viaje que dura dos años. Ya estoy pensando en el siguiente disco, aunque igual interrumpo todo porque quiero hacer un disco de duetos en estudio para que nadie me falle. Es una idea, a saber, divago mucho».

Siempre en busca de la emoción y la conexión, en definitiva, ya sea escribiendo o tocando sus canciones. «De todas las artes, la que más cala es la música. No creo que traspasen más otras, al menos para mí, con todo el respeto del mundo», reflexiona, antes de terminar con una sentencia que resume su forma de ver la vida misma: «Las canciones son balsámicas. Yo necesito escuchar canciones».

MÁS INFORMACIÓN

- Publicidad -
- Publicidad -

Última hora