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viernes, 29 marzo 2024
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La pandemia intensifica las dificultades de acceso a la alimentación, según las ONG

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La pandemia ha «intensificado» las dificultades en el acceso a la alimentación tanto de las personas en situación de pobreza y exclusión social en España como de las poblaciones de los países más empobrecidos del mundo, según advierten diferentes ONG con motivo de la conmemoración este viernes 16 de octubre del Día Mundial de la Alimentación.

En España, Cáritas reclama medidas estructurales para garantizar el derecho a la alimentación de las familias vulnerables, sobre todo, ante las dificultades que está suponiendo el impacto de la Covid-19.

Desde la irrupción de la emergencia sanitaria y la declaración del Estado de alarma el pasado mes de marzo, Cáritas ha constatado un incremento del 77% en el número de demandas de emergencia recibidas por el conjunto de la red confederal y de un 57% en el de personas atendidas.

A pesar de la gravedad de la situación actual, y de que aún no pueden medir con precisión el alcance de la misma, afirman que el contexto coyuntural de pandemia «viene a intensificar las realidades de exclusión y, en concreto, las dificultades de acceso al derecho a la alimentación, que tienen su origen en causas estructurales».

Según advierte Cáritas, la garantía del acceso al derecho a la alimentación tiene también un origen estructural, como son «el desempleo y la precarización laboral, o los precios abusivos en alquileres y compra de viviendas (el 33,6% de las familias en situación de exclusión tienen gastos excesivos en la vivienda)».

Según el VIII Informe de FOESSA, el 17,9% de las familias han reducido los gastos en alimentación y el 7,7% no llevan una dieta adecuada. Los porcentajes aumentan para la población más vulnerable pues el 45,1% de las familias en situación de exclusión se han visto obligadas a reducir los gastos en alimentación.

Por ello, Cáritas reclama políticas «estructurales, planificadas y con dotación económica adecuada» en lugar de «ayudas descoordinadas, puntuales, puramente asistenciales o de emergencia»; y propone tarjetas solidarias para que las familias puedan comprar lo que necesitan en cualquier tienda para evitar la segregación social.

También defiende el movimiento contra el despilfarro alimentario que puede ser, según la organización, cauce para la incorporación sociolaboral, después de un proceso de formación, de jóvenes que no han tenido oportunidades en el ámbito académico, personas adultas que se han quedado descolgadas del mundo laboral o población migrante con dificultades de integración.

MÁS DE 19 MILLONES DE PERSONAS PASARÁN HAMBRE

A nivel internacional, la ONG World Vision ha alertado de que la COVID-19 podría provocar que más de 19 millones de personas, más de la mitad de ellos niños (10 millones), pasen hambre en 12 países. Además, advierte de que el número de personas en riesgo de morir de hambre ha aumentado un 50% respecto al año pasado.

La ONG teme que, si la comunidad internacional no aumenta los fondos para satisfacer las necesidades alimentarias urgentes en estos y otros contextos frágiles, «millones de personas podrían morir». Hasta ahora, según denuncia, «solo se ha recibido alrededor del 29% del presupuesto necesario para prevenir una posible hambruna».

«Los niños de todo el mundo se enfrentan todos los días a un hambre devastadora. Las señales se dejan ver claramente. Varios países corren el riesgo de verse sumidos en situaciones de hambruna. Necesitamos fondos para apoyar a los niños de todo el mundo, y los necesitamos ahora mismo», ha exclamado el presidente y director ejecutivo de World Vision International, Andrew Morley.

En concreto, avisa de que los países que antes de la pandemia se encontraban ya en crisis debido a los conflictos son los que corren el mayor riesgo de sufrir hambrunas, como la República Democrática del Congo, un país sumido en un conflicto durante décadas que tiene ahora «5,7 millones de personas en riesgo de morir de hambre», lo que supone un aumento del 77% en comparación con 2019.

Por su parte, Alianza por la Solidaridad-ActionAid ha denunciado la «insuficiencia» de fondos para prevenir la «oleada de pobreza que se avecina» en todo el mundo y ha pedido más flexibilidad para la que las ONG puedan utilizar los fondos ya adjudicados para hacer frente a las «graves carencias» ya detectadas.

AUMENTO DEL PRECIO DE LOS ALIMENTOS

En concreto, la ONG denuncia que el aumento del precio de los alimentos durante la pandemia está teniendo graves consecuencias sobre la seguridad alimentaria de las personas. A ello se une el cierre de los mercados en muchos países, impidiendo que los pequeños campesinos puedan adquirir insumos como las semillas de las que ahora dependen.

Esto, según advierte, junto con los efectos del cambio climático con lluvias erráticas es «un hándicap» para la producción que se notará en las cosechas futuras.

«Se está poniendo de manifiesto que hay que volver a conceptos como la soberanía alimentaria, porque los países no pueden depender de lo que llega de fuera en lo más básico. También está quedando claro que el trabajo de las ONG es fundamental para dar respuestas rápidas en lugares y sectores a los que no llegan los estados», ha subrayado la directora de Alianza por la Solidaridad, Ana Alcalde.

La organización detecta ya estas consecuencias en países del Sahel donde, si bien la pandemia no ha impactado tanto la salud como en otras zonas del mundo, sí lo ha hecho el cierre de fronteras y la subida de precios. Además, en Burkina Faso, Chad, Costa de Marfil, Mali, Mauritania, Níger, Nigeria y Senegal ha habido «graves inundaciones que han destruido cultivos y provocado pérdidas de animales domésticos».

10.000 NIÑOS PODRÍAN MORIR CADA MES

Para Acción contra el Hambre, todo apunta a que la COVID-19 duplicará el número de personas en situación de crisis alimentaria antes de final de año, alcanzando los 265 millones de personas, con un incremento de más de un 14% el porcentaje de niños que podrían morir cada mes por desnutrición como consecuencia de la pandemia, lo que se traduciría en 10.000 muertes infantiles más por mes.

Aunque admite que el epicentro mundial de la pandemia no está en los países con más hambre, señala que el golpe para los sistemas alimentarios, la caída de las economías informales o la reducción de los servicios de prevención y tratamiento de la desnutrición hacen temer un aumento del hambre.

La ONG alerta también de que el cierre de fronteras y la ruptura de los mercados han provocado una hiperinflación que en muchos países está llevando a la población a pasar hambre en mercados abastecidos. En Siria, por ejemplo, el coste de la canasta básica de alimentos ha aumentado un 240%.

En el mundo, la ONU calcula que casi 1.000 millones de personas podrían pasar hambre como consecuencia de esta pandemia, unos 130 millones más que los 820 millones del año anterior.

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