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viernes, 29 marzo 2024
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Ribera elogia al escritor Miguel Delibes en su centenario por vincular las letras a la biodiversidad y el mundo rural

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La vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha elogiado la figura del escritor vallisoletano Miguel Delibes con motivo de la celebración del centenario de su nacimiento, y recuerda que su figura logró vincular la literatura a la biodiversidad y reflejar la realidad de la España interior.

Ribera, responsable de las políticas contra el reto demográfico, ha parafraseado a Delibes al recordar su discurso de ingreso en la Real Academia Española de la Lengua en 1975, cuando manifestó que el éxodo rural es un «fenómeno universal irremediable, ya que en la actualidad «nadie quiere parar en los pueblos» a los que definió como «símbolo de la estrechez, el abandono y la miseria», el abandono y la miseria».

Así, destaca que aquella «frase tan dura, tan tremenda» formulada hace 45 años era un «verdadero alegato emocional, social, comprometido con las personas con las que convivía, pero también es un alegato de la emergencia climática».

Además, recuerda que Delibes lo pronunció exactamente el mismo año en que el científico Wallace Broecker acuñó por primera vez el término «cambio climático» en un artículo científico en el que alertaba de los efectos de la emisión de gases de efecto invernadero en la temperatura.

Ribera añade que de forma contemporánea Delibes se preguntaba: «¿No sabemos que el aire, el agua y la tierra contaminadas envuelven un riesgo inmediato para la vida? ¿Desconocemos acaso que un aparato supersónico que se desplaza de París a Nueva York consume durante las seis horas de vuelo una cantidad de oxígeno aproximada a la que durante el mismo tiempo necesitarían 25.000 personas para respirar? A la humanidad ya no le sobra el oxígeno».

Para la vicepresidenta cuarta aquellas fueron «palabras sabias» para una persona «sabia», que decía cosas que forman parte de la agenda ambiental desde hace mucho, pero que ha costado mucho que lo hagan con el protagonismo que se merecen.

En el centenario de su nacimiento, Ribera define a Delibes «sin duda» como uno de los escritores españoles más importantes del siglo XX, pero además como un ser humano que fue «capaz de vincular literatura, emociones, visibilidad del mundo rural, necesidades de las personas y reflejar la importancia de la convivencia entre hombre y tierra».

«Un amor por lo rural, por la naturaleza que impregnan muchas de sus obras y escritos, que leídos hoy nos dejan ver a un hombre convencido de la necesidad de vivir dentro de los límites ambientales y, por tanto, una persona adelantada a su tiempo, preclara y comprometida», ha valorado.

Igualmente, ha apuntado que Delibes no solamente retrató la riqueza de la biodiversidad del interior de España, sino que vislumbró con claridad la nueva realidad demográfica que ya empezaba a dibujarse en España.

«Una realidad demográfica que abunda, que incrementa la diferencia entre lo rural y lo urbano, entre las oportunidades de unos españoles frente a las de otros. Algo que sabemos que tenemos que corregir», admite la responsable de las políticas contra la despoblación.

La ministra recuerda la emoción colectiva que se sintió cuando el autor falleció hace ahora diez años, y subraya que Delibes ocupó el sillón «e minúscula», «e también de ecología», una rama en la que también ha destacado el hijo del también periodista, Miguel Delibes de Castro, a quien ha elogiado como «un digno sucesor de la conciencia ambiental y compromiso de progreso de su padre».

«Mi más sincero homenaje, reconocimiento a un hombre sobresaliente, a una persona comprometida con su tiempo, con sus conciudadanos, con la naturaleza, que supo entender los grandes desafíos a los que hoy seguimos teniendo que hacer frente y que nos marcan una agenda de transformación profunda, de recuperación, de oportunidades para todos, de reducción de los vínculos de desigualdad, de respeto, admiración y dignidad para cada uno de nuestros compatriotas, pero también, cómo no, para cada uno de los seres vivos que forman parte de ese frágil entorno, de ese ecosistema al que cada uno de nosotros pertenecemos», concluye la ministra.

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