El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha ensalzado el «valor humano» de los ciudadanos que se lanzaron a la calle de Toledo, número 98 de la capital, para ayudar tras la explosión que se produjo en un edificio de la Parroquia de la Virgen de la Paloma que servía como residencia sacerdotal y que ha provocado la muerte de cuatro personas.
«Lo más significativo es el valor humano y cristiano que el pueblo de Madrid mostró ayer, lo vi yo que estuve allí hasta la noche. Es un pueblo que engendra una relación de pertenencia, todo el mundo estaba interesado por los demás, se daban lazos de integración y se rompían esos círculos que, a veces, nos aturden y hacen desentendernos los unos de los otros», ha indicado Osoro este jueves, en declaraciones a Telemadrid recogidas por Europa Press.
Para el cardenal, es «el poso que tiene la ciudad de Madrid», el de ayudarse los unos a los otros, algo que, a su juicio, los madrileños han demostrado «durante toda la pandemia» y también ante este suceso.
El arzobispo de Madrid también ha recordado a las víctimas mortales de la explosión, David, un feligrés de 35 años que era electricista y acudió a la residencia sacerdotal para echar una mano con la caldera, y a Rubén, otra de las personas fallecidas, sacerdote de 36 años, al que el propio cardenal Osoro ordenó hace siete meses, y de quien ha destacado su «enorme grandeza de corazón».
Asimismo, ha recordado que la parroquia a la que pertenece el edificio donde se produjo la deflagración, es «un santuario mariano, de los más antiguos de Madrid, donde nació la primera comunidad del movimiento neocatecumenal» y donde actualmente se reúnen muchas personas pero que en ese momento no se encontraban en el edificio.
En un tuit publicado este jueves por el arzobispo de Madrid, asegura sus oraciones por los cuatro fallecidos y sus familias, así como por todos los afectados.