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viernes, 26 abril 2024
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Las víctimas del exprofesor del Valdeluz afirman que los abusos fueron a más con los años

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No denunciaron durante años porque no querían hacer daño a la mujer del acusado, hacia la que sentían un especial cariño.

Otras tres antiguas alumnas del colegio Valdeluz han afirmado este miércoles ante el tribunal que juzga al exprofesor Andrés D.D. que sufrieron abusos sexuales en el colegio, en la academia de música y en las barbacoas que organizaba el docente en su casa de Sevilla La Nueva, intensificándose los tocamientos a medida que iban cumpliendo años, han informado a Europa Press fuentes jurídicas.

La Sección 23 de la Audiencia de Madrid ha celebrado la tercera sesión de la vista contra el procesado, que se enfrenta a 69 años de prisión por catorce delitos de abusos sexuales. En la primera sesión, el acusado negó cada uno de los hechos que se le atribuyen, manifestando que todo se debe a «una venganza» de las chicas hacia su mujer y a sus hormonas de adolescentes.

La mayoría de los abusos se cometieron presuntamente en la academia de música donde Andrés les daba clases individuales. Sin embargo, algunas sostienen que también lo hizo en el colegio, un hecho que no quedó demostrado durante la instrucción judicial. La imputación sobre el exdirector y el entonces jefe de estudios se levantó al no haber indicios de su responsabilidad en el caso.

Una de las chicas que hoy ha declarado por videoconferencia ha manifestado que el docente aprovechaba los recreos en el colegio para decirla que se fueran con él y recuperar clases que habían perdido. Entonces, la sometía a tocamientos de diversa índole.

Se trata de la primera joven que ha asegurado que los abusos se cometieron dentro de las instalaciones del colegio, que se sienta en el banquillo como responsable civil subsidiario.

Otra de ellas ha afirmado que los abusos los sufrió en las barbacoas que Andrés organizaba en su casa de Sevilla La nueva, mientras que otra ha relatado que fue vejada en la academia que dirigía su mujer.

CRECÍAN EN SU INTENSIDAD

Las testigos han explicado que a medida que iban creciendo los abusos se iban incrementando, indicando que cuando eran más pequeñas no comprendían lo que podría estar pasando. «Con los años se dieron cuenta que eso no era normal», han comentado las mismas fuentes.

Además, han comentado que no denunciaron durante años los hechos por el cariño que tenían a la mujer del acusado, en contra de lo que éste afirma acerca de que todo responde a «una venganza» de las niñas hacia su esposa por su duro carácter.

Otra de las chicas que ha comparecido se ha retractado de su acusación y ha asegurado que nunca sufrió tocamientos, pese a que así lo afirmó en sede policial. Al respecto, ha asegurado que entonces estaba confundida por todo lo que estaba saliendo, expresando el cariño que siente hacia su antiguo docente.

Muchas de las menores sufrieron los abusos durante años, comenzando cuando eran muy pequeñas. Según su relato, la intensidad cada vez iba a más hasta que pudieron comprender que lo que les hacía no era normal.

La gran mayoría de los supuestos abusos se cometieron en clases individuales, sin que haya testigos de lo ocurrido. Por ello, el testimonio de las chicas será clave para sustentar una condena, al igual que lo que afirmen los psicólogos que en su día examinaron a las mismas para verificar la credibilidad de su relato.

Mañana, concluirán las testificales de las denunciantes. Tras ellas, comparecerán los policías que se encargaron de la investigación, otros testigos y los psicólogos que examinaron a las menores.

DE BESOS A TOCAMIENTOS

El profesor trabajó en el colegio Valdeluz desde 1999 donde impartía Ética, Música y Religión. Además, era también tutor de algunos cursos de Bachillerato e incluso regentaba una academia de música en un local próximo al centro escolar donde impartía clase a algunas menores que eran también alumnas suyas en el Valdeluz.

Durante el transcurso de las clases, según el relato del fiscal, «aprovechando su superior situación de docente sobre las menores» y la privacidad de las clases individuales que impartía, el acusado «siempre con la intención de satisfacer su deseo sexual» fue desplegando conductas sobre las menores que «progresivamente» pasaron de besos a caricias en las piernas y tocamientos.

Incluso, agrega la Fiscalía, les incitaba a que le tocaran sus genitales «y llegando en algún caso concreto a introducir sus dedos en la vagina de las menores».

Pero en su última comparecencia judicial, Andrés D.D. negó haber cometido esos abusos, se ratificó en su inocencia y aseguró desconocer los motivos que llevan a las menores a señalarle, pues su relación con las alumnas era «cordial» y «correcta» y no cree que existiera una especial animadversión de las chicas hacia él.

El profesor, único acusado del caso y detenido el 11 de febrero de 2014, estuvo dos meses en prisión preventiva, pero el juez decretó posteriormente su libertad condicional, con obligación de comparecer en el juzgado los días 6 y 20 de cada mes, la retirada del pasaporte y la prohibición de acercarse al centro educativo.

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