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viernes, 26 abril 2024
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El exceso de sudor: un problema estético y social

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Más de 2.000.000 de españoles sufren en la actualidad hiperhidrosis Con la llegada del calor las consultas para eliminar el sudor se incrementan un 20%. El sudor tiene como finalidad regular la temperatura corporal. Sin embargo, las personas que padecen hiperhidrosis producen una cantidad de sudor que supera con creces la cantidad necesaria para la regulación su temperatura.

 

Según un estudio (Hundt et al. Arch Dermatol 2002), los pacientes con hiperhidrosis axilar presentan una tasa de sudoración media de 4 a 5 veces superior a la de los individuos sanos.

Se desconoce la etiologí­a de la hiperhidrosis, aunque hay diversos factores que pueden desempeñar un papel importante como son por causas genéticas (65% de los pacientes cuentan con un historial familiar), hiperactividad del sistema nervioso simpático, desregulación del sistema nervioso simpático y disfunción hipotalámica.

Se estima que los casos de sudoración excesiva afecta a entorno un 2,8% de la población española, lo que supone algo más de 2 millones de españoles, siendo la edad de mayor prevalencia entre los 18 y los 54 años, coincidiendo con la actividad laboral.

La hiperhidrosis tiene un impacto enorme en la vida cotidiana. Afecta a la elección de la ropa y sus colores, a la confianza y autoestima, incluso en algunos casos a los puestos de trabajo que elijen. Esta patologí­a, es responsable por si misma de la aparición de complejos personales que dificultan en gran manera las relaciones sociales y también el trabajo manual dado que estos enfermos casi siempre tienen las manos mojadas de sudor. Cuando se da en las axilas produce malestar por las marcas que deja en la ropa y por el mal olor que puede desprender, y si se tiene en los pies produce trastornos tróficos en la piel de la planta de los pies, dificultades en el calzado y molestias al andar.

 

Pero a pesar de las travas sociales que produce la sudoración excesiva, solo un tercio de los que la padecen, lo ha comentado con un profesional sanitario.

A parte de componente puramente médico de la hiperhidrosis, hay un volumen considerable de gente con un sudor normal que por comodidad, estética o higiene, acuden a los centros de medicina estética para dejar de sudar durante el periodo estival. Por ello, «durante los meses de mayo y junio, las consultas para tratar el sudor, ya sea por patologí­a o por estética, se incrementan un 20% «, según palabras de la Dra. Navarro, directora médico de Instimed.

La toxina botulí­nica. LA SOLUCIí“N í“PTIMA

Se ha comprobado que la infiltración de toxina botulí­nica, más conocida como Botox, en las zonas afectadas bloquea parcialmente la inervación de las glándulas sudorí­paras, minimizando la sudoración a lí­mites normales y totalmente satisfactorios.

 

La toxina botulí­nica constituye un significativo adelanto frente al resto de alternativas: las molestias de los antitranspirantes (que lo que hacen en tapar y no eliminar), los efectos secundarios de los fármacos, o la extirpación de las glándulas sudorí­paras, que requiere pasar por anestesia general, cirugí­a e ingreso hospitalario y producen el temido efecto de «compensación «.

En que consiste el tratamiento con toxina botulí­nica:

 El paciente debe acudir a la clí­nica con las axilas afeitadas, sin desodorantes o antitranspirantes 24 horas antes del tratamiento. Tampoco debe hacer ejercicio y tomar bebidas calientes 30min antes del tratamiento

Al paciente se le realiza la prueba de Yodo-Almidón, que consiste en poner povidona yodada y almidón en las axilas. Con esta prueba se identifican las zonas de mayor sudoración, con el fin de optimizar la dosificación de la toxina, infiltrando más cantidad en aquellas zonas de mayor actividad.

Posteriormente, gracias a microinyecciones, se va inyectando la toxina en puntos separados en 1cm de distancia.

Las zonas que mejor responden al tratamiento son las axilas, luego las manos y por último los pies.

¿En cuanto tiempo se ven los resultados?

Los resultados se aprecian a la semana de haber realizado el tratamiento. Y si bien no bloquea la sudoración totalmente, si lo ha reducido a unos valores normales, lo cual produce un refuerzo psicológico positivo al paciente ya que sudará menos. Esta tranquilidad no hará más que potenciar la disminución de sudoración. Los efectos de la toxina, duran unos 6 meses.

Lo importante de este tratamiento, es pasar una consulta previa con el médico para valorar el grado de hiperhidrosis y preparación para el tratamiento adecuado a la patologí­a de cada paciente

 

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