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martes, 16 abril 2024
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El futuro cardenal Sebastián: No esperaba el nombramiento

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«Es un hombre de acción, muy bien formado, decidido y deseoso de contribuir a mejorar la Iglesia», destaca del Santo Padre.

El que fuera administrador apostólico de la Diócesis de Málaga y arzobispo emérito de Pamplona y Tudela, monseñor Fernando Sebastián, que pertenece al grupo de los primeros 19 cardenales creados por el Papa Francisco, ha asegurado que no esperaba su nombramiento, del que se ha mostrado «muy contento». Así, ha destacado la figura del Santo Padre, a quien conoció como cardenal Bergoglio, y su «profunda espiritualidad».

«El cardenal Bergoglio tenía una profunda espiritualidad, muy analítica, muy ponderada y muy resuelta, como es él. Él consulta, discierne, pero no se arredra ante las dificultades», ha resaltado, y ha añadido que más que un intelectual «es un hombre de acción, está muy bien formado, conoce muy bien los documentos del Concilio y tiene un aprecio y conocimiento cercano de las cosas de España».

Ha destacado que se trata de un hombre «muy bien preparado, decidido y muy deseoso de contribuir a mejorar y vigorizar religiosamente la Iglesia, que se mejora no copiando a los no cristianos sino acercándose más a la palabra y al estilo de Jesús y de las primeras comunidades cristianas». A su juicio, la renovación de la Iglesia «está en nuestra historia, no en el mimetismo de lo que pasa fuera de nosotros».

Monseñor Sebastián, quien se enteró del nombramiento mientras estaba celebrando la Eucaristía en la Catedral, ha admitido que se encontró con «montones de llamadas y correos electrónicos» que estuvo respondiendo hasta la una de la madrugada.

Ha admitido que valora mucho el nombramiento, que «a estas alturas de la vida», con 84 años y casi 10 desde su jubilación, no esperaba. «No esperaba nada de nadie pero el Papa Francisco ha tenido ese gesto de amabilidad, de reconocimiento, y me llena de satisfacción y me avergüenza un poco porque hay otros que han hecho más servicios a la Iglesia que yo», ha sostenido en Málaga, donde vive y ha comparecido en rueda de prensa.

Asimismo, ha destacado que nunca había esperado ser cardenal, incluso, ha agregado, «ahora me cuesta un poquito de sacrificio meterme en esta danza. En la Iglesia trabajamos siempre a fondo perdido y no he pensado que merecía algún reconocimiento».

«CONTENTO Y ORGULLOSO»

La ceremonia de entrega del capelo y el anillo cardenalicio tendrá lugar el próximo 22 de febrero, fiesta de la Cátedra de San Pedro, en el Vaticano. Monseñor Sebastián ha incidido en que está «muy contento y orgulloso de haber hecho lo que he hecho, sólo lamento no haber hecho más y mejor».

«Estoy realmente muy contento y así se lo he manifestado al Santo Padre en una carta escrita esta madrugada, que no se la he enviado aún», ha asegurado, al tiempo que ha recordado la primera vez que trató con él fue en 1996, siendo cardenal arzobispo de Buenos Aires, cuando vino a España a dirigir los ejercicios espirituales a los obispos españoles.

En este sentido, ha explicado que fue a saludarlo y le dijo: «hombre, monseñor Sebastián». Entonces, «le pregunté de qué me conocía y me respondió: soy discípulo suyo, si yo he leído todo lo que usted ha ido publicando». Esto, ha añadido, «creó cierta cercanía, luego cuando le hicieron Papa le escribí y le felicité», además de ir con el obispo de Málaga, Jesús Catalá, «en la peregrinación diocesana, cuando hablé con él un poquito, le dejé mi libro sobre la fe y he hablado en tres o cuatro ocasiones».

«Tenemos cierta relación, no se puede decir que sea una gran amistad pero él sabe que existo y yo le tengo gran estima y admiración porque es un hombre de muchísimos valores», ha apostillado, y ha asegurado que cuando vaya a Roma le llevará su último libro «aunque no tiene mucho tiempo de leer el pobre papa».

Monseñor Sebastián ha admitido que no sabe qué espera el Santo Padre de él puesto que aún no le ha hecho ninguna encomienda. «Los cardenales son normalmente colaboradores personales y consejeros del Papa en los temas más delicados e importantes, supongo que algo de esto tendremos que hacer pero son suposiciones; no tengo experiencia aún», ha indicado.

Durante su comparecencia ha rememorado su etapa en Málaga como administrador apostólico y que se hicieron «muchas cosas», entre las que ha destacado la organización de la Diócesis en arciprestazgos o la creación de la Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria.

«Fueron meses de mucha intensidad y de muy buenas relaciones. Ese recuerdo fue decisivo a la hora de escoger mi retiro, me vine a Málaga y estos curas me han acogido muy bien», ha afirmado entre risas, al tiempo que ha confiado en que pueda mantener su residencia en Málaga: «cambiar de casa es muy molesto, dicen que tres cambios equivalen a un incendio y yo llevo seis o siete ya».

Por último, cuestionado por las cofradías ha señalado que lo conoció muy de cerca durante sus 20 meses en Málaga y aunque «había mucho progresismo barato y algunos sacerdotes y fieles me hablaban mal de las cofradías, tienen su valor, que hay que respetar y defender».

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