La Fiscalía ha mantenido su acusación contra José Bretón, condenado por la Audiencia Provincial de Córdoba a 40 años de cárcel por el asesinato de sus hijos Ruth y José, por un delito de malos tratos psíquicos habituales en el ámbito familiar hacia la que fue su mujer y madre de los pequeños, Ruth Ortiz, mientras que la defensa del acusado ha pedido su libre absolución al ser éste «inocente».
En sus alegatos finales antes de que el juicio quedara visto para sentencia, el fiscal ha dejado claro que «si esta persona se llamara Pepe Pérez también estaría aquí sentado», mientras que la letrada de la defensa, Bárbara Royo, ha lamentado que el Ministerio Público «haya tergiversado la historia en base al nombre del acusado» puesto que considera que, en otro caso, «no se habría llegado a juicio».
Por su parte, el fiscal ha recordado que las dos sesiones del juicio no han sido precisamente a puerta cerrada, como solicitó Ruth Ortiz, que finalmente no se personó en la causa, para que el mismo se desarrollara dentro de la normalidad.
A juicio del Ministerio Fiscal, «existen pruebas» tras las testificales periciales y documentales presentadas para determinar que «los hechos que se le imputan al acusado ocurrieron realmente».
Asimismo, ha remarcado que, durante su declaración, Bretón se describió como «una persona maravillosa», de manera que «casi el que sufría la sumisión era él», llegando incluso a mostrarse como «un santo varón o un pobre hombre que hacía todo lo que se le pedía».
El fiscal ha argumentado que «esa situación idílica» no era tal «sino todo lo contrario» ya que las pruebas «desacreditan lo que él afirma», al tiempo que ha destacado que la declaración de la madre de Ruth, su hermano y amigos apuntan al «cambio» en el carácter de ella.
Según ha incidido el fiscal, el maltrato psíquico es una cosa de «un día y otro día y otro día», siendo «más duro» de detectar que el físico, como expuso en la sala el psicólogo de Ruth. «No es sólo una mala relación de familia, sino una cosa de un día y otro día hasta llegar a la falta de autoestima, trastorno del sueño, alimenticio o inseguridad» que presentaba Ruth, ha agregado.
Por todo ello, el fiscal se ha mostrado convencido de que todas las pruebas aportadas determinan que el maltrato psicológico fue «habitual y prolongado en el tiempo» por parte de Bretón a Ruth Ortiz, la cual además de no personarse en esta causa decidió no declarar, pero antes manifestó su queja por no ser el juicio a puerta cerrada.
«LA DENUNCIA NO SE SOSTIENE»
La defensa, representada por Bárbara Royo, ha pedido una sentencia absolutoria puesto que «la denuncia no se sostiene» debido a que «los peritos han acreditado que no es un maltratador».
Del mismo modo, Royo ha señalado que de las pruebas «no se desprende ni de lejos» un delito de malos tratos psicológicos, a la par que ha insistido en la «reinterpretación particular y alejada del Ministerio Público de la realidad».
En esta misma línea, ha sostenido que, incluso de ser esos hechos ciertos, «que no lo son», «no constituyen un delito», pero considera que el nombre del imputado es «suficiente para cualquier juez para que sea condenado».
La abogada ha señalado «las contradicciones» de la madre de Ruth, ha cuestionado la credibilidad del informe del psicólogo de la expareja de Bretón, ha resaltado que éste «nunca» impidió el desarrollo profesional de su mujer, ni la relación de ésta con sus amistades o familiares.
Ha hecho hincapié en que su defendido «no es machista», añadiendo que «jamás» vejó a Ruth Ortiz, la cual «no ha ratificado su versión», ya que «la denuncia de ésta no se ha ratificado en el plenario ni debida ni indebidamente».
«Aquí no hay caso», ha dicho tajante Royo, que considera que se trata de «algún desaire» propio de un matrimonio pero «no de violencia psicológica tipificada en el Código Penal». «Si el acusado se llamara Pepe Pérez este caso se hubiera archivado», ha reiterado la letrada. Al final de su alegato, ha intervenido José Bretón, quien se ha adherido a las palabras de su letrada.
«Si seguimos la línea de la hipótesis de la acusación podríamos también establecer que el sumiso era José Bretón», ha enfatizado la abogada a la salida del juzgado a preguntas de la prensa. No obstante, ha agregado que ella no defiende esta tesis porque «una discusión de pareja no es un maltrato». «Si me pongo en el papel de la acusación podría incluso darle la vuelta a la situación», ha concluido Royo.