La Guardia Civil, en la denominada operación ‘Cánido’, ha detenido un pastor, de 43 años y vecino de San Javier, por ahorcar y matar presuntamente a su perro y abandonar, sin alimento ni agua, a otro que le originó un grave estado de caquexia, es decir, desnutrición extrema.
El pasado mes de septiembre, guardias civiles del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) tuvieron conocimiento del hallazgo de un perro fallecido y otro en pésimas condiciones de salud en las proximidades de una finca de San Javier a raíz de una denuncia de la asociación defensora de los derechos de los animales.
La citada asociación comunicó que en el vallado perimetral de una explotación ganadera habían observado el cuerpo sin vida de un perro con signos de ahorcamiento, y de otro can, atado sin agua ni comida, y en estado de caquexia.
Tal hallazgo fue confirmado por el Seprona de la Guardia Civil, que inició las investigaciones dirigidas a la localización y, en su caso, detención del responsable de este maltrato.
La inspección realizada sobre los cánidos determinó que los animales no portaban microchips identificativos, por lo que las labores policiales se centraron en localizar al propietario o personas encargadas de su cuidado.
Los agentes consiguieron identificar a una persona que supuestamente empleaba a los perros en trabajos de pastoreo de ganado ovino en la zona y que fue detenida como presunta autora de un delito relativo a la protección de los animales domésticos (maltrato animal).
Además de las actuaciones judiciales, se han formulado varias denuncias por infracción administrativa a la Ley 10/1990, de protección y defensa de los animales de compañía.
El detenido y las diligencias instruidas han sido entregadas en el Juzgado de Instrucción número 1 de San Javier, mientras que el animal rescatado con vida ha sido tratado y recuperado en un centro veterinario y puesto a disposición de la autoridad judicial, permaneciendo en dependencias de una asociación protectora de los animales.
El maltrato animal se encuentra recogido en el Código Penal, que lo define como el hecho de maltratar injustificadamente a los animales domésticos o amansados, mediante cualquier medio o procedimiento, causándoles la muerte o provocándoles lesiones que menoscaben gravemente su salud, y es castigado con penas de tres meses a un año de prisión e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales.