El juez de la Sección I de la Audiencia Provincial de Zaragoza, Francisco Picazo, ha condenado a 22 años de prisión a Vicente Sada Gómez por asesinar y descuartizar a su mujer, en Zaragoza en 2013, y falsificar dos firmas para encubrir la muerte. Ha dictado sentencia ‘in voce’ tras considerar el tribunal del jurado culpable al acusado por unanimidad, en la única sesión de la vista oral, este lunes.
Son 20 años por asesinato y un año por cada una de las firmas falsificadas, a lo que se suman 21 años de prohibición de acercarse a la madre y el hermano de la víctima y sendas indemnizaciones para ambos, que el juez Picazo concretará en el escrito de la sentencia, en los próximos días.
El juicio, que estaba previsto celebrar desde hoy hasta el 2 de octubre, se ha resuelto en unas horas al aceptar el abogado de la defensa, Carlos Extremera, la solicitud de la fiscal, Ana López, de imponer 22 años de prisión a Sada Gómez, petición a la que se han adherido las acusaciones particulares de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género y la familia de la víctima.
Inicialmente el abogado del Estado pedía 18 años de prisión por asesinato y sendas indemnizaciones de 50.000 y 30.000 euros para la madre y el hermano, y la abogada de la familia solicitaba 25 años por este delito, mientras que la defensa había pedido dos años de cárcel por homicidio imprudente o, subsidiariamente, 10 por homicidio.
El Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Zaragoza ha instruido el caso, por el que Vicente Sada está en prisión preventiva desde el 13 de junio de 2013, en virtud de un auto del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Torrelavega (Cantabria).
PARENTESCO
Los hechos, que constituyen un delito de asesinato con agravante de parentesco y otro continuado de falsedad en documento mercantil, ocurrieron el 30 de abril de 2013 en el domicilio que víctima y agresor compartían en el barrio de las Fuentes de la ciudad de Zaragoza.
Según el relato de la fiscal, Vicente Sada Gómez asesinó a su mujer hacia las 23.00 horas del 30 de abril de 2013 en el domicilio que ambos compartían en la ciudad de Zaragoza. Eran pareja desde 2009.
El informe de la autopsia señala que causa del fallecimiento responde a un traumatismo craneoencefálico con hemorragia cerebral mortal.
Sada Gómez mintió a todo el entorno familiar, laboral y vecinal de la víctima y, tras leer en un periódico que un hombre había matado a su mujer y la había cortado a trozos, descuartizó el cadáver de Mercedes, introduciéndolo en unas bolsas que primero depositó en la bañera y cubrió con hielo.
Arrojó las extremidades inferiores desde un puente al río Huerva, siendo localizada una de ellas el 25 de mayo de 2013 en la orilla del río Ebro, a la altura de la presa de Pina (Zaragoza), en el término municipal de Nuez de Ebro.
El 6 de mayo de aquel año, al quejarse varios vecinos del olor que emanaba del interior del domicilio, el encartado compró en Puerto Venecia un arcón congelador en el que, al día siguiente, introdujo en dos bolsas el cuerpo de la víctima. Después falsificó dos contratos laborales –para una camarera y para sí mismo– para asegurar la continuidad del bar.
FUGA
El 1 de junio de 2013 se trasladó en moto a Logroño, donde reside su hijo, a quien le dejó el vehículo y donde permaneció hasta el día 3, para tomar un autobús hasta Santander. Después se desplazó a la localidad de Suances (Cantabria), hospedándose en el Hotel ‘La Concha’ desde el 3 hasta el 11 de junio, fecha en la que ingirió un veneno para topos mezclado con alcohol y pastillas, desplomándose en la recepción, por lo que el personal del hotel llamó a la Guardia Civil.
Los agentes registraron la habitación de Vicente Sada Gómez y hallaron varias notas manuscritas en las que reconocía haber matado a su pareja e indicaba el lugar en el que se encontraba el cadáver, siendo detenido a las 13.15 horas del día 12 de junio.
La madre de la víctima, María Mercedes Ruz, denunció la desaparición de su hija el 11 de junio en la Comisaría de la Policía Nacional ubicada en el barrio zaragozano de San José, tras advertir a Vicente Sada de que llamaría a la Policía al ignorar el paradero de su hija.
La fiscal ha destacado que Vicente Sada Gómez golpeó a la víctima con «la evidente intención» de matarle y «con gran violencia», realizando después «todo tipo de maniobras» para ocultar el crimen. También sostiene que el forense no ha apreciado enfermedad mental en el acusado. Al reconocer los hechos, la fiscal ha considerado que «huelga repetir las pruebas» y ha subrayado que el ADN hallado es una prueba «absoluta».