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viernes, 19 abril 2024
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Peticiones por el «diálogo» entre gobernantes y el terrorismo protagonizan la Ofrenda a Santiago

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SANTIAGO DE COMPOSTELA, 25 (OTR/PRESS) La situación política en España, con la necesidad de una «moralidad intachable» y de que los gobernantes «entren en diálogo» para la conformación de un Gobierno estable y solventar sus diferencias; y la lucha por la «erradicación» del terrorismo y sus causas de raíz, han sido los polos sobre los que ha girado este lunes la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago.

Como es habitual, la actualidad se ha colado nuevamente en los discursos tanto del delegado regio y oferente, Miguel Ángel Santalices, como del arzobispo de Santiago, Julián Barrio, que han coincidido en pedir el apoyo del Apóstol para las víctimas del terrorismo y las guerras, para los afectados por la crisis y para los gobernantes, en su camino para ofrecer una política estable y de «entendimiento».

Las celebraciones en Compostela han comenzado en torno a las 10,00 horas, con el pase de revista a las tropas por parte del delegado regio, en presidente del Parlamento Miguel Santalices, al que ha seguido la tradicional procesión de autoridades civiles desde el Pazo de Raxoi hasta la Catedral de Santiago.

Al acto, que ha tenido lugar en una soleada Praza do Obradoiro muy concurrida de turistas, compostelanos y curiosos; han asistido el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, varios conselleiros, el presidente del TSXG, Miguel Ángel Cadenas y representantes municipales del PP y PSOE, así como autoridades culturales, civiles y militares. A la salida, un grupo de manifestantes ha pedido, al paso de la comitiva, apoyo para la sanidad pública y el «rescate» del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.

«CONCORDIA» EN EL ÁMBITO POLÍTICO

Las dificultades políticas que ha atravesado y atraviesa España se han colado en la Ofrenda al Apóstol de Miguel Santalices, que, además, ha pedido al Santo por numerosas problemáticas y colectivos.

Durante su intervención, Santalices ha pedido al Apóstol «acierto para quienes legislan y para quienes asumen la responsabilidad de gobernar», así como para quienes «asuman esa responsabilidad en un futuro inmediato», con el objetivo de que puedan hacerlo «en la mejor concordia y sabiduría, buscando el bien común, mejorando las deficientes situaciones políticas, económicas y sociales».

Ante el Apóstol, Santalices ha «reconocido los errores cometidos» y ha instado a los políticos a actuar «desde una honradez y moralidad intachables».

Más allá, ha reivindicado la «política con mayúsculas» y ha «rechazado con contundencia cualquier comportamiento indebido», al tiempo que ha pedido una acción política que «procure el entendimiento y se aleje de cualquier tentación excluyente o totalitaria».

TERRORISMO Y GUERRAS

En un «momento de enormes tensiones sociales, intelectuales y políticas», Miguel Santalices ha pedido al Apóstol que «guíe» a la sociedad «con su luz» en el camino «de la convivencia y de la paz, de la cordura y del entendimiento», para afrontar las situaciones de «convulsión mundial, de enfrentamientos y guerras, de odios y de abusos a personas mayores, mujeres y niños».

Santalices ha recordado a quienes «padecen injusticias, persecución y tiranías limitadoras», como ocurre con los que son «víctimas de culturas y regímenes políticos inadecuados, incapaces de asumir, con inteligencia y realismo, los mejores logros del progreso de la humanidad».

Ante el Apóstol, ha instado a «alzar la voz» frente a las «situaciones crudelísimas del terrorismo y de las guerras», que producen «daños, muertes, desolación y forzadas migraciones expatriadoras cuyos efectos repercuten inexorablemente en muchas partes del mundo».

Asimismo, ha reclamado que se «siga prestando atención, con más intensidad si cabe, a las personas y a sus necesidades», para crear «una Europa más social».

PROBLEMAS SOCIALES

En su discurso como oferente, han tenido cabida los mayores, las mujeres víctimas de violencia de género, las personas que «han perdido su trabajo y su vivienda castigados por una situación económica devastadora», los jóvenes que buscan empleo y los emigrantes.

Del mismo modo, también ha pedido la protección del Apóstol para los enfermos, especialmente para las personas que sufren una enfermedad mental y para sus familias, «danmificados por la incomprensión», y para quienes «padecen algún tipo de discapacidad».

Asimismo, ha tenido palabras de recuerdo para las víctimas de la «tragedia» de Angrois y ha reconocido la labor de profesionales sanitarios, docentes y restantes trabajadores de servicios públicos, «siempre merecedores de respeto», así como a los integrantes de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Para concluir, Miguel Santalices ha hecho mención de la celebración del centenario de las Irmandades da Fala y ha reivindicado la cultura y la lengua gallegas, un «tesoro» para el que ha pedido a la Iglesia que «acentúe su sensibilidad».

ENTRAR EN UN «AUTÉNTICO DIÁLOGO»

También el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, ha hecho una referencia durante la Homilía de esta celebración a la situación política en España y ha reclamado que el Apóstol «interceda» por los gobernantes para que «sepan entrar en un auténtico diálogo».

Durante su réplica a la Ofrenda, monseñor Barrio ha mencionado también la «crisis humanitaria, moral y religiosa de Europa» para reivindicar la fe como arma para «erradicar las causas de las que emergen guerras, odio, terrorismo y penurias cotidianas».

Asimismo, ha recordado que la tradición cristiana ha «amparado la dignidad de la persona y sus derechos fundamentales», apuntando que los Apóstoles «entablaron un diálogo con los diferentes pueblos y culturas, orientado a sanar las raíces profundas del mal y no sus apariencias».

«La luz de esa fe nos motiva a erradicar las causas de las que emergen guerras, odio, terrorismo y penurias cotidianas», ha dicho el arzobispo, para quien «sin el coraje moral que hace salir del escepticismo, la sociedad no podrá superar los momentos de crisis».

Tras lamentar la «pérdida de la memoria y de la herencia cristianas» que sufre Europa, monseñor Barrio ha instado a «revitalizarla» para, teniendo en cuenta «a las personas que sufren», «asumir con tanta dignidad como fidelidad este momento histórico y a generar un ámbito cultural que no cierre sus ojos a la luz de la fe en medio de tanta sospecha y desconfianza».

Para concluir, el arzobispo ha tenido palabras para la «sombra de dolor» que tiñe esta celebración, con el tercer aniversario del accidente ferroviario de Angrois, y ha pedido al Apóstol por «todas aquellas personas que están ofreciendo sus mejores esfuerzos para responder a las exigencias del bien común y construir una sociedad mejor».

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