El decano del Colegio de Ingenieros de Montes, Eduardo Rojas Briales, ha advertido de que con menor probabilidad, España también podría sufrir la «tragedia» de un fuego tan devastador como el de Portugal, que se ha cobrado ya la vida de 62 personas atrapadas por las llamas.
Así, Rojas ha lamentado la situación que está viviendo el país vecino donde considera que falta mejorar el sistema y los medios de extinción y lucha contra los incendios forestales, además de otras cuestiones en materia de prevención.
«Vivimos en unas condiciones de clima muy problemáticas y cuando coincide una temporada seca en el centro y el oeste de la Península Ibérica con meteorología y temperaturas más propias del mes de julio, el riesgo es muy alto», ha explicado.
El decano ha señalado que el incendio en Pedrógão Grande se ha producido por causas naturales y que los fuegos por rayos también son causa frecuente en zonas del noreste peninsular, Aragón, Pirineos y sistema Ibérico.
Además, el decano ha explicado que la base del problema, es que Portugal está «a la cola» en los sistemas de extinción de los países del sur de Europa y con clima mediterráneo, entre otros motivos por la crisis económica y la dispersión de su población. También ha recordado que en Portugal todos los medios son estatales mientras que en España la mayor parte son de las comunidades autónomas y los estatales apoyan los autonómicos y a pesar de los recortes, el dispositivo de extinción se ha podido mantener.
«Portugal no termina de generar un buen sistema de extinción, a pesar de que hace unos años se quemaron 100.000 hectáreas en el incendio más grave de Europa», ha sentenciado.
Por otro lado, considera que Portugal comparte con Galicia y Asturias la población muy dispersa, pues su territorio esta poblado pero fragmentado por lo que los primeros esfuerzos se centran en proteger a las personas y a los bienes en vez en la «decisiva» extinción del fuego, algo fundamental en la primera media hora.
El decano ha recordado también incendios en España con fallecidos como el de Guadalajara, que se llevó 11 vidas. «Todos los años hay fallecidos», ha añadido Rojas que admite que decir que un incendio como el de Portugal no se puede producir sería «muy triunfalista» e irresponsable pese al trabajo «muy importante» en extinción que, sin embargo, tampoco termina de «garantizar el resultado».
En todo caso, el representante de los ingenieros de Montes lamenta que el fallo está en la prevención y la gestión del monte, que está «abandonado» y lleno de combustible listo para arder. Por ello, ve necesario mejorar la gestión, fomentar la biomasa y retirar el combustible abandonado en el campo.
Asimismo, ha explicado que Portugal no tiene la capacidad de extinción de España pero sí comparte algunas características con Galicia y Asturias.
EL CENTRO Y OESTE, EL PEOR PRONÓSTICO PARA ESTE VERANO
Por otro lado, el decano ha pronosticado que donde peor pinta este verano en cuanto a incendios forestales es en el centro y oeste del interior peninsular y, en particular, ha advertido de la situación en La Coruña y Pontevedra, porque en esas dos provincias si no llueve a lo largo de 15 días, el suelo se prepara para arder.
Mientras, ha comentado que en el centro de la Península no ha llovido, pero «por suerte no tiene tantos incendios ni tanta biomasa» y «está por ver» lo que sucederá en el Mediterráneo, Extremadura y Baleares, donde la vegetación se ha secado, pero considera que en este momento la zona de menor riesgo es en el Mediterráneo. «Quedan tres meses duros y de meteorología aleatoria», ha comentado.
En todo caso, Rojas ha echado la vista atrás y ha destacado el esfuerzo que ha hecho Galicia para atajar el fuego –donde se registraba el 50 por ciento de los incendios en España– ya que en la última década ha reducido de 10.000 a 3.000 el número de siniestros.
«Es necesario que Portugal se dote de una política de incendios y un engranaje operativo que funcione como el que ha ido desarrollando España, muy especialmente desde 1994, que fue un año muy seco y con un impacto tan fuerte que las administraciones se pusieron realmente las pilas», ha reclamado.
En la actualidad, ha dicho que el operativo español tiene un coste de 1.000 millones de euros de los que el 95 por ciento corresponde a las comunidades autónomas y el 5 por ciento restante al Estado.
COLABORACIÓN ESTRECHA
Ante la tragedia que vive Portugal, el decano de Montes ha calificado de «estrecha» la relación de colaboración de España en esta materia porque debido a la enorme frontera terrestre, los fuegos «van de un lado a otro» y por eso considera «tan importante» la cooperación bilateral.
Sin embargo, opina que España y Portugal podrían mejorar su colaboración en el mecanismo de extinción y sobre todo para evitar en el inicio del fuego su expansión exponencial, de modo que unos medios se puedan disponer para proteger a la población y evacuarla y otros para dedicarse expresamente a apagar las llamas en el inicio.
A ese respecto, ha recordado que los incendios forestales emiten CO2 a la atmósfera, por lo que los bosques, lejos de mantenerse como sumideros de carbono generarían emisiones de gases de efecto invernadero al liberarse el carbono capturado.
En definitiva, considera que la Península Ibérica requiere de una gestión forestal más activa que frene el combustible en el campo y que otra de las medidas beneficiosas en la estrategia a largo plazo sería tratar de recuperar los cultivos de viñedo en las zonas de media montaña, porque las viñas funcionan como el mejor cortafuegos natural, así como compartimentar cultivos para romper la continuidad vertical y horizontal del paisaje y el territorio.