El ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, ha garantizado este lunes que el déficit del próximo año estará «por debajo del 3%», por lo que España saldrá del procedimiento de déficit excesivo en el que lleva inmersa desde el año 2010, a pesar de que el Gobierno aumenta ligeramente el objetivo de déficit del 2,2% para 2018 comprometido con Bruselas como consecuencia de la situación política en Cataluña, en el borrador presupuestario que envía este lunes a Bruselas.
Durante su intervención en la presentación del libro sobre la historia de ‘El Economista’, Montoro ha garantizado que el déficit público de España se situará «por debajo» del 3% el próximo año, por lo que quedaría garantizado que España saldrá del procedimiento de déficit excesivo abierto por la Unión Europa en el año 2009.
A pesar de que el Gobierno elevará ligeramente el objetivo de déficit del 2,2% comprometido con la Comisión Europa para el año que viene en el nuevo plan presupuestario que envía este lunes a Bruselas, en el que se recoge una previsión de crecimiento del 3,1% para este año y algo por debajo del 2,6% para 2018,, está garantizada la salida del procedimiento de déficit excesivo a lo largo del próximo ejercicio, según aseguraron fuentes del Ministerio de Hacienda.
Montoro ha destacado también durante su intervención que España alcanzará prácticamente el equilibrio presupuestario en el año 2020, ya que pese a que la Seguridad Social seguirá presentando déficit, éste quedará compensado por el superávit de otras administraciones públicas.
CATALUÑA
En el acto, Montoro ha subrayado que la economía española está «más internacionalizada que nunca» y ha valorado el esfuerzo de la inversión empresarial y los cuatro años consecutivos de superávit de la balanza por cuenta corriente, superior al 2%, algo que «nunca había ocurrido en la historia».
Tras repasar los logros conseguidos en el marco de la recuperación económica, Montoro ha criticado la búsqueda de la independencia por parte de la Generalitat, que «además de imposible es inconveniente para los catalanes y los españoles» y «no es posible en nuestro mundo».
En esta línea, ha advertido de que una hipotética Cataluña independiente podría conllevar un retroceso económico de tal dimensión que podría suponer una crisis como la vivida a finales del año 2011 y 2012 «del euro y de incapacidad de financiar la deuda», y ha acusado a los dirigentes independentistas de querer devolver a Cataluña al «siglo XVIII» al arruinar la economía y fracturar la sociedad.
El ministro ha asegurado que ser independentista es «respetable», pero cree que habría que enmarcar esa opción política en el «Estado de Derecho», así como cambiar las leyes para que fuera «factible y posible», puesto que en las condiciones en las que se está intentando llevar a cabo suponen «un obstáculo para la recuperación del empleo y la creación de empleo en Cataluña y en el conjunto de España».
Por ello, ha avisado de que le Gobierno «seguirá actuando con las normas del Estado de Derecho», para dar «cobijo» a la recuperación económica de Cataluña y de «todos los españoles».