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jueves, 28 marzo 2024
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‘Historias que nunca escribimos. Relatos de compasión’: 22 vivencias del personal sanitario para humanizar la atención

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Una mujer joven casada y con hijos sufre un cáncer en fase terminal y descubre, para su sorpresa, que es su suegra extremeña, de menor nivel cultural y a la que no tiene especial aprecio, la que con mucho cariño y calidad extrema la cuida ante un marido que claudica superado por la situación. Una psicóloga mantiene la comunicación con un chico de 20 años con tumor cerebral cuando ya no puede hablar gracias a un código propio de ambos y la ayuda del padre, que diez años antes, había perdido también a su esposa por la misma enfermedad. Un médico de familia de camino a una comida familiar de domingo, que presencia una accidente de tráfico, decide bajarse del coche y acercarse a una de las víctimas a la que limpia la sangre y cierra los ojos.

Esta son tres de las 22 vivencias recogidas en el libro ‘Historias que nunca escribimos. Relatos de compasión’ (Chocolate), una antología en la que una veintena de profesionales sociosanitarios evocan personas, momentos, conversaciones o imágenes que se quedaron en su interior y que despertaron emociones y sentimientos a veces desconocidos, enseñándoles a ser compasivos, y formando parte ya de su propia historia.

El libro, presentado esta semana en Madrid y coordinado por Beatriz Moreno y Antonio Moya, nace tras muchas conversaciones entre ambos sobre las historias cotidianas que les iban marcando a lo largo de su vida profesional y del deseo de convertirlas en palabra escrita.

Con este punto de partida, se lanzaron a invitar a colegas que pudieran atreverse a sentarse ante un papel en blanco y escribir una historia, su historia, en forma de relato, con la única condición de que en el mismo se plasmara de forma explícita un acto de compasión, bien protagonizado por el profesional o presenciado por él, tal y como relatan los coordinadores de esta obra.

Se trata de oncólogos, pediatras, biólogos, psicólogos o médicos de familia que se han prestado a desvelar recuerdos personales o testimoniales que, además de impactarles, les movieron a hacer algo para aliviar el sufrimiento de otros.

Pero, pese a al denominador común de la dureza, ninguno de estas narraciones son «deprimentes», según cuenta Moreno en una entrevista con Europa Press. «Esa es la parte bonita. Es para gente a la que le apetece leer algo auténtico. Al final lo real es muy auténtico si está bien escrito, no tanto desde lo duro sino de historias reales de verdad que son los que viven los profesionales sanitarios todos los días», asegura.

Beatriz Moreno (http://beatrizmorenopsicologa.es/) es doctora en Psicología y magister en Bioética por la Universidad complutense de Madrid (UCM) y tiene amplia experiencia en el campo de la Psicología Clínica y de la Salud, tanto en el ámbito público como en el privado. Por su parte, Antonio Moreno es Médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, magister en Bioética por la UCM y desde hace más de treinta años se dedica a la Atención Primaria de Salud.

La intención de este trabajo es, es tal y como explica Moreno, «contagiar» esa compasión a los nuevos profesionales sanitarios, a los que empiezan, que son los que el día de mañana cuidarán de los colegas que han escrito estos relatos y de sus hijos.

«Trata de reflejar que nuestro trabajo no nos deja indiferentes, al contrario. Son experiencias de las que aprendemos mucho y nos aportan mucho. Ser compasivo y ser humano es muy importante en nuestro trabajo, es lo que realmente ayuda. Cuidar de otros nos hace más humanos», subraya.

También puede servir para dar un soplo de «seguridad, confianza y esperanza» a los pacientes que se atrevan a asomarse a las inquietudes de los sanitarios que los tratan. «Cuando lees historias así, ves que hay gente profesional humana, gente que se preocupa de verdad, de verdad, de los demás», resume.

El libro está prologado por el filósofo Javier Sádaba, que hace hincapié en este aspecto poco explorado dentro del sector. «Llama la atención que la interioridad del profesional de la medicina permanece escondida. Es como si la bata blanca abarcara todo. Y dentro de esa bata blanca existe una vida con emociones y sentimientos que conviene conocer. Porque no existe un profesional de la medicina sino una persona con sus dudas, desvelos y una acumulación de imágenes de los pacientes que trata, que condicionan su vida», escribe.

Finalmente, Moreno explica que los beneficios de esta publicación serán destinados a una ONG de atención a los refugiados como un acto más de «compasión». «Nos parecía una manera de añadirle un valor con esto, es un acto de compasión», concluye.

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