La Comisión de Sanidad y Servicios Sociales ha apoyado este jueves una proposición no de ley del PSOE que insta al Gobierno a incluir en los currículos escolares la historia y la cultura gitanas, con el objetivo de contribuir a la mejora del conocimiento sobre esta comunidad.
El texto definitivo, transaccionado con Unidos Podemos, ha contado con el apoyo de todas las fuerzas políticas con excepción del PP, que se ha abstenido, al considerar que no es un hecho ignorado ni silenciado por la sociedad, ya que cada años, a finales de julio, se celebra un acto para denunciar esta situación, así como las masacres vividas por los gitanos durante el reinado de Fernando VI, cuando tuvo lugar el episodio que se conoce como ‘La gran redada’, la Guerra Civil o la dictadura. Además, destaca que España está entre los primeros países de Europa en defender a esta población.
La iniciativa socialista también llama a realizar las actuaciones necesarias para institucionalizar el 2 de agosto como «fecha de conmemoración del genocidio del Pueblo Gitano durante la Segunda Guerra Mundial», como recomienda la resolución del Parlamento Europeo del 15 de abril de 2015. El documento recuerda que este recuerdo está siendo «ignorado» y «no admitido por el público en general».
Por ello, también proponen que se planifiquen campañas de sensibilización para la población, en colaboración con el Consejo Estatal del Pueblo Gitano y el resto de entidades sociales de este ámbito, en memoria del Genocidio Gitano y ofrecer cursos voluntarios a los funcionarios sobre este suceso.
ASESORAMIENTO DEL PUEBLO GITANO
El texto también recoge la necesidad de que estas iniciativas estén asesoradas, tanto en su diseño como en su ejecución, seguimiento y evaluación por personas expertas y organizaciones de la sociedad civil pertenecientes a la cultura Roma y Kalí, especializadas en el reconocimiento de la Memoria Histórica con especial atención sobre el genocidio gitano.
«Tal y como establece la resolución de 2017, la participación activa y significativa de la población romaní resulta clave a la hora de atajar el antigitanismo de forma efectiva y generar la indispensable confianza mutua en beneficio de toda la sociedad, por ello, el liderazgo de las propias personas romaníes en el reconocimiento de su historia, consiste en sí mismo una forma de hacer justicia colectivamente, honrar a las víctimas y compensar por las atrocidades cometidas por su pertenencia cultural», apunta la propuesta.