14.1 C
Madrid
martes, 23 abril 2024
Array

El rector de la iglesia Santa Anna, que acoge a 200 personas sin hogar al día: «Es un problema que va en aumento»

MÁS INFORMACIÓN

El antiguo monasterio de Santa Anna, ubicado junto a la céntrica Plaza de Cataluña, en Barcelona, acoge y atiende cada día a más de 200 personas sin hogar, en su mayoría menores de 40 años, convirtiéndose en un «hospital de campaña» al estilo de lo que pide el Papa Francisco, con las puertas siempre abiertas, los siete días de la semAnna, sobre todo, para proteger a los más necesitados en las épocas de más frío.

El rector de esta iglesia, el sacerdote Peio Sánchez, explica a Europa Press que habida cuenta de que la realidad de las personas que viven en la calle es «un problema que va a ir en aumento» hay que tupir «una red de respuesta en muchos frentes, el más importante, respecto a las pernoctaciones».

«La previsión es que vaya creciendo el número de personas sin hogar, por la situación de la vivienda, la inmigración y la llegada de refugiados, situaciones que mantienen una presión fuerte en las grandes ciudades. Y en España estamos muy por debajo de los números de París, Roma o San Francisco», precisa.

En este sentido, Sánchez apuesta por «ir abriendo espacios pequeños en el territorio con capacidad para 8 ó 10 personas» en vez de grandes albergues que se convierten en «muy conflictivos» e incluso «más inseguros» que la calle para muchos.

MENOR DE 40 AÑOS Y EN LA CALLE DESDE HACE UN AÑO

En la iglesia Santa Anna de Barcelona acogen al día a unas 200 personas de las cuales aproximadamente la mitad acuden de manera habitual. De ellas, un tercio son españoles, otro tercio extranjeros de la Unión Europea, sobre todo italianos o de Europa del Este, y otro tercio, extracomunitarios, principalmente, latinoamericanos. En su mayoría son menores de 40 años, llevan viviendo menos de un año en la calle y, o bien no tienen familia ni amigos, o bien llegan con dificultades como alguna toxicomanía o problema psíquico.

El proyecto del Hospital de Campaña lo pusieron en marcha en enero de 2017, coincidiendo con una fuerte ola de frío. Seguían así el ejemplo de otras iglesias de grandes ciudades como la del padre Ángel, la Iglesia de San Antón, en Madrid, y atendían al llamamiento del Papa Francisco para «que la Iglesia sea como un hospital de campaña para acoger a los heridos».

En el antiguo monasterio de Santa Anna, las personas sin hogar son recibidas en una capilla donde se han habilitado bancos, sillas y hamacas, donde pueden charlar con un voluntario. Además, si es la hora del desayuno, se les ofrece alguna pieza de fruta, café, leche o zumo, y si es por la tarde, un bocadillo.

También encuentran espacios de descanso con wifi, depósito para mochilas y bultos y pequeños talleres ocupacionales que sirven de vínculo para las relaciones personales y de acompañamiento en la que se implican educadores sociales profesionales. Asimismo, las personas sin hogar pueden acudir con su mascota.

200 VOLUNTARIOS

Abierto de 8,00 a 20,00 horas y permitiendo pernoctaciones ocasionales en época de frío, es un espacio de refugio que ofrece a las personas sin hogar la compañía de 200 voluntarios que acuden todos los días de la semana en turnos de tres horas.

En total, en el año 2017, participaron en alguna actividad 12.938 personas y se ofrecieron 16.739 desayunos y 8.645 meriendas. En los seis primeros meses que estuvo la Iglesia abierta día y noche se realizaron 1.250 pernoctaciones con una media de siete diarias.

Los responsables del proyecto calculan que en el centro comercial de Barcelona duermen en la calle unas 500 personas cada día y, de las 2.000 que duermen en albergues, una gran mayoría se desplaza hacia la zona turística para sobrevivir por el día.

Para 2018, este Hospital de Campaña se plantea como objetivos «recuperar la autoestima» de las personas sin hogar y «procurar su retorno a la vida plena». Además, desarrollarán talleres ocupacionales de jardinería, agricultura urbana, manualidades y música.

Asimismo, Peio Sánchez explica que, dada la ubicación estratégica del proyecto en un edificio patrimonial e histórico, una de las prioridades es relacionar «la ciudad turística» con «la Barcelona invisible de las personas sin hogar». «Que esta realidad no se esconda debajo de la alfombra sino que se haga presente», apostilla Sánchez.

Para llevar a cabo su labor cuentan con la colaboración de la Red de Atención a Personas Sin Hogar de Barcelona, Cáritas, Arrels Fundació, Mensajeros de la Paz, el Banco de Alimentos, CaixaBank, Winfor y Hard Rock Café.

MÁS INFORMACIÓN

- Publicidad -
- Publicidad -

Última hora