Manuel Carrasco (Isla Cristina, Huelva, 1981) ha vendido ya más de 250.000 entradas para la gira La Cruz del Mapa, que arranca este 4 de mayo en Valladolid y cuenta con paradas tan importantes como la del Benito Villamarín de Sevilla -45.000 localidades agotadas en cuatro horas- o las dos del Estadio Iberoamericano de Huelva.
También acaba de agotar las 55.000 entradas para la importante cita del 29 de junio en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid, situado apenas a cinco de kilómetros de los locales Ritmo & Compás donde está estos días el onubense ultimando los detalles de su regreso a los escenarios con «mucha ilusión, ganas y emoción», tal y como remarca a Europa Press.
Y añade Manuel Carrasco: «Siempre se empieza de cero cuando arranca una nueva gira. Tengo muchas ganas de devolver a la gente todo el cariño. Se han vendido 250.000 entradas antes de empezar, eso es muy fuerte. Cada voy soy más consciente de lo difícil que es esto, lo difícil de mantenerse en el tiempo y además con este estado de forma».
En esta gira, que terminará el 19 de octubre en Tenerife después de recorrer toda España, presentará su álbum La Cruz del Mapa (Universal Music, 2018), lanzado el pasado diciembre y con el que ocupó el número 1 en ventas durante seis semanas consecutivas. «Yo me he dejado la vida haciendo este disco y creo que la gente lo está reconociendo así. Eso muy bonito», concede sonriente.
WANDA METROPOLITANO
Como es natural, afirma el andaluz que todos los conciertos de esta gira van a ser especiales, pero admite que llenar el Wanda Metropolitano en Madrid con semejante aforo es algo aún más especial. «Un sueño grande», confiesa, de hecho, para luego añadir: «Es de los sueños más grandes que he tenido. Nunca llegué a imaginar que ocurriera algo así. Y que pase después de quince años de carrera me parece que tiene mucho mérito».
Acepta entre risas que este año va a actuar en estadios más propios de los Rolling Stones que de un muchacho de Isla Cristina, pero defiende sus propios méritos tras haber «trabajado mucho» para lograrlo: «Son también recintos para mí, ¿por qué no? Es verdad que no suele ocurrir, es verdad que llenar este tipo de recintos, llenar los estadios, es mucho más difícil para los artistas nacionales. Pero es muy bonito conseguirlo. Se sueña y se consigue, qué fuerte, ¿no?».
A su juicio, su pletórico momento actual de aceptación popular se debe en parte a «haber hecho poquito a poco el camino y conseguir que la gente lo transite» a su lado. Y concede mezclando humildad y orgullo: «Nos proponemos hacer un Wanda Metropolitano y entran los miedos, dices ‘oye vamos a pensarlo otra vez’. Pero ocurre porque siento que hay un nexo de unión muy fuerte ahora con el público. Vamos a despertar de este sueño en este estadio, pero todos los conciertos son importantes y lo vamos a disfrutar mucho».
SUEÑOS Y PESADILLAS
Al mencionar ese despertar, revela también Manuel que «ahora hay más desvelos que sueños» en su vida, derivados de las «muchas preocupaciones» inherentes a los días previos a su regreso a la carretera: «Hay mucho respeto por el escenario y por que le guste a la gente lo que vamos a presentar. Por estar en forma. Todo parece muy bonito cuando sales ahí fuera, pero todos somos personas y tenemos nuestras particularidades. Al mismo tiempo, es muy emocionante. Vivo todo esto con la ilusión intacta y vamos a dejar que pase de la manera más bonita».
Desvela divertido también «algunas pesadillas» que regresan a él recurrentemente, «siempre relacionadas con cosas que no salen bien». Y enumera risueño: «Que se me olvidan las canciones, que el escenario no está terminado, que los músicos tocan una canción y tú cantas otra. Que no hay gente en el público, que sales ahí y te preguntas ‘¿pero no me dijeron que esto iba bien?’ Muchas locuras de esas».
«Me están pasando muchas más cosas de las que jamás me hubiera imaginado», afirma recuperando cierto tono más ceremonioso, para acto seguido continuar: «Esto lo hemos soñado porque sabíamos que podíamos luchar para conseguirlo, pero mi felicidad no depende solo de que vaya bien un concierto en concreto o no, son muchos más factores. Pero qué duda cabe de que es una parte muy importante, y además sintiendo el apoyo del público».
GRAN ESPECTÁCULO
Para restar seriedad a sus palabras y de paso quitarse presión, opta entonces el onubense por imaginar cómo va a ser la parte más bonita de sus próximos conciertos. «Van a ser una fiesta, con un show increíble», remarca, y añade que «la banda lleva ya unos añitos junta, va a haber mucha pasión y mucha adrenalina».
«Va a haber un espectáculo visual muy importante sin perder mi esencia y con lo más importante: las canciones y la emoción que le pone uno», remata, al tiempo que destaca que el espectáculo «va a crecer como el triple respecto a giras anteriores a nivel de escenario y producción».
Y aún sentencia para terminar: «Pero al final son las canciones y la gente y la naturalidad al cantarlas. La gente se queda con eso y a eso vamos, a colarnos en el corazón de la gente. Como me tiene que ver todo el mundo, hay que poner pantallas, claro, eso me pone contento también. Pero al final son las canciones y las emociones y eso se va a sentir».