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sábado, 20 abril 2024
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El Papa: «Yo no usaría la energía nuclear hasta que haya una seguridad total sobre su uso»

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Critica la hipocresía de países cristianos y europeos que hablan de paz y viven de las armas

. El Papa Francisco ha vuelto a referirse al uso civil de la energía nuclear, como ya hizo durante su encuentro con las víctimas de Fukushima y en esta ocasión se ha mostrado personalmente contrario a usarla hasta que no sea completamente segura.

«El uso de energía nuclear es muy limitado porque aún no hemos logrado la seguridad total. Podrías decirme que incluso con electricidad se puede hacer un desastre por una inseguridad, pero sería un pequeño desastre. El desastre de una central nuclear será un gran desastre. Y aún no se ha elaborado la seguridad. Es una opinión personal, yo no usaría la energía nuclear hasta que haya una seguridad total sobre su uso», ha especificado.

Francisco ha hecho estas consideraciones en la rueda de prensa con los periodistas acreditados en el vuelo de regreso de Tokio a Roma, después de abre cumplido su viaje internacional número 32, en el que Francisco ha reiterado su condena sobre las centrales nucleares hasta que no haya total seguridad.

Por otro lado, el Papa ha denunciado la «hipocresía» de algunos «países cristianos» que hablan de paz, pero viven de las armas mientras que ha reiterado que se debe hacer todo lo posible «para detener la producción de armas» y así «detener las guerras» y «facilitar las negociaciones con la ayuda de los facilitadores».

«Una cosa mala es la hipocresía de los ‘armamentista’. Países cristianos, países europeos que hablan de paz y viven de las armas, esto es hipocresía, una palabra evangélica, Jesús la decía en el capítulo 23 de Mateo: debemos terminar con esta hipocresía. Hay que tener el valor de decir: ‘No puedo hablar de paz, porque mi economía gana mucho con las armas’. Son todas cosas que sin insultar y sin ensuciar a aquel país*, pero hablar como hermanos, por la hermandad humana: detengámonos porque la cosa es mala», ha señalado el Pontífice.

Así, según informa Vatican News, el Papa ha defendido que la «hipótesis de la legítima defensa» debe ser considerada desde un punto de vista incluso de la teología moral pero solo «como último recurso». «La legítima defensa debe hacerse con la diplomacia, con las mediaciones. Último recurso: legítima defensa con las armas. Pero subrayo: ¡último recurso!», ha señalado.

De esta forma ha repetido que el uso de armas nucleares es «inmoral» como hizo en su visita a Hiroshima y se ha mostrado partidario porque esté en el Catecismo de la Iglesia Católica. «No sólo el uso, sino también la posesión, porque un accidente, o la locura de algún gobernante, la locura de uno puede destruir a la humanidad. Pensemos en aquel dicho de Einstein: «La Cuarta Guerra Mundial se librará con palos y piedras», ha expresado.

PREOCUPADO POR LOS PESTICIDAS

Asimismo, ha mostrado su preocupación por el uso de pesticidas en la agricultura o la cría de pollos, con médicos «que les dicen a las madres que no den de comer a sus hijos esos de crianza porque están criados con hormonas y son malos para la salud». «Tantas enfermedades raras que existen hoy por el mal uso del medio ambiente. Cuidar el medio ambiente es algo que sucede hoy o nunca», ha declarado.

En cuanto a la pena de muerte, un periodista japonés le ha preguntado sobre la presencia en la misa en el Tokio Dome de Akamada Iwao, un anciano de 83 años que estuvo 46 años en el corredor de la muerte y que finalmente no fue ejecutado porque el tribunal Supremo de Japón revisó su caso y admitió que hubo irregularidades en la investigación. Iwao estuvo presente en la eucaristía pero no tuvo la posibilidad de hablar con el Papa. Japón es uno de los pocos países desarrollados que mantiene la pena capital en su legislación.

Francisco ha condenado la pena de muerte al señalar que «no se puede hacer» y que «no es moral». «Esto va unido a una conciencia en desarrollo. Por ejemplo, algunos países no pueden abolirla debido a problemas políticos, pero hacen una suspensión que es una forma de dar cadena perpetua sin declararlo. Pero la condena debe ser siempre para la reintegración, una condena sin ventanas de horizonte no es humana», ha especificado.

En este sentido, ha expresado que incluso para la cadena perpetua se debe pensar en «cómo el condenado perpetuo se puede reinsertar, dentro o fuera». «Usted me dirá: pero hay condenados por un problema de locura, enfermedad, incorregibilidad genética… Entonces se necesita buscar el modo de que hagan actividades que los hagan sentir como personas», ha agregado.

El Papa también ha sido preguntado por el caso de corrupción financiera en la Santa Sede que incluso implica el Óbolo de San Pedro, uno de los órganos para ejercer la caridad que tiene el Pontífice. En este sentido, ha subrayado que la investigación surgió a partir de una denuncia interna lo que confirma que los sistemas de control funcionan.

«Luego sucedió lo que pasó, un escándalo: hicieron cosas que no parecían limpias. Pero la denuncia no vino de fuera. Esa reforma de la metodología económica que ya había iniciado Benedicto XVI siguió adelante y fue el Auditor Interno quien dijo: aquí hay algo malo, aquí hay algo que no funciona. Vino a verme y le dije: ¿estás seguro? Sí, me contestó, me lo mostró y me preguntó: ¿qué debo hacer? Y yo: está la justicia vaticana, vaya y haga la denuncia al Promotor de Justicia», ha comentado.

Franciso ha mostrado su satisfacción por el hecho de que se ve que la administración vaticana ahora tiene los recursos para aclarar las cosas malas que pasan dentro, como este caso. «Que no es lo mismo que lo que ha ocurrido en la propiedad en Londres -porque eso todavía no está claro- pero hubo casos de corrupción».

ÚLTIMO DÍA EN JAPÓN

Durante su último día en Japón, el Papa se reunió con algunos jesuitas ancianos y enfermos presentes en el país que han contribuido a la tarea evangelizadora. Entre ellos estaba también Adolfo Nicolás, quien fue Prepósito General de la Compañía. El pontífice celebró una misa de carácter privado sin cámaras ni periodistas. Por la tarde visitó la universidad Sofía y manifestó que la universidad debe ser un lugar donde tome forma una sociedad mejor.

«En una sociedad tan competitiva y tecnológicamente orientada, esta universidad debería ser un centro no sólo de formación intelectual, sino también un lugar donde pueda ir tomando forma una sociedad mejor y un futuro más lleno de esperanza», dijo el Papa.

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