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jueves, 25 abril 2024
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Ruiperez: «Las raíces son las que me mantienen firme en los momentos bajos»

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Más de 25 años de vida dedicada a la música han tenido que pasar para que Ricardo Ruipérez (Murcia, 1968) sintiera que era el momento de debutar como solista. Y mientras tanto, mientras esperaba, se dedicó en cuerpo y alma a M Clan, banda de la que el guitarrista es mitad visible junto al vocalista Carlos Tarque.

Precisamente el actual descanso de su banda nodriza, que regresará dentro de un año, es el que ha posibilitado que Ricardo -al igual que Tarque- se lanzara en solitario y marcara distancia y territorio. «En este disco me ha salido mi música, mis emociones, mis sentimientos, mi verdad. Mi forma de entender la vida y el rock», resume a Europa Press.

Esa manera de entender las cosas se traduce en un disco hecho con calma, sin prisa, con el ritmo de Santo Ángel, el pequeño pueblo en el que vive a las afueras de Murcia. Y en unas canciones orgánicas, con aire campestre y cierto tono melancólico a la par que absolutamente personal.

«Es un disco autoconfesional de principio a fin», remarca el músico, quien luego añade que llegar a este punto le «costó, aunque en realidad no había otra forma de hacerlo». «Si salía, salía de verdad, no de inventarme un personaje, porque nunca ha sido así tampoco. Es un disco de verdad y de honestidad y, sobre todo, de canciones», apostilla.

Y aunque como buen músico lo suyo no sea ponerse etiquetas a sí mismo, explica que a lo largo de sus once canciones hay «pinceladas de folk, de cantautor en algún tema, quizás algo de country y también un poco de soft rock». «Canciones con la mayor verdad posible», remata, dando sentido al título del álbum, que efectivamente lo condensa todo: ‘En la distancia corta’ (Warner Music).

TRABAJAR EN SOLITARIO

La experiencia acumulada con los lustros en M Clan sirvió de lógica ayuda, pero admite Ricardo que «claro» que ha sentido «el vértigo y la incertidumbre» de verse solo sin saber hacia dónde «iba todo esto» a lo largo del último año y medio: «Luego, cuando se ha conformado ya todo el disco y vas viendo que la gente habla bien e incide en la sorpresa positiva, ya sientes una alegría interior enorme».

Claro que no ha estado solo en realidad, pues ha contado con un equipo de probada solvencia: Producido por José Nortes -quien también toca guitarras-, aquí están Sergio Bernal (batería), Candy Caramelo (bajo), Luis Prado (piano y órgano), Txetxu Altube (coros), además de las cuerdas de Manu Clavijo y los metales de Miguel Malla que engrandecen la dinámica sonora y emocional.

Pone en valor precisamente la labor de estos últimos en los arreglos «delicados, finos y precisos» que apuntalan unas composiciones de otra manera más sencillas. «Tiene mucha madera, muy antiguo todo», lanza entre risas Ricardo quien, en línea con el viaje emocional realizado en el álbum, luego adquiere un tono más solemne: «Siempre decimos que la infancia es el jardín al que regresamos continuamente para que nos reconforte. Cuando vamos siendo más mayores eso lo notamos también mucho más».

CANTANTE

Contar con Tarque a su lado ha provocado que, lógicamente, Ricardo se haya preocupado poco de esa parte de M Clan. Pero en ‘Desde la distancia corta’ es él mismo quien agarra el micrófono para contar su verdad. Un cambio trascendental que ha asumido y disfrutado y que lleva sus composiciones a lugares diferentes a los de la banda.

«Me encantó. Ya tengo seguridad en mi voz y tengo una banda que suena tan bien… que yo soy el peor. Y eso es maravilloso, eso es lo fácil», asegura, al tiempo que explica que «emocionalmente» parte de «otro sitio diferente a M Clan», por lo que le «gusta sentir esa descarga de emoción y sensibilidad».

Y aún prosigue: «Esto es otra cosa, esto parte de ‘a ver, qué tengo que contar’, mientras que en M Clan estoy como pendiente de todo a la vez para que suene bien. Es un miedo y un vértigo, claro. Debuté en Cartagena y la verdad es que no estaba nervioso. Me subo a un escenario y me relajo, estoy nervioso antes o en mi casa. Ahí arriba sé que voy a cantar mis canciones y a disfrutar».

Inevitable resulta en este punto comparar su trabajo con el ya mencionado debut solista de Tarque, más rock duro y visceral frente a la «melancolía y la nostalgia» que late ‘En la distancia corta’. «El que nos conoce de verdad sabe perfectamente cómo es Tarque y como soy yo», concede divertido.

«Él ha hecho lo que le sale natural y no podía hacer con M Clan y yo igual», resume, para lanzar después una reflexión que es, al mismo tiempo, el viejo juego de buscar las diferencias: «Si las mías las hubiera cantado Tarque habría muchos paralelismos con M Clan, pero al cantar yo te lleva a otro lugar. Yo soy parte, pero quiero hacer algo diferente y eso lo ve fácil el que es seguidor del grupo».

Dicho esto, insiste Ricardo en que no había hecho antes un disco en solitario «porque no era el momento, pero ahora ha salido de manera natural al escribir y mirar dentro» de él. «Ahora estoy en esa etapa de introspección, pero no es algo dramático en absoluto, sencillamente es así», confiesa, antes de rematar: «La inspiración son las emociones y los sentimientos, lo que por dentro noto que me llega».

Sonríe de satisfacción Ricardo al reiterar que este disco es «autoconfesional» y es él «en plena verdad», algo que le lleva a afirmar que por eso lo puede «defender delante de cinco o de 5.000 personas». «No me importa, el éxito es tenerlo y ya me puedo morir tranquilo», remarca ceremonioso para, tras un instante, lanzar media carcajada para rebajar la intensidad: «Suena un poco ampuloso pero como tal lo siento».

Transmiten las once canciones del álbum cierta sensación de tranquilidad, de esa paz que el propio autor siente al ver terminada su obra. Algo que se debe también a que Ricardo vive con su familia -a sus hijas gemelas canta en un par de canciones- en un pueblo lejos del mundanal ruido.

Y relata relajado al respecto: «Yo siempre he sido de pueblo y entiendo la vida en él. Para mí las raíces son muy importantes y son las que me mantienen firme en los momentos bajos. Me reconfortan en esa fragilidad que vamos arrastrando con la mochila del paso de los años».

«Soy una persona privilegiada porque en mi vida profesional he podido llevar a cabo mi sueño, que es algo que no podía ni imaginar. Esa parte la tengo cubierta y cumplida. En mi pueblo, en mis raíces, es donde me encuentro. Allí soy el Ricar de toda la vida, nadie me conoce allí por M Clan, eso es para los de fuera», cuenta sonriente, y añade: «Este disco es una vuelta a las raíces, un sentimiento de pertenencia».

PLANES

Con el disco ya en la calle, tiene Ruiperez dos presentaciones inminentes: Este viernes 6 de diciembre en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia y el 26 de diciembre en la Sala Cool de Madrid. «Luego, a ver qué pasa», señala tranquilo, sin prisa por acumular fechas en la agenda: «El año que viene quiero tocar donde me llamen, pero haciendo cosas bonitas».

«Haremos lo que vaya viniendo bonito para que la gente tenga un contenido parecido al disco y a mi filosofía», subraya, para luego resaltar la diferencia que eso supone con M Clan, banda con la que están ya «cerrando fechas para 2021». «Pero esto mío no es así, aquí soy diferente», remacha.

Quiere marcarse su propio ritmo Ruiperez por ahora, antes del nuevo disco de M Clan que saldrá a finales de 2020 como preludio de esa mencionada gira de 2021: «Será un ‘Sin enchufe’ con algunos temas que no han sonado en acústico, algún tema nuevo y alguna versión. Todavía no nos hemos sentado a darle forma. Regrabado todo de nuevo, queremos un buen sitio, una buena producción y hacer algo de calidad. Me niego a hacer cosas para salir del paso, me niego. Y Tarque igual».

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