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viernes, 29 marzo 2024
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El Columpio Asesino: «Enfrentarse con uno mismo es el combate más duro»

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Tras seis años de silencio discográfico, El Columpio Asesino regresan con su sexto álbum, ‘Ataque celeste’ (Oso Polita, 2020), que se ha colocado en la sexta posición de la lista de ventas española. Una simple coincidencia que constata, en cualquier caso, que el público de la banda navarra estaba ahí, esperando pacientemente.

«Después de tantos discos y giras empalmadas, decidimos darnos un tiempo para nosotros, para tener espacio», resume a Europa Press el batería y vocalista Albaro Arizaleta, quien defiende que, aunque sea una especie de anomalía en los tiempos que corren, ellos decidieron detenerse: «A veces está bien parar».

Asiente el bajista Daniel Ulecia, quien pone en valor la importancia de haber parado para ahora poder volver con renovado impulso. «Hoy en día, como no estés en redes todo el maldito día parece que te ha pasado algo, pero somos humanos y necesitamos respirar», destaca.

Completa las palabras de sus compañeros la cantante y guitarrista Cristina Martínez, quien bromea al asegurar que ellos tampoco son de sacar «discos como churros» porque les «cuesta buscar la inspiración». «No somos de esos, no sé si para bien o para mal. Y nos pareció buena idea paralizar las redes, ya ves», apostilla divertida.

ATAQUE CELESTE

Sea como fuere, el grupo está de vuelta con este ‘Ataque celeste’ que reflexiona sobre esa felicidad obligada a la que parecemos todos empujados de manera constante en nuestras vidas. «Nos obligan a parecer siempre súper majos y a estar genial. Y multifunción, además, porque tenemos que estar siempre haciendo cosas», remarca Cristina.

Profundiza en la idea Albaro, quien argumenta que «el ataque celeste es esa presión de los tiempos modernos por estar siempre ahí, perfecto, haciendo lo que tienes que hacer sin parar». «Nos autoexplotamos a nosotros mismos de una manera brutal. Nos hemos metido al jefe dentro y somos el peor de los jefes, no nos permitimos nada. A poco que no estés activo te entra el sentimiento de culpa, tienes que estar siempre con algo», apostilla.

Y una vez hecha esta exposición de motivos, remata el batería con el reverso tenebroso de esta sociedad de exposición y actividad constante: «Cuando cesa el ruido del exterior te das cuenta del ruido del interior. Y cuando estás sobreestimulado y te detienes, empiezas a escuchar el ruido peligroso que te sube por dentro. O huyes o te enfrentas o te anulas con pastillas y te duermes».

Es por esto por lo que las historias de ‘Ataque celeste’ son «nocturnas, pues es en la noche cuando hay menos ruido». Y es por esto por lo que las canciones están «asociadas con la soledad y la angustia». «No en la noche de la farra y la fiesta, sino en esa noche con uno mismo, de cuando estás en esas horas bajas cuando sientes que todo es una mierda y dices vaya día, vaya semana, vaya mes o vaya año», explica.

Y es por esto por lo que las ocho nuevas canciones de El Columpio Asesino hablan de «enfrentarse con uno mismo». «Ese es el combate más duro», sentencia Albaro, quien lanza ideas sin cesar para quien se encuentre en su diván personal: «Hay dos tipos de conflictos, el exterior y el interior. Y el más sanguinario es el que se produce dentro de cada uno, porque nadie va a ser más cruel contigo que tú mismo».

A su juicio, «si eres una persona que te machacas, te vas a machacar como nadie». «Puedes perdonar a alguien, pero perdonarse a uno mismo a veces cuesta mucho y eso si se consigue. Cada cual tiene sus maneras de enfrentarse a la vida: haciendo la vista gorda o manteniendo la mirada. Cada cual que recorra el camino como pueda o como quiera», remata.

CAMBIO SONIDO Y PRESENTACIÓN EN VIVO

Para contar estas historias, vira el sonido del grupo hacia la electrónica más densa y asfixiante, aunque sin olvidarse de las guitarras. «Están más difuminadas. Hay texturas que están echadas para atrás, hay reverb y hay todo tipo de ambientes, pero las guitarras están ahí», señala, para luego explicar entre risas: «Pasa como en los discos de Queen, que tenían que aclarar que la música había sido tocada con guitarras porque parecían sintes. Y tenían que pedir perdón por ello».

Para llegar a este punto, cambiaron incluso la forma de componer, buscando «primero la línea de voz como fundamento de una buena canción». Un proceso inverso al habitual para ellos, cuando primero daban «con algo musical» y luego metían «la voz por encima como si fuera algo superfluo», en palabras de Albaro. «Ha sido una forma de componer más clásica, por así decirlo», tercia Cristina.

Con el disco ya en la calle, se preparan para presentarlo en vivo y para ello cuentan con un nuevo componente en la banda, Jaime Nieto, quien en el pasado tocó con Atom Rhumba y con WAS, y que llega a El Columpio Asesino con la tarea de ayudarles «mucho en el directo introduciendo los elementos electrónicos».

La gira arrancará el 30 de abril en el festival Warm Up de Murcia y continuará después por festivales como Tomavistas, Rock in Rio Lisboa, Portamérica, Music Port Fest, Ojeando, Bilbao BBK Live, Benás Festival, Low y Santander Music. Y ya en octubre, jugarán en casa en la sala Zentral de Pamplona en la presentación del Festival Santas Pascuas.

Aunque se arrojan primero con decisión a la temporada festivalera, coinciden todos en preferir los conciertos en salas, más que nada porque en éstas últimas «te van a ver a ti, mientras que en los festivales es otro rollo. También es bonito que puedas seducir a alguien que no lo espera en un festival», resume Cristina.

Y agrega Daniel: «En las salas ves las caras de la gente y es un termómetro perfecto para lo que estás haciendo. En los festis, unos van a verte y otros han caído por ahí. Está muy bien, pero bueno. Tiene lado bueno y lado malo, pero lo importante es que los músicos puedan vivir de tocar y tocar. Al final, si la gente adquiere el gusto por la música por haber tenido que pasar por la becerrada esta… pues fenomenal».

Espoleado por las ideas de sus compañeros, confiesa Albaro que cree que no se lo ha «pasado nunca bien en ningún festival como público». «La putada es que si quieres ver a determinados artistas solo puede ser en un festival, pero eso son los tiempos», señala, al tiempo que reclama más variedad estilística en los carteles para evitar ser tan repetitivos.

Por último, vuelve Albaro sobre la idea del largo descanso tomado por el grupo, que les ha venido bien para darse cuenta de lo «desagradecidos» que pueden ser a veces al verlo todo con perspectiva. «A nosotros la música nos rescató de la fábrica, que es donde trabajábamos. Si hay que volver a la fábrica se vuelve, pero un coñazo. Y en la música cada vez ves más similitudes con una fábrica de cadena de producción, aunque es muy diferente», termina Albaro, antes de que remache Daniel provocando la risa generalizada: «Es que al final siempre hay encargadillos en todas partes».

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