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viernes, 4 octubre 2024
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Provivienda lanza una campaña para promover el acceso a una vivienda entre personas refugiadas desde la fase de acogida

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La campaña ‘Volver a sentirse en casa’ refleja cómo la vivienda es imprescindible en la integración de las personas solicitantes de asilo

. Provivienda se ha unido un año más a las reivindicaciones del Día Mundial de las Personas Refugiadas, que se celebra cada 20 de junio, y lanza la campaña ‘Volver a sentirse en casa’ para defender el derecho a la vivienda de todas las personas y reclamar a las administraciones públicas alternativas basadas en la vivienda para la acogida de personas refugiadas.

La ONG trabaja desde hace más de 30 años en España y atiende desde 2016 a personas refugiadas y solicitantes de asilo en Barcelona, Ourense, Vigo, Granada, Madrid y Toledo, como entidad perteneciente al Sistema Acogida Protección Internacional, con la financiación de la Dirección General de Inclusión y Atención Humanitaria del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, según detalla en un comunicado.

Esta campaña parte de las conclusiones del informe ‘Una casa como refugio 2. Retos para la autonomía de las personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional’, publicado por la ONG en febrero de 2021, en el que se pone el foco en cómo la vivienda es imprescindible en la integración de las personas solicitantes de asilo desde la fase de acogida para el acceso a derechos como la participación social, el trabajo, la educación o la salud.

Así lo relata Angélica, de Perú, que cuenta cómo la vivienda le ha facilitado el acceso a otros recursos: «tener una casa me facilita mucho porque ahora tengo un empadronamiento, una dirección… Y así podemos acceder a la salud y a la educación». O Yumilva, de Venezuela, quien reconoce el «alivio» que supone para su familia tener una vivienda: «es un alivio muy grande, tener nuestro propio espacio, tranquilo y seguro, para poder tener un empleo y concentrarme en eso».

La investigación concluye que la vivienda es «el eje desde el que una persona refugiada puede desarrollar el aprendizaje del idioma o la búsqueda de empleo». Tal y como indica, Amaya Renes, responsable estatal del Programa de Protección Internacional de Provivienda, la campaña ‘Volver a sentirse en casa’ pone de manifiesto que «la relación con la vecindad, la compra semanal o el tener un lugar para estudiar son rutinas muy importantes para que las personas que solicitan asilo se acostumbren a la sociedad de acogida. Cuestiones que se trabajan desde la vivienda, un recurso clave para el acceso a derechos tan importantes como la salud, si tenemos en cuenta lo vivido en el último año».

CASI 1.800 PERSONAS ACOGIDAS

El modelo de atención a personas refugiadas que desarrolla Provivienda se basa en la acogida a través de viviendas autónomas. El proyecto ha permitido alojar a 1.759 personas, de las que más de la mitad eran menores, en 292 viviendas de propietarios particulares repartidas por todo el país, y acompañar en la búsqueda de empleo a 1.364 personas, en estos 6 años de implementación.

Como entidad del Sistema Acogida, Provivienda desarrolla una metodología y enfoque que contempla lo recogido en el Plan de Acción sobre Integración e Inclusión de personas migrantes de 2021-2027 de la Comisión Europea, que recomienda este tipo de soluciones frente a los alojamientos colectivos, especialmente en el caso de las familias con menores y personas dependientes.

Con esta campaña, Provivienda visibiliza el impacto positivo del acceso a una vivienda desde la acogida sobre la vida de las personas refugiadas pero advierte sobre la falta de recursos residenciales, el pequeño parque de vivienda público, el precio de los alquileres o la carencia de recursos que eviten la discriminación, que en opinión de Provivienda «necesitan de una respuesta urgente por parte de las administraciones públicas».

En 2020, más del 90% de las peticiones de asilo fueron denegadas, un 10% más que en 2019, como recoge el informe ‘Una casa como refugio 2. Retos para la autonomía de las personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional’. «La realidad es que las personas que se quedan fuera del sistema de acogida y del acceso a recursos como una vivienda siguen siendo muchas», indica Amaya Renes, que lamenta que «la denegación de la solicitud impide que estas personas puedan seguir accediendo a recursos públicos básicos para la autonomía (vivienda, permiso de trabajo o acompañamiento), dejándolas en una situación de irregularidad y de vulnerabilidad ante la pérdida de derechos».

REIVINDICACIONES

Es por ello que desde Provivienda instan a las administraciones autonómicas a desarrollar políticas de vivienda que «aporten alternativas y acompañamiento, que ofrezcan soluciones a los retos a los que se enfrentan las personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas, así como toda la sociedad».

Además de la necesidad de una «gestión adecuada y urgente de las migraciones y el asilo por parte de las instituciones responsables, que garantice todos los derechos fundamentales de las personas en todos los niveles de la administración», añade Renes.

Para Provivienda, es fundamental que las administraciones regionales y locales se impliquen en el reto de descentralización de los procesos de integración de las personas migrantes, que recaen en su mayoría sobre las comunidades autónomas, para lo cual abogan por una atención personalizada y ajustada a las necesidades y perfiles de las personas solicitantes que pueda prevenir situaciones de exclusión futuras, como las derivadas del aumento de las denegaciones de asilo.

Por todo ello, la ONG demanda a las CCAA que aborden la realidad de todas las personas que se relacionan con el Sistema de Asilo y no solo de las que están dentro del Sistema de Acogida, sino también de aquellas que se han visto obligadas a salir del mismo.

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