Silvia Abril y Andreu Buenafuente ponen voz a dos de los personajes de ‘El parque mágico’, coproducción entre Estados Unidos y España cuya animación se ha realizado al completo en nuestro país que se estrena en cines el próximo 12 de abril. Una labor que afrontan «desde el respeto» y conscientes del gran nivel que hay en España». «No queremos sentirnos intrusos en la industria del doblaje», aseguran.
En una entrevista concedida a Europa Press durante la presentación del filme celebrada en Madrid, Abril destaca que una de las grandes fortalezas de ‘El parque mágico’ es que «los valores que tienen que rodear la infancia», así como la «creatividad y la imaginación», ocupan un lugar «fundamental» en la película. En este sentido, la actriz señala que «los personajes son un reflejo de las emociones por las que viaja esa niña».
Se trata de June, una pequeña que sufre la ausencia de su madre por una enfermedad que ésta última debe tratarse. Y para afrontar sus miedos, viajará a un parque surgido de su imaginación donde se reencontrará con su creatividad perdida. Una trama que, pronostica Buenafuente, tendrá «varias lecturas». «Por un lado, la inmediata, la visual; pero viéndola más veces -algo que los niños hacen hasta la extenuación- podremos llegar a nuevos ángulos de entendimiento», señala.
La pareja que presentó la última gala de los Goya también habla de la dimensión del proyecto: «Te das cuenta de la calidad de sus historias, de los procesos tan largos que conllevan este tipo de películas». «En una época ansiosa e inmediata como la nuestra, en la que continuamente se fabrican estímulos y nosotros también los exigimos, aquí nos encontramos en otro mundo», dice Buenafuente.
«Descubres también el gran trabajo que hay detrás de este tipo de proyectos, y quieres estar a la altura», comenta el cómico y productor, que no quería «sentirse como un famoso que se cuela en un mundo de calidad indiscutible como el doblaje español». Abril destaca que han realizado su trabajo «desde el respeto, porque no queremos sentirnos intrusos en la industria del doblaje, con los grandes profesionales que hay en España».
Con animación realizada íntegraente en España, ‘El parque mágico’ es coproducción con Estados Unidos. Una colaboración que dota al filme «un estatus internacional», como señala Buenafuente. Abril concluye: «El cine infantil ha tomado el terreno que reúne entretenimiento y formación. Tenemos grandísimas películas con un subtexto y un trabajo emocional brutal. Estamos a un nivel espectacular».
CON MÚSICA DE BISBAL
David Bisbal ha sido el encargado de adaptar el tema original de la película, que fue compuesto por Rachel Pratten. El cantante destaca que la canción habla de como «todos los tropiezos, todas las alteraciones que sufrimos en nuestro camino, forman parte de la vida». «Si nos encontráramos con un camino liso, no nos esforzaríamos por salir adelante», sentencia.
Respecto a los valores que ‘El parque mágico’ transmite, Bisbal llama la atención sobre «la disciplina, el esfuerzo para conseguir lo que se quiere», ya que «todos los sueños son posibles, todos los sueños se pueden lograr, pero de una forma concreta: trabajando y siendo disciplinado».
El parque mágico habla de «seguir superándote y de encontrar dentro de la oscuridad un pequeño camino hacia la claridad», una moraleja que el cantante destaca. «Los padres van a alucinar con ‘El parque mágico’, y los niños van a disfrutar de un colorido extremo y unos valores fantásticos», insiste.
El tema de El parque mágico llega en la película «en un momento pletórico y crucial», y el cantante quería que «la música plasmara esas emociones en la película». Bisbal se encontró con la compositora en la premiere del filme en Los Ángeles, y señaló que la obra que compuso Pratten se adaptaba a «lo que pedía la película: la esperanza, no darse por vencido, nunca dejar de perseguir tus sueños y trabajar diariamente».
LA BOYANTE ANIMACIÓN ESPAÑOLA
Javier Abad y Javier Romero, los segundos Javis del audiovisual español, son responsables de la dirección de animación y del VFX, respectivamente del filme. El primero señala que ‘El parque mágico’ quería «incrustar a los personajes, cercanos a lo habitual en animación, con elementos de una realidad tangible».
«Uno de los principales retos de la película fue el desarrollo de herramientas que nos permitieran hacer convivir esta realidad cercana a la nuestra, con un comportamiento de la luz y una cinematografía realistas con un tratamiento estilizado de los personajes», destaca Romero, encargado de VFX en títulos como ‘Planet 51’ o ‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo’.
En una secuencia, June crea una montaña rusa en su vecindario que causa el caos. La escena, con un dinamismo muy marcado, «es una muestra de lo que ocurre cuando un niño comienza un juego que se le va de las manos», como dice Romero. Por su parte, Abad, director también de ‘Planet 51’, comenta que «ahí radica la diferencia entre niños, que piensan que han hecho algo espectacular, y adultos, que piensan en cómo han podido hacer algo así».
La mezcla de esfuerzo y creatividad, principal valor de la protagonista, también parece acercarse a la situación de muchos animadores españoles: «Se comienza a percibir que los españoles en Estados Unidos son un talento único, y cada vez hay más españoles en grandes estudios como Disney y Pixar», afirma el director de animación.
«Yo creo que hay dos componentes: tenemos un bagaje histórico de grandes artistas, y, además, se nos considera muy trabajadores», destaca Romero, que dice que los animadores españoles, «además de la creatividad que aportan, dan la talla en el trabajo que desempeñan», lo que les confiere «un gran atractivo». Además, cree que los procesos de toma de decisiones son «más rápidos, porque somos capaces de poner en un mismo proceso suficientes elementos como para tomar más de una decisión».
«Hay que aplicar la imaginación al proceso de producción. Hemos manejado diferentes presupuestos que nos han hecho optimizar mucho nuestros procesos», explica Romero. «Eso también atrae, porque el coste de producción baja considerablemente y eso crea un efecto llamada para producir con nosotros», concluye. Y, como Abad sentencia, «el presupuesto no lo es todo: es cuestión de esfuerzo e imaginación, de realizar un acto de fe».