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viernes, 17 mayo 2024
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La hipnosis colectiva de Tool pone fin al Download Festival Madrid

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Es domingo por la noche pero el gentío intenta obviarlo descaradamente. Tres días de festival bajo una intensa ola de calor en Villaverde es una cosa muy seria, pero Tool también lo son y, por eso, pasadas las once de la noche, pareciera que todo vuelve a empezar. Contador a cero y todos a la casilla de salida.

Tal es el fervor que los de Maynard James Keenan provocan. Ya nadie se acuerda de la última vez que pasaron por aquí y eso hace que en La Caja Mágica se junten 25.000 personas en la más multitudinaria de las tres jornadas de este Download Festival que se ha revelado como algo totalmente físico. Una lucha contra los límites de cada cual.

Y Tool. Arrancan con ‘Aenema’, ‘The pot’ y ‘Parabola’ y aquello es entrega total. Ningún grupo está tocando a la vez para que nadie se pierda esta sesión de hipnosis colectiva con el metal progresivo, denso e inapelable de la banda californiana. Que suena como un tiro y que mantiene a la gente como péndulos andantes. Más aún con ‘Schism’ o ‘Vicarious’.

Puede que a alguien se le haga bola, eso también. Porque no hay muchas concesiones en la propuesta de Tool. Desde la penumbra del escenario lanzando esta gran bola de fuego en una noche ya de por sí abrasiva. Pero rematan la faena largamente pasada la medianoche como ‘Stinkfist’ y hay felicidad en los rostros de la concurrencia por haber llegado hasta este bonito desenlace.

FIN CON MUCHO CALOR

Antes, mucho antes, Toundra bajo el sol con su rock igualmente progresivo y un par de operarios pasándoselo en grande regando al público. Danzar bajo un sol de justicia mientras te riegan. Eso fue el colmo para no pocos seres humanos este domingo. Y con Toundra de fondo.

Y luego con Max Cavalera y sus Soulfly que la lían considerablemente parda por ejemplo con ‘Jumpdafuckup – Eye for an eye’. Al mismo tiempo, As it is están en otro escenario asegurando que en realidad se llaman My chemical romance y, bromas aparte, convenciendo a los curiosos que pasaban por allí (a los acólitos ya los tenían comiendo de su mano).

Coinciden también el metalcore de los rotundos Architects y el ska bailón de The Interrupters, a quien alguien por ahí define como los Rancid del siglo XXI. Luego Sum 41, siempre tan efectivos y divertidos, van sobrados con sus himnos para patinadores como ‘Walking disaster’, ‘Still waiting’ o ‘Fatlip’. El domingo fluye en camaradería en un festival que se define también por un público sufrido que va a lo que va, sin postureos, y que ama a las bandas. Ese clima se contagia al final.

Acaba así el tercer Download Festival, el menos concurrido, pero de menos a más con 22.000 el viernes, 23.000 el sábado y aún 25.000 el domingo. Con el recuerdo de Tool brotando en las cabezas de todos para lo que queda de semana. Con todo lo de bueno y de malo que tiene eso. Sobre todo de bueno.

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