Barón Rojo pondrán fin a cuarenta años de rock con una gira de despedida que recorrerá América y España durante el próximo año y que tendrá un último concierto el 30 de diciembre de 2020 en el WiZink Center de Madrid. Una cita final con la formación actual del grupo comandada por los hermanos Carlos y Armando de Castro junto a Rafa Díaz y José Luis Morán, pero sin la otra mitad fundadora.
La primera alineación de la banda, la considerada clásica y que llevó a Barón Rojo a sus años de gloria desde 1980 hasta 1989, no se reunirá sobre el escenario del Palacio de los Deportes al no haberse alcanzado un acuerdo económico. Porque conversaciones ha habido y hubo al menos dos ofertas sobre la mesa.
Así, uno de los promotores de este concierto final, Johan Checa, explica a Europa Press que como organizador y como fan «hubiera sido una maravilla contar con esa primera formación» que completaban el vocalista y bajista José Luis Campuzano ‘Sherpa’ y el batería Hermes Calabria -ambos ahora embarcados en otro proyecto en defensa de su legado llamado Los Barones-.
«De motu propio y sin que los hermanos lo supieran, intentamos una negociación con Sherpa y Hermes. Nos liamos la manta a la cabeza y yo mismo tuve reuniones con ellos», remarca Checa, quien recuerda charlar «muy amigablemente» con el vocalista «un par de horas».
Esto mismo ha sido también comentado por Sherpa en dos recientes entrevistas con Rafabasa.com y Villaviciosadigital.es en las que abiertamente ha considerado que la oferta recibida para participar en el adiós de Barón Rojo fue «irrisoria». Es la cantidad de dinero, por tanto, la que imposibilitará ese reencuentro tan reclamado por los fans, pues Sherpa reconocía en Rafabasa.com que lo habrían hecho «por un buen dinero».
OFERTAS IMPORTANTES
Checa se muestra convencido de que el concierto del WiZink Center se va a llenar con o sin Sherpa y Hermes, al tiempo que lamenta que sea «altamente improbable» poder contar con los cuatro miembros de la primera formación a pesar de haber hecho una primera oferta económica «muy importante», que subió en una segunda tentativa.
«Era una oferta hecha con muchísimo respeto, por una colaboración de cuatro o cinco canciones. En esa primera reunión vi que había muchas cuitas que son un lastre, pero creo que Sherpa pensaba que podía hacerse. Pero volvimos a hablar por la tarde por teléfono y ahí ya dijo que la oferta era pequeña y que su oficina les había puesto problemas», prosigue Checa, quien es además mánager de Asfalto.
Manteniendo los contactos, al día siguiente hubo otra reunión más con presencia de Hermes, en la que se subió la oferta pero quedaron claras las diferencias económicas al reclamar la pareja una cifra inasumible para la organización. «Con dificultad y salvando resquemores esto se hubiera podido hacer, porque estoy seguro de que habríamos convencido a los hermanos por sus fans», remarca el promotor.
Y entonces sentencia: «Pero no se hizo porque sencillamente el dinero no fue suficiente. Algo reconocido además por Sherpa públicamente en dos entrevistas en las que ha hablado de esto aunque habíamos pactado no contarlo. El dinero no fue lo suficiente y eso que la segunda oferta era ya muy muy jugosa».
Ante esta negativa, Checa asegura que ni Sherpa ni Hermes «en ningún momento de la gira de reunión de Barón Rojo -de 2009 a 2011, tras veinte años alejados- habían cobrado ese dinero». «La cantidad ofrecida esta vez era más grande que lo que cobraron en toda la gira de reunión. No voy a hacer pública la cantidad pero desde luego no es irrisoria. Nuestra oferta era justa y con la medida adecuada con lo que nosotros pensábamos, haciendo ya un esfuerzo grande», lamenta.
Sin querer desvelar la cantidad, sí afirma el promotor que el dinero que se puso encima de la mesa les permitiría «traer de telonero a Michael Schenker» -y anima a llamar a la oficina del guitarrista alemán para conocer la cifra-, por lo que vuelve a lamentar que la pareja quisiera una «cantidad fuera de contexto», argumentando acto seguido: «Habríamos tenido que poner la entrada a 200 euros para poder pagar lo que ellos pretendían».
Al ser las diferencias económicas el escollo principal, Checa apunta que «ahora mismo no hay posibilidades» de tener a los cuatro músicos juntos sobre el escenario, aunque apostilla: «Ellos pusieron un precio y nosotros no hemos podido llegar. Nunca diré que no a una cosa que sería un regalo para todo el mundo, pero siempre que sea justo y no para que alguien se retire a costa de un concierto».
GRAN PRODUCCIÓN
Mientras tanto, la organización trabaja ya para que todo salga bien ese 30 de diciembre de 2020 en el WiZink Center, con una ambiciosa y costosa producción como colofón a una gira extensa que recorrerá América y España durante el próximo año. «Todo va como debe. Habrá un montón de artistas españoles y algunos internacionales, estamos ya trabajando en todo eso», adelanta Checa.
Aclara, eso sí, que al quedar más de un año, hay «incertidumbres» en las agendas de los artistas, a pesar de lo cual su intención es «anunciar a partir de septiembre poco a poco» la presencia de artistas que quieren participar y estarán «si no hay contratiempos». Y adelanta la posibilidad de nombres como Bunbury, Amaral o El Drogas.
«Trabajamos para que el concierto al final sea lo que se prometió y vamos a cumplir. Una fiesta inolvidable para el grupo y para los fans que están comprando entradas también desde fuera de España. Los hermanos De Castro están muy ilusionados por el concierto de su vida, aunque también saben que es el último y esa es la lástima», concluye.