El exministro de Economía y actual vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha apostado por fomentar «políticas que favorezcan el funcionamiento y la convergencia en la zona euro» y «fortalecer la sostenibilidad de las cuentas públicas».
Así lo manifiesta en su artículo de opinión en el especial de Grant Thornton, con el que la firma de auditoría, consultoría de negocio, tecnología e innovación y asesoramiento fiscal, legal y financiero celebra sus 35 años de actividad en España.
El especial reúne bajo el título ‘Crea el futuro’ las opiniones y firmas, entre otros, del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, el expresidente del Mobile World Capital Aleix Valls, y la secretaria de Estado para la España Global, Irene Lozano.
En su artículo, De Guindos pone en valor el «extraordinario proceso de modernización» de la economía española en las últimas cuatro décadas, y los efectos de la integración europea, con un crecimiento de la renta per cápita superior al del resto de la Eurozona a partir de 1986 (2,7% frente al 2,1% hasta 1998), cuando entre 1977 y 1985 esta evolución estaba más de un punto por debajo.
Pese a las mayores tasas de crecimiento y a los beneficios reportados con la llegada del euro, De Guindos advierte de que «quedan aún por resolver importantes problemas estructurales», recordando tasas por desempleo superiores al 15% (y por encima del 30% entre los jóvenes).
En este sentido, asevera que «la fragilidad del mercado laboral sigue siendo una asignatura pendiente para España» y por ello considera necesario «avanzar en proceso de modernización e incrementar la productividad y competitividad empresarial».
De Guindos también alude al «milagro exportador español», que pese a aludir a «los frutos de la devaluación interna de los salarios y precios» por «las políticas de ajustes», considera que también «obedece a un proceso de búsqueda y apertura de nuevos mercados por parte de las empresas».
LAS EMPRESAS, POR DETRÁS DE LA SOCIEDAD EN DIGITALIZACIÓN
Por su parte, el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, admite que las empresas están «recogiendo los frutos del esfuerzo» en los últimos años y celebra el aumento de la presencia de las empresas españolas en el exterior, pasando de 50.000 a 200.000 sociedades españolas internacionalizadas.
En su columna, Garamendi reconoce que «la sociedad se está adaptando mucho más rápido que las empresas» ante el reto de la digitalización, cree que la CEOE «va a estar ahí, liderando ese proceso», y considera «primordial seguir impulsando la innovación» ante un porcentaje de PIB reservado a I+D+i «aún escaso».
El dirigente de la patronal hace énfasis también en impulsar la educación y la formación «de todo tipo» y reivindica que los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 «está calando profundamente en el día a día de la actividad empresarial, pasando a formar parte de nuestro ADN».
Por su parte, el presidente de la patronal catalana, Josep Sánchez Llibre, también alerta de la necesidad de mejorar la productividad, considerando que sus «niveles actuales dificultan la generación de empleo suficiente e incrementa nuestro endeudamiento»; llama a solucionar la «excesiva dependencia energética en un momento en el que la sostenibilidad pide paso»; y también a poner en el centro del debate nacional la desigualdad, «construyendo un nuevo pacto social más equitativo que mejore los salarios y evite una fractura social».
Como representante del Gobierno, la secretaria de Estado de España Global, Irene Lozano, destaca el avance dado por la mujer en España en los últimos años y sitúa al país como «uno de los más avanzados democráticamente del mundo, abierto, acogedor, tolerante y comprometido con los desafíos globales».
Aleix Valls, expresidente del Mobile World Capital, señala como tecnologías que marcarán el futuro «la computación cuántica, la inteligencia y realidad virtuales y el Blockchain» y apuesta por que «España debe poner los datos al servicio de los sectores como la automoción, la química, la siderurgia e incluso el sector bancario», pues eleva a los datos a «nuevo petróleo del siglo XXI».