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martes, 23 abril 2024
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El Vaticano pide a los obispos del mundo crear estructuras específicas para atender a los desplazados internos

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El Vaticano ha alentado a los obispos de todo el mundo a crear estructuras pastorales y programas específicos para atender material y espiritualmente a los desplazados internos, y recomienda que todas las universidades católicas profundicen en sus estudios en el tema de las migraciones.

Así se desprende de un documento publicado este martes 5 de mayo por la sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, departamento que presiden el cardenal Michael Czerny y el sacerdote italiano Fabio Baggio.

«Alentar a los obispos locales a adoptar estructuras pastorales y programas específicos que aborden las necesidades materiales y espirituales de desplazados internos y asignar recursos financieros y humanos adecuados para su funcionamiento», precisa el documento, al mismo tiempo que señala que «el lugar de esta acción pastoral es, ante todo, la parroquia».

Además, apunta que si es necesario se pueden erigir parroquias dirigidas específicamente a los desplazados internos, utilizando la fórmula de las «Missiones cum cura animarum». También invita a las conferencias episcopales a crear una comisión episcopal específica que atienda las necesidades de estas personas, guiada por un delegado elegido por los obispos.

Asimismo, entre otras recomendaciones destaca la que hace a las conferencias episcopales del mundo para que encarguen a las universidades católicas de sus territorios la tarea de «profundizar en los diferentes aspectos de las migraciones».

LOS CAMPOS, UNA SOLUCIÓN TEMPORAL

Por otro lado, el Vaticano insta a los gobiernos de los diferentes países a «perseguir soluciones duraderas» para los desplazados internos y pide que los campos de emergencia «no acaben resultando la vivienda permanente» de las personas desplazadas.

«Los campos son una solución temporal y no sustituyen a una situación habitacional adecuada. Deben permanecer como lo que estaba previsto para ellos: una solución de emergencia, y por tanto, provisional», señala.

A diferencia de los refugiados, los desplazados internos son personas que, por algún motivo, se han visto obligados a abandonar sus hogares, pero no han cruzado una frontera internacional y, por tanto, no disponen de medidas de protección internacional. A esta circunstancia hace mención expresa el Vaticano en el documento.

«Aunque están obligados a huir del mismo modo y por las mismas razones que los refugiados, los desplazados internos no entran en el sistema de protección internacional previsto por el derecho internacional de refugiados», señala el texto.

Según los datos publicados esta semana en el Informe Global sobre Desplazamiento Interno, un documento anual elaborado por el Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC por sus siglas en inglés), son 50,8 millones las personas en esta situación, lo que supone el número más alto de la historia de desplazados internos.

El documento presentado en el Vaticano este martes está dirigido a las diócesis, parroquias, congregaciones religiosas, escuelas y universidades católicas. Además de proporcionar las líneas de acción que deben seguir las instituciones eclesiásticas a nivel local, el texto ofrece también ideas para las homilías, así como programas de formación para los operadores y guías para una mejor comunicación del fenómeno en los medios.

RESPETAR LA DIGNIDAD DE LOS MIGRANTES

El documento subraya la necesidad de un enfoque integral de la migración interna, que respete tanto la dignidad, como los derechos de cada persona, teniendo en cuenta las múltiples dimensiones de cada individuo.

En este sentido, la 106ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que se celebrará el próximo 27 de setiembre de 2020, con el título ‘Como Jesucristo, obligados a huir’, se centrará también en el cuidado pastoral de los desplazados internos. A este respecto, los funcionarios del Vaticano de la Sección de Migrantes y Refugiados tuvieron dos reuniones de alto nivel en el 2019 con representantes eclesiásticos, expertos y organizaciones que trabajan en contacto con estas personas para afrontar los distintos aspectos que se derivan de este fenómeno.

Con este fin, se sugiere a las instituciones de las Iglesia locales a orientar sus acciones a «la acogida, la protección y la integración de los desplazados internos». Se invita también a trabajar en red tanto con las ONG católicas, como con los grupos de la sociedad civil que se ocupen de este fenómeno, así como con los funcionarios del Gobierno de cada país que se ocupen de esta realidad. Así, también propone que la iglesia católica trabaje en este asunto con otros representantes de otras religiones para promover tanto la cooperación ecuménica como la interreligiosa.

El documento vaticano denuncia que los principales desencadenantes de los desplazados internos son conflictos armados o situaciones violentas, pero también hace hincapié en los desastres naturales o los grandes proyectos de infraestructura. «La mayoría de los desplazados internos viven en situaciones de desplazamiento prolongado o corren el riesgo de tener que enfrentarse a un desplazamiento continuo», dice el documento.

Para poder hacer frente a este desafío el documento recuerda que la Iglesia católica está llamada a «potenciar la capacidad de recaudar fondos de las Iglesias locales», así como a tener acceso a los recursos financieros que han puesto a disposición tanto a nivel internacional como nacional, a las organizaciones de la sociedad civil implicadas. De este modo, el Vaticano también insta a las instituciones eclesiásticas a poner en guardia a las autoridades competentes ante cualquier atisbo de corrupción en vista de los casos de desvío de fondos previstos para migración.

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