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miércoles, 13 noviembre 2024
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Juan Ciudad ONGD lanza una campaña para África y América Latina: «Hay que permanecer abiertos y evitar colapsos»

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La organización de cooperación y desarrollo Juan Ciudad ONGD ha lanzado la campaña ‘STOP COVID-19’ para alertar del avance de la epidemia del virus SARS-CoV-2 en América Latina y África; y recaudar fondos para 25 centros y hospitales de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en 10 países de África y 6 de América Latina. «Hay que permanercer abiertos y evitar colapsos», alerta su director, Gonzalo Sales.

En declaraciones a Europa Press, Sales detalla que la realidad que viven ambos continentes «son muy diferentes». En el caso de África, la incidencia del coronavirus es menor aunque los países más afectados se encuentran en el norte, con Egipto a la cabeza, y en el sur, en Sudáfrica.

«En los países en los que trabaja Juan Ciudad ONGD la incidencia es menor aunque no sabemos cuál es la prevalencia exacta, ya que faltan test y hay otras enfermedades como la malaria, la tuberculosis o el VIH», relata Sales que, precisamente, insiste en que «lo importante no son tantos los efectos a nivel de salud sino las consecuencias en el tratamiento de otras enfermedades».

«Sique habiendo partos, vacunaciones, hay tratamientos, etc. Nosotros aprendimos con el ébola y no hay que cerrar los centros», detalla. En este sentido, explica que en el caso de África, se mantienen «frecuentes reuniones» con los gobiernos y que, «en un primer momento se hizo un envío de ayuda con material de protección, alimentación y materiales apra facilitar el aislamiento».

«Esto lo hicimos en marzo, compramos de manera local por el problema logístico que había en Europa y mantuvimos los costes operacionales para que los centros pudieran seguir abiertos –ha añadido–. La clave es permanecer abiertos para no colapsar y que los equipos tengan materiales porque en África la sanidad no es publica, hay un pago por servicio y si los centros no tienen ingresos, hay que cubrir esos gastos».

En el caso de América Latina, ha señalado que «no hay tanta precariedad» aunque mantienen contactos con zonas rurales de Bolivia –donde se compró material y se llevaron a cabo acciones de sensibilización–, en Perú –donde 13 agentes de salud se ocuparon de la sensibilización y de facilitar la manutención–, en Venezuela, «donde hay menor prevalencia» así como en Colombia, México y Cuba.

«Nosotros lo que sufrimos sobre todo es el ébola. Teníamos un protocolo de actuación ante un posible rebrote, principalmente en África y esto nos ha servido de base para enfrentarnos a la pandemia», prosigue.

En este contexto, el director de la ONG indica que la respuesta al inicio de la crisis sanitaria se pudo cubrir con el envío de materiales ya que todos los proyectos que se encontraban en marcha se han reorientado por el nuevo contexto provocado por la pandemia y se hizo un primer envío de fondos de emergencia para cubrir las necesidades inmediatas ante los primeros casos, que llegaron hace dos meses.

Esa ayuda sirvió para la adquisición de material de protección en los mercados locales, formación en protocolos de control y prevención de SARS-CoV-2, compra de alimentos de primera necesidad y gastos de mantenimiento de los servicios sanitarios (personal, electricidad, gasoil transporte, etc.).

Actualmente, afrontan «una segunda fase de mantenimiento hasta septiembre inclusive». «En esa fecha se hará un seguimiento y ya se verá qué ocurre», ha detallado, para añadir que los viajes a terreno, tanto del personal como de los voluntarios, se han suspendido.

«Trabajamos en remoto con todos nuestos centros para estar muy atentos y que baje la incidencia en América Latina y en África no acabe de prender», ha afirmado. «Aunque en este momento los contagios están disminuyendo en Europa, a nivel global se están incrementando, así que solo será posible frenar el avance del coronavirus si logramos que los centros sanitarios en países desfavorecidos puedan cribar los casos de COVID-19 para no colapsar y para eso es necesario el envío de fondos de cooperación internacional», afirma.

Por ello, han puesto en marcha esta campaña, cuyos fondos se usarán para reforzar dos áreas que deben funcionar simultáneamente en el contexto de la pandemia. Por un lado, permitirá mantener los triajes y a los profesionales sanitarios protegidos, con el objetivo de detectar todos los casos de COVID-19 que llegan a los centros, y poder aislarlos y derivarlos con total seguridad a los servicios destinados a su tratamiento.

Por otro lado, se podrán mantener abiertos los servicios de salud materno-infantil y de enfermedades prevalentes como malaria, tuberculosis, VIH, entre otras enfermedades infecciosas que causan una alta mortalidad (mayor que la de COVID-19). El objetivo consiste en evitar que se cierren los servicios esenciales de salud, para evitar miles de muertes, como ocurrió cuando colapsaron los hospitales y centros de salud durante la epidemia de ébola en África del Oeste.

«NO ES ECONOMÍA O SALUD, ES TODO UNO»

Los beneficios de la campaña ‘STOP COVID-19’ repercutirá en los 25 centros de los Hermanos de San Juan de Dios en 16 países: Ghana, Camerún, Senegal, Sierra Leona, Liberia, Zambia, Kenia, Mozambique, Togo, Benín, Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador, Venezuela y Chile.

«En un principio tiramos de nuestros propios fondos para ofrecer ayuda porque tenía que ser algo muy rápido pero ahora necesitamos el apoyo de la sociedad. Si España ha sufrido y tenemos una de la mejor sanidad del mundo y hemos estado al borde del colapso, la situación puede ser peor en un contexto como el africanao –con mayor fragilidad y donde según la OMS los fallecidos pueden oscilar entre los 300.000 y los 3 millones– o el de América Latina, que pese a contar con un sistema más fuerte, pueden llegar a una situación tremenda», advierte.

A su juicio, «no es la economía o la salud, es todo uno» al tiempo que reitera la experiencia frente al virus del ébola que la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios vivió en primera línea por lo que la organización es consciente de la importancia de mantener y reactivar los canales de cooperación. Por eso, se creó un Comité de Crisis para África en marzo pasado y también se mantiene permanente contacto con sus contrapartes en América Latina.

Hasta la fecha, en América Latina y Caribe se han registrado cerca de 900.000 casos confirmados (según John Hopkins) y la epidemia de COVID-19 sigue avanzando con fuerza con Perú entre los más afectados, alcanzando los 170.000 casos.

En África, donde registran 153.00 casos confirmados (según Africa CDC), el responsable de finanzas de los centros de San Juan de Dios en este continente, Valentine Bruku, afirma desde Ghana: «los casos de COVID-19 están incrementándose y las restricciones del los gobiernos en los diferentes países están aumentando». «Esto puede incrementar el miedo y las dificultades de la población, que dejará de acudir a los centros y hospitales aunque lo necesite», alerta.

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