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viernes, 19 abril 2024
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El Thyssen-Bornemisza expone 20 piezas de orfebrería, de cristal, esculturas y óleos de la colección original del barón

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El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza ha presentado este lunes ‘Tesoros de la colección de la familia Thyssen-Bornemisza’, una nueva instalación que reúne 20 obras de la colección original del barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza y que podrá visitarse hasta el 23 de enero de 2022.

La mayoría de las piezas han sido cedidas por la baronesa Francesca Thyssen-Bornemisza con motivo de la conmemoración del centenario del nacimiento de su padre, el barón Thyssen, una celebración que se desarrolla a lo largo de todo el año, con varias exposiciones y actividades, y que cuenta con el apoyo de todos sus herederos y la colaboración de la Comunidad de Madrid.

El conjunto, que se exhibe dentro del recorrido por las salas de la segunda planta del museo, está formado por diez piezas de orfebrería alemana y holandesa de los siglos XVI y XVII, dos esculturas del renacimiento italiano y alemán, tres tallas en cristal de roca del barroco italiano, cuatro óleos de diversas escuelas artísticas del siglo XVII y un baúl de viaje del siglo XVIII alemán.

Durante la presentación de la muestra, la comisaria y jefa de Pintura Antigua del Museo Thyssen, Mar Borobia, ha explicado que, aunque la pintura es la «esencia» dentro de la colección Thyssen-Bornemisza, Hans Thyssen-Bornemisza comenzó a coleccionar diversos objetos en la década de 1920, como joyas renacentistas, mobiliario, tapices o alfombras, que llegaron a «tener un peso importante» dentro de la colección.

En este contexto, ha destacado que los objetos artísticos han formado parte de la familia Thyssen de dos maneras «muy especiales»: una en Villa Favorita, donde esos objetos sirvieron en muchas ocasiones para contextualizar las pinturas; y también dentro del ámbito privado, porque «formaron parte de su vida diaria».

«Cuando el museo abrió en 1992 nos vimos sorprendidos por un gesto de generosidad por un préstamo del barón, con objetos que enriquecían la presentación de lo que iba a ser este museo en Madrid», ha recordado Borobia, destacando que la devolución del préstamo se produjo en 2002.

Todas estas piezas del préstamo adicional, según ha señalado la experta, fueron una apuesta de los barones para que el museo «reflejara en cierta medida lo que había sido la colección Thyssen, donde no solamente tenían cabida las pinturas sino también la escultura y una serie muy refinada de objetos».

La exposición ‘Tesoros de la colección de la familia Thyssen-Bornemisza’ presenta 20 piezas «muy exclusivas» que formaban parte de ese préstamo adicional. «Hay diez piezas de orfebrería, cuatro pinturas soberbias de la escuela holandesa, dos esculturas excepcionales, un gran baúl del siglo XVIII alemán y tres piezas en cristal de roca del barroco italiano», ha precisado Borobia.

«Todas las piezas seleccionadas estuvieron en esa apertura en 1992 y fueron especialmente seleccionadas para el barón para ese momento tan especial de su vida, salvo las tres piezas de cristal que es la primera vez que visitan Madrid», ha asegurado.

OBJETOS QUE FORMABAN PARTE DEL DÍA A DÍA DE LA FAMILIA

Por su parte, la baronesa Francesca Thyssen-Bornemisza ha subrayado que esta clase de objetos «no era solo decorativa, sino simbólica también». «Mi padre le puso muchas ganas y empeño a reconstruir parte de la colección de su padre, que se dispersó. Fue esa colección de artes decorativas que tenía una importancia por su tamaño cuando vivía mi abuelo», ha recordado.

Asimismo, la baronesa ha añadido que su padre guardaba piezas de orfebrería alemana en una mesa frente a su escritorio. «Esos artículos eran parte de nuestro día a día durante mi niñez», ha revelado.

La baronesa Fresca Thyssen-Bornemisza también ha resaltado que la generosidad de su padre, que «no conocía límites», echó a andar mucho antes de que se fundara el museo, ya que «depositó su colección entera en un fideicomiso para el Estado español. «Había trabajado tan arduamente para restaurar y ampliar la colección de su padre y que la colección se mantuviera unida», ha apuntado.

Para el director gerente del Museo Thyssen-Bornemisza, Evelio Acevedo, el barón era un hombre «excepcional» que demostró su capacidad tanto en el ámbito de los negocios como en el mundo del arte, por lo que, a su juicio, merece un homenaje «como coleccionista y gran humanista que fue».

Además, Acevedo ha indicado que también quieren demostrar con esta conmemoración su agradecimiento al barón «por su contribución al enriquecimiento patrimonial y cultural de España». «Su ánimo coleccionista lo enfocaba en la necesidad y el deseo de compartir el parte», ha concretado.

Así, ha hecho hincapié en que el barón fue un hombre que «entendió que el arte era una de las grandes herramientas para mejorar el mundo y mejorar la comunicación entre las diferentes culturas».

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