Dirigentes del PP consultados por Europa Press han coincidido este lunes en expresar su temor a que el reciente enfrentamiento entre la dirección nacional del PP y Esperanza Aguirre en relación con la presidencia del partido en Madrid se repita en breve durante la elaboración de las listas electorales.
Aunque oficialmente tanto Mariano Rajoy como la propia Aguirre han dado por zanjada la polémica, las fuentes consultadas auguran una campaña complicada, teniendo en cuenta que esos desencuentros entre ‘Génova’ y el PP de Madrid se remontan al 2008. De hecho, fuentes cercanas al presidente del Gobierno incluso ven de nuevo «un pulso» para que «debilitar» a Rajoy.
La siguiente parada es la elaboración de las candidaturas completas para las autonómicas y municipales de mayo, cuyo plazo finaliza a mediados de abril. Cargos del PP vaticinan de nuevo tensiones porque todos van a querer colocar a personas cercanas en esas listas, en un momento en que se prevé un Parlamento muy fragmentado, en el que el PP perderá poder territorial y tendrá menos representación.
Así, consideran que Aguirre peleará para que continúen muchos de sus colaboradores mientras que Cristina Cifuentes, candidata a la Comunidad de Madrid, también querrá rodearse de un círculo de confianza. Paralelamente, ‘Génova’ intentará tener cierto control sobre la lista tanto al Ayuntamiento como la Comunidad.
«Todos van a querer meter mano en la lista», resume gráficamente un diputado madrileño. De hecho, fuentes del PP de Madrid han asegurado a Europa Press que Aguirre quiere hacer las listas sin «intromisiones». Por lo pronto, este lunes el Comité Electoral regional ha dado luz verde a una decena de candidatos a alcaldes apostando por la continuidad. Así, los regidores de Alcalá, Colmenar, Alcobendas, Coslada, Torrejón y Tres Cantos, entre otros, repetirán en los comicios de mayo.
CRÍTICAS A LA GESTIÓN
Algunos de los consultados culpan a ‘Génova’ de la nueva crisis del PP madrileño por «condicionar» la designación de Aguirre a que «deje el mando» del PP de Madrid. «Si apuesta por Esperanza tiene que apostar con todas las consecuencias y con coherencia», recalca un veterano cargo ‘popular’.
«Se ha gestionado mal cuando era un hecho natural que si es alcaldesa deje la Presidencia. Ahora no tiene muy buen arreglo y no evita que en el futuro haya mucho ruido sobre esto», advierte un miembro del PP, que lamenta el «lío innecesario» de este fin de semana.
Por el contrario, otras fuentes se quejan de que no se haya aprovechado para hacer una renovación completa en el partido. «El cáncer no se cura con tiritas, tiene que abrirse y extirparse», señala un dirigente próximo al presidente, que cree que el partido en Madrid no se habría rebelado aunque Aguirre sea su presidenta porque al final es ‘Génova’ la que aprueba las listas.
¿CONGRESO REGIONAL O JUNTA DIRECTIVA?
No faltan los que alertan de la imagen que llega a los ciudadanos con la «designación a dedo» de los candidatos, en un momento en el que cada vez hay más voces que piden una incrementar la participación y dar protagonismo a los militantes y afiliados. «Da la sensación de que todo son juegos de despacho y hay que enterrar ese tipo de prácticas», manifiesta un parlamentario.
Sobre cómo se hará la sucesión de Esperanza Aguirre al frente del PP de Madrid si es elegida alcaldesa el 24 de mayo, fuentes consultadas señalan que el cauce natural es un congreso regional que podría celebrarse antes del verano.
Sin embargo, también es posible que una Junta Directiva –máximo órgano del partido entre congresos– nombre a un sustituto si Aguirre presenta su dimisión. Una tercera opción sería designar a una gestora hasta la celebración del cónclave que elija a la nueva dirección del PP de Madrid.
IGNACIO GONZÁLEZ, DAR UN PASO ATRÁS
La mayoría de los cargos consultados coinciden en que en este momento el presidente madrileño, Ignacio González, debería dar un «paso atrás», dejar la primera línea y no entorpecer la campaña electoral.
Fuentes del PP recuerdan que González es el secretario general del PP de Madrid, lo que le brinca la posibilidad de desempeñar un papel decisivo en campaña electoral salvo que se designe un director de campaña que lo «desaloje de facto» de su puesto.