No cierra la puerta a un gobierno de coalición con Podemos pero sí a las «formas» de Iglesias: «Yo con chantajes no funciono».
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ha mostrado convencido este miércoles de que será presidente del Gobierno, pero ha admitido que, con 90 diputados, no tiene «fuerza suficiente» para liderar un Ejecutivo monocolor. Según ha dicho, trabaja por «un gobierno transversal, que pueda ir al centro derecha y que pueda representar a la izquierda».
Así lo ha señalado el líder de los socialistas en una entrevista en Cuatro recogida por Europa Press, en la que ha explicado que no se cierra a «ninguna formulación» y ha dejado abierta la puerta a un gobierno de coalición.
Sánchez ha recalcado que «nunca» se ha «cerrado» a esta posibilidad, pero ha dado un paso más al apuntar que su partido no tiene fuerza para gobernar en solitario «porque así lo han querido los españoles» en las urnas. «El PSOE con 90 diputados no tiene la fuerza suficiente como para tener un gobierno monocolor», ha dicho.
Por eso, ha explicado que trabajará por un gobierno paritario, que «no va a ser un gobierno partidista, no va a ser monocolor», sino «transversal, que pueda ir al centro derecha y que pueda representar a la izquierda».
Así ha respondido cuando se le ha preguntado por la posibilidad de que Iglesias sea vicepresidente de un Ejecutivo socialista. Sánchez ha insistido que se cierra a «ninguna formulación», pero ha recalcado que a lo que sí se cierra es a «las formas» que ha tenido el líder de Podemos. «Yo con chantajes no funciono», ha afirmado.
Sánchez ha apuntado que «primero» intentó pactar con Iglesias, pero el líder de Podemos «se descolgó» pidiendo una Vicepresidencia que tuviera el control del CNI, el CIS y RTVE y defendiendo un referéndum en Cataluña. Es decir, puso «chantajes, vetos y líneas rojas» y después «cerró la puerta» cuando el PSOE defendió la necesidad de hablar también con Ciudadanos.
Pese a esto, también a que la semana pasada tuvo que «escuchar» en el Congreso «lo de la cal viva», Sánchez ha asegurado que se quiere «poner de acuerdo con Iglesias», porque tienen «una enorme oportunidad de poner fin a Rajoy como presidente del Gobierno».
Pero también ha insistido en que el pacto debe implicar a Ciudadanos y ha rechazado que ahora pueda empezar de cero las negociaciones y dejar a un lado el acuerdo sellado con el partido naranja. En primer lugar, ha remachado, porque sería «una incoherencia» y, en segundo, porque el cambio debe incluir a los tres partidos.
Por eso, ha hecho hincapié en que es Iglesias quien «tiene que abandonar su zona de confort» y dejar «el veto y la línea roja» para lograr «transformar la política». En este punto, ha elogiado la actitud de Rivera, que «nunca» le ha hablado de sillones. «Ésa es la virtud del acuerdo con Ciudadanos», ha afirmado.
Sánchez ha recalcado que, si hay acuerdo, escuchará a «todas las formaciones políticas», pero el organigrama lo formará el presidente del Gobierno, que es quien tiene la potestad. Y ha tirado de ironía para apuntar que, después de escuchar a Iglesias hablar de «todas las atribuciones de su vicepresidencia», a lo mejor se la queda él.
«VOY A SER PRESIDENTE, IGLESIAS RECAPACITARÁ»
Eso sí, preguntado acerca de si se ve en La Moncloa, Sánchez ha asegurado que sí: «Yo voy a ser presidente del Gobierno y no va a haber elecciones. Estoy convencido de que Iglesias recapacitará y tenderá la mano igual que yo se la tiendo», ha respondido.
El líder de los socialistas ha defendido los acuerdos en política y ha recalcado que «se puede llegar a territorios comunes» entre diferentes formaciones «sin traicionar» los principios de cada uno.
Sánchez ha admitido que el pasado viernes, cuando fracasó en su investidura, se llevó «un sabor agridulce», porque aunque cree que hizo «lo que tenía que hacer», había puesto mucha «ilusión por el cambio y por las medidas» que quería poner en marcha.