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sábado, 20 abril 2024
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España asume su mayor reto en la OTAN liderando una fuerza de 5.000 soldados capaz de desplegar en sólo cinco días

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El campo de maniobras de San Gregorio (Zaragoza), escenario de la preparación con simulacros de tiro y de operaciones ofensivas.

El año 2016 va a ser uno de los más importantes para España desde que nuestro país ingresó en la OTAN en 1982, al asumir el mayor reto al que se ha tenido que enfrentar como miembro de la Alianza: liderar una fuerza de unos 5.000 soldados capaz de desplegar en un máximo de sólo cinco días para hacer frente a cualquier amenaza, ya sea en la frontera oriental con Rusia como en el sur con Oriente Próximo y el norte de África.

La Alianza Atlántica dispone de una fuerza de alta disponibilidad para la que los países miembros aportan efectivos y medios materiales según sus capacidades. Esta fuerza tiene un componente terrestre, otro aéreo y otro marítimo y este año España lidera el primero de ellos desde el cuartel general de Bétera (Valencia), de modo que si la OTAN decide a lo largo de este año activar esta fuerza de respuesta, será mandada desde allí.

Y dentro de este componente terrestre que mandará España, la OTAN decidió en su cumbre de Gales de septiembre de 2014 la creación de una fuerza de muy alta disponibilidad o punta de lanza (VJTF, por sus siglas en inglés) con la que lograr un despliegue aún más rápido de efectivos y así poder hacer frente a los nuevos retos o amenazas, en caso de que fuese necesario.

LOS NUEVOS DESAFÍOS: RUSIA Y EL TERRORISMO YIHADISTA

Los países aliados situaron estos retos o amenazas en el este de Europa, a raíz de la intervención de Rusia en el conflicto de Ucrania; en Oriente Próximo, sobre todo por el recrudecimiento de la guerra en Siria y las implicaciones que está teniendo en la región, como la extensión del terrorismo yihadista; además de en el norte de África, sobre todo la desestabilización de Libia.

En su primer año de existencia, esta punta de lanza tendrá su base en la Brigada de Infantería Ligera ‘Galicia’ VII (BRILAT), una gran unidad especialmente apta para su empleo en terrenos difíciles y con climatología variada, y además organizada y adiestrada para ser proyectada en un breve plazo allá donde se requiera, todos ellos requisitos fundamentales para ser el núcleo de la VJTF. Para todo ello, España aportará algo más de 3.000 militares y otros miembros de la Alianza unos 2.000.

Al ser la primera vez que la VJTF se pone en marcha, y a pesar de que España asumió el liderazgo de esta fuerza en enero, la punta de lanza aún no ha adquirido la capacidad operativa plena, sino que está formándose y adiestrándose para lograrla el próximo mes de mayo, durante un gran ejercicio en Polonia, previo a la nueva Cumbre que la Alianza celebrará en Varsovia en julio.

EJERCICIOS DE TIRO Y CON VEHÍCULOS ACORAZADOS

Parte de este entrenamiento se ha desarrollado estos días en el campo de maniobras y tiro de San Gregorio, en Zaragoza, un vasto terreno de 108 kilómetros cuadrados que permite las prácticas con unidades mecanizadas y armamento de tiro de gran alcance. Entre 450 y 500 efectivos han participado en las maniobras.

La semana pasada, San Gregorio fue escenario de las maniobras del Grupo de Artillería de la VJTF, unidad formada por personal español, británico, belga y portugués para dar apoyo de fuego al resto de unidades de la punta de lanza. Al mando del teniente coronel Alberto Fajardo, esta batería de artillería puede disparar obuses de calibre 105 mm. con una capacidad de alcance de hasta 23 kilómetros.

Un ejercicio con vehículos acorazados también ha pasado por el campo de maniobras de Zaragoza. El simulacro, en el que también ha participado personal español y extranjero, ha puesto en práctica la capacidad de los zapadores para abrir el camino a los vehículos en un campo plagado de minas, una de las operaciones más complejas para los militares.

Además, los uniformados españoles y británicos han llevado a cabo un simulacro de asalto a una población donde se refugia una célula insurgente. Se trata, según los preparadores de estas maniobras, de realizar un ejercicio «realista» con operaciones ofensivas.

UNA BRIGADA MÁS OPERATIVA

El peso de todo este adiestramiento recae sobre la BRILAT, lo cual, en palabras del jefe de la brigada, el general Luis Cebrián, supone todo un «reto» para la unidad, pues implica un «esfuerzo de adiestramiento adicional» y un aumento de su «grado de operatividad».

Para liderar la punta de lanza de la OTAN o VJTF, la BRILAT lleva ya «un año largo de adiestramiento» en condiciones «muy exigentes», pero también «muy provechosas» para la unidad, según el general Cebrián, aunque también para el cuartel general de Bétera, en Valencia.

Además, liderar una fuerza de despliegue rápido de la Alianza Atlántica obliga a los militares españoles a comunicarse siempre en inglés con sus compañeros de otros países, así como a utilizar siempre los procedimientos OTAN para cualquier maniobra. Todo ello, afirma el general, eleva el grado de competencia tanto del cuartel general como de la brigada líder de la VJTF.

¿Y SI HAY UNA CRISIS?

Según explica el jefe de la BRILAT, en caso de que se declarara una crisis y la OTAN decidiese activar la punta de lanza, las unidades que forman parte de ella se reunirían en sus cuarteles en un plazo de entre 48 horas y cinco días. De ahí, los efectivos se trasladarían a los puertos y aeropuertos elegidos para el despliegue para comenzar a operar en los lugares de destino, ya sea el este de Europa u Oriente Próximo.

El mando de la punta de lanza lo ejercerán con carácter rotatorio los cuarteles generales de alta disponibilidad de la estructura de fuerzas de la Alianza. Tras España, en 2017 le llegará el turno a Reino Unido, razón por la cual los militares británicos ya se están entrenando con los españoles, para estar preparados ante el reto que asumirán el 1 de enero del año que viene.

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