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sábado, 20 abril 2024
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Colaborador de Aguirre pide que, tras las primarias, el ganador de un congreso del PP integre al perdedor

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Henríquez de Luna plantea el debate sobre acumulación de cargos y hacer una reforma electoral para elegir directamente a algunos representantes.

El portavoz adjunto del Grupo Municipal del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna, volverá a llevar su propuesta de primarias al congreso del PP, si bien defiende que tanto en la primera vuelta como en la segunda sean todos los militantes del partido los que elijan al líder del partido. Además, propone que haya primarias también para la elección de candidatos en municipios con más de 20.000 habitantes y que los ganadores en los congresos abiertos deban integrar en la nueva dirección a los candidaturas perdedoras, para dar voz a todas las sensibilidades del partido.

Así se recoge en el paquete de enmiendas a la ponencia Política y de Estatutos que ha registrado Henríquez de Luna, estrecho colaborador de Esperanza Aguirre, que se debatirán en el XVIII Congreso Nacional que la formación celebra en Madrid entre el 10 y el 12 de febrero.

El concejal del PP defiende que la elección del presidente nacional y de los presidentes autonómicos, provinciales, insulares y locales del PP se lleve a cabo por «sufragio universal libre, igual, directo y secreto de todos los militantes mediante un sistema de voto mayoritario a una vuelta, o a doble vuelta en el caso de que se presenten tres o más candidaturas».

Para ser candidato a la presidencia nacional será necesario presentar el aval de, al menos el 1% de los militantes al corriente de pago con un máximo de 1.000 (en este momento en los Estatutos del PP solo se exigen 100 avales). En el caso de los candidatos regionales, plantea un aval de al menos el 1% de los militantes con un máximo de 200, según su enmienda.

INTEGRAR A LOS PERDEDORES

El presidente del distrito de Salamanca propone que las listas perdedoras que obtengan al menos un 10% de los votos en la primera vuelta, tengan derecho a estar representadas en los comités ejecutivos nacional y regional.

A su entender, de esta forma se daría voz a todas las sensibilidades del partido en el órgano de dirección, mejorando la calidad democrática y potenciando la unidad. «La democracia interna no se puede convertir en una excusa para laminar a los compañeros del partido, llevando a guerras fraticidas que provocan tensiones innecesarias y favorecen actitudes sectarias», sostiene.

En este sentido, en su enmienda plantea que, a nivel nacional, el Comité Ejecutivo pase de 35 a 45 miembros, de los cuáles 25 formarían parte de la candidatura ganadora, 10 serían elegidos por los compromisarios que participen en el congreso y otros 10 se repartirían de forma proporcional entre las candidaturas perdedoras que hubieran obtenido al menos un 10% de votos en la primera vuelta.

En el caso de los congresos regionales, Henríquez de Luna propone que un Comité Ejecutivo regional como el de Madrid, compuesto en la actualidad por 22 miembros, pase a tener 30 cargos, de los cuáles 20 serán la lista ganadora del congreso, cinco serían elegidos por los compromisarios y otros cinco se repartirían de forma proporcional entre las candidaturas que hayan obtenido al menos un 10% de los votos emitidos en primera vuelta.

Igualmente, el edil madrileño aboga por que el sistema de primarias internas se imponga también para la elección de candidatos electorales en municipios de más de 20.000 habitantes. Este proceso, añade, sería «obligatorio» en aquellos municipios en los que el PP no gobierne.

SEPARACIÓN ENTRE PARTIDO Y GOBIERNO, «UN CLAMOR»

En sus enmiendas, Henríquez de Luna abre una «reflexión» sobre la separación entre partido y gobierno, dejando claro que él no va «contra nadie» –en medio del debate abierto por la acumulación de cargos de María Dolores de Cospedal– pero cree que si una persona es consejero o ministro debe dedicarse «a eso porque si no las labores del partido se resienten». «La separación de poderes es un clamor de la calle y tenemos que caminar en ese sentido», opina.

En concreto, reclama que los Estatutos recojan en su articulado: «Defendemos la división de poderes como garantía de los equilibrios y contrapesos de la democracia española, así como un PP que avance de forma gradual hacia la separación de las funciones de Gobierno y de partido, que limite la acumulación de cargos y la duración de los mandatos en las responsabilidades de gobierno».

También quiere que esa idea se recoja en el preámbulo, dejando claro que «muchos de los casos de corrupción» en el PP estos años, que «avergüenzan a todos», son «consecuencia directa de la falta de pesos y contrapesos y de la concentración del poder político e institucional en una misma persona».

Aunque cree que hay que ir a ese modelo que tienda a separar ambas funciones –en el que ve un ejemplo al PNV–, admite que en la presidencia del partido puede haber esa unidad, «en aras de esa necesaria coordinación». Sin embargo, considera que las responsabilidades del partido si pueden ser plenamente compatibles con la función representativa parlamentaria.

ELECCIÓN DIRECTA DE ALGUNOS DIPUTADOS Y CONCEJALES

Igualmente, apuesta por una reforma electoral que personalice la política y permita la elección directa de algunos representantes. En este sentido, defiende que el PP impulse una reforma electoral para acercar a representantes y representados, permitiendo que «una parte de los diputados y los concejales de las grandes ciudades puedan ser elegidos directamente por los ciudadanos, sin menoscabo del proncipio de proporcionalidad».

Henríquez de Luna argumenta que el «intervencionismo absorbente de los partidos político ha tenido como resultado un aumento innegable de la distancia entre los ciudadanos y sus representantes políticos», algo que, a su juicio, ha propiciado la aparición de formaciones de nuevo cuño como Podemos.

Considera que esa reforma electoral serviría para «frenar el populismo y las propuestas demagógicas» en favor de una «democracia directa y asamblearia». En su opinión, el PP necesita liderar reformas políticas que «vuelvan a ilusionar a todos aquellos ciudadanos que les importan las instituciones y la calidad del sistema democrático», algo a lo que contribuiría tener representantes directamente elegidos por los ciudadanos en distritos electorales.

RECHAZA CONGRESOS ASAMBLEARIOS SOLO EN BALEARES Y CANARIAS

Henríquez de Luna pide suprimir la disposición adicional quinta de la ponencia de Estatutos, que permite solo a Canarias y Baleares celebrar congresos regionales con «carácter de asamblearios previa autorización del Comité Ejecutivo».

En su justificación, dice que es «contradictorio» con el objetivo de abrir y hacer más democrático el partido con que se aplique esta «excepcionalidad» y se limite solo a esas dos autonomías los congresos asamblearios. «Los Comités Ejecutivos han de mantener invariable su competencia de autorizar la celebración de congresos asamblearios en el ámbito de las organizaciones territoriales que le sean subordinadas».

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