El PSOE se ve en «un triple empate» con PP y Ciudadanos por la primera plaza como fuerza política más votada tras conocer la encuesta de abril del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), pero ha remarcado que este Barómetro no refleja el coste que a su juicio supondrá para el partido naranja seguir apoyando al PP en la Comunidad de Madrid tras la dimisión de Cristina Cifuentes.
En rueda de prensa en el Congreso de los Diputados, el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha hecho una primera valoración de los datos del CIS, que reflejan una bajada de 1,1 puntos para los socialistas con respecto al sondeo anterior de enero.
Ábalos ha restado importancia a este descenso que relega a los socialistas a la tercera plaza, con un 22 por ciento en estimación de voto, por detrás de PP y Ciudadanos, frente al 23,1 por ciento que le daba la encuesta de enero.
MARGEN DE ERROR ES MAYOR QUE LA DISTANCIA
Según ha puesto de relieve, la diferencia que hay entre las tres fuerzas no supera los dos puntos, que es exactamente el margen de error que presenta la encuesta. Por eso el PSOE insiste en subrayar que el CIS arroja un triple empate entre estas tres fuerzas, al considerar que una diferencia inferior a los 3 puntos no permite hablar de un distanciamiento real entre un partido y otro.
Lo cierto es que el PSOE baja también 2,4 puntos en intención de voto directa, y prácticamente lo mismo (2,5 puntos) en intención de voto más simpatía. Cae a su vez la valoración del líder socialista, Pedro Sánchez, de un 3,68 en enero a un 3,35 en abril, y eso que la polémica en torno al máster de la presidenta madrileña le permitió tener una mayor proyección pública.
Las entrevistas personales a partir de las que se elabora la encuesta se hicieron entre el 1 y el 10 de abril pasado, lo que incluye la presentación de la moción de censura socialista contra Cifuentes, que fue el día 5, pero antes de que Ciudadanos amagase con apoyarla, de que finalmente dimitiese Cifuentes y de que Rajoy la sustituyera por otro candidato del PP, Angel Garrido.
Ábalos considera que si el PSOE no rentabiliza más el escándalo Cifuentes es precisamente porque las entrevistas se efectúan antes de que Ciudadanos se niegue a echar al PP del Gobierno de la Comunidad de Madrid y se conforme con la sustitución de Cifuentes por Garrido.
Por este motivo se ha mostrado confiado en que el siguiente CIS pase factura a Ciudadanos por haberse alineado con el PP, ya que confía en que la ciudadanía opte «por la decencia».
Y es que en la dirección del PSOE esperan que el rechazo de los de Albert Rivera a permitir un cambio en la Comunidad de Madrid les penalice y se les marque como un estigma, como en su día la oposición de Podemos a hacer presidente a Pedro Sánchez, lo que propició un segundo Gobierno de Mariano Rajoy.
LA IZQUIERDA, DESMOVILIZADA SIN ELECCIONES A LA VISTA
Lejos de mostrar desilusión, Ábalos ha asegurado que el PSOE está «en posición de ganar» las próximas generales, sólo que en la actualidad la izquierda no está movilizada porque no hay un escenario electoral inminente.
A su juicio, el bloque de la derecha sí que está movilizado como consecuencia de la pugna entre PP y Ciudadanos por la hegemonía de este espacio ideológico.
Una vez que se resuelva esta pugna, vaticinan los socialistas, el PSOE se mostrará como la «única alternativa» al Gobierno del PP, una batalla en la que asumen que tendrán que competir con Ciudadanos por el espacio del centro, pero partiendo de una posición consolidada como principal fuerza de la izquierda, dado que ven a Podemos incapacitado para poder disputar ese espacio del centro.
La dirección del PSOE tampoco da muestras de ansiedad por los sondeos del CIS, al estimar que falta un año para la próxima gran cita electoral, los comicios municipales y autonómicos de 2019, lo que consideran «una eternidad».
Basa este análisis en la tendencia registrada desde abril del año pasado, antes de las primarias que devolvieron a Pedro Sánchez al liderazgo del partido, y cuando el CIS le daba una estimación de voto del 19,9 por ciento, mientras que en la actualidad se sitúan en el 22%, una señal de que van ganando «estabilidad», en palabras de Ábalos, frente a un PP «en caída libre» y un espacio de la derecha «fraccionado».