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jueves, 28 marzo 2024
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Los familiares de los yihadistas de Barcelona culpan al imán de Ripoll de los atentados del 17 de agosto

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Destacan la radicalidad de los sermones del Abdelbaki Es Satty, que decía que «se tenía que matar a los infieles sin pedir nada a cambio».

Los familiares más cercanos a los presuntos terroristas que atentaron en La Rambla de Barcelona y en el paseo marítimo de Cambrils (Tarragona) el día 17 y la madrugada del 18 de agosto del año pasado culparon al imán Abdelbaki Es Satty, considerado líder de la célula yihadista, de llevarles a cometer el atentado que dejó 16 víctimas mortales y centenares de heridos.

«Toda la culpa era suya», dijo la hermana de Driss –en prisión provisional y a cuyo nombre se encuentra la furgoneta que se usó en el atropello en el centro turístico de Barcelona– y de Moussa Oukabir –abatido en Cambrils– un día después de los atropellos masivos cuando fue preguntada por los Mossos d’Esquadra sobre Es Satty.

Explicó que éste le había dado clase a Moussa Oukabir y a sus amigos Omar y Mohamed Hichamy –también muertos en la localidad tarraconense–, según consta en las actas de las declaraciones que obran en el sumario de la causa, al que ha tenido acceso Europa Press.

Los sermones del imán eran «radicales», ya que hablaba «abiertamente» sobre la yihad como la «lucha armada», que «se tenía que matar a los infieles y que la yihad se debía hacer sin pedir nada a cambio», apuntó otra de las hemanas Oukabir. La radicalidad de las palabras de Es Satty también fueron destacadas en la declaración de la pareja sentimenal de Salh el Karib, uno de los investigados en libertad.

CAMBIO EN EL MODO DE VESTIR Y EN EL TRATO CON MUJERES

Los Mossos tras escuchar a los padres, hermanos y parejas de los investigados concluyeron en un informe entregado el pasado mes febrero al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu que en el último año, sobre todo en los meses del verano de 2017, coincidiendo con el Ramadán, algunos familiares percibieron un «cierto cambio» en la actitud de los presuntos yihadistas en cuanto al «modo de vestir, su trato hacia las mujeres y sus hábitos en su tiempo de ocio».

Además, consideran que «formaban un grupo endogámico, compuesto únicamente por los miembros de la célula investigada», influenciados por el imán de Ripoll y que la mezquita en la que se encontraba Es Satty –y a la que iban a rezar– era su lugar de referencia.

Según consta en las actas de las declaraciones del «entorno familiar» de los autores de los atentados, la novia de Driss Oukabir señaló que había notado a su cuñado, Moussa Oukabir, más «triste y con ojeras» desde hacía tres meses. De hecho, la familia de ambos presuntos terroristas contaron que Driss no era tan religioso como su hermano y que éste acudía mucho a la mezquita con sus amigos, los hermanos Hiychamy, «quedándose los últimos, sin saber qué hacían allí».

Además, los allegados a la célula terrorista se percataron de la radicalización de alguno de ellos, pues ya no decían palabras malsonantes y vieron como cambiaron su forma de relacionarse con mujeres. Así ocurrió con Youssef Aalla –fallecido tras la explosión de la casa de Alcanar–, según destacaron algunos de los familiares de los Oukabir o de Mohamed Houli Chemlal –herido tras saltar por los aires dicha vivienda–, que apuntaron que fue el primero en caer en las manos del imán Abdelbaki Es Satty. Se convirtió en una «persona fría, que dejó de saludarla y que no miraba a las mujeres», concretó una de las hermanas de los Oukabir.

«IBA A HACER ALGO MUY GRAVE»

Según otros dos familiares de Oukabir, que conocían a Said Aalla, recordaron que la madre de este último estaba preocupada porque sospechaba de que Youssef Aalla «iba a hacer algo muy grave». También contaron como se despidieron alguno de los terroristas de ellos, como Said, quien el mismo día de los atentados, tras recibir una llamada telefónica, le dijo a su hermano de unos siete años que «no se verían más».

Precisamente, Said Aalla –abatido también en Cambrils– unos días antes de los atentados le pidió a un primo de Driss y de Moussa Oukabir su móvil para jugar alegando que «de aquí a poco» ya no iba a estar y le iba a «echar de menos». No obstante, el resto de los miembros de la célula yihadista se marcharon de casa sin una despedida especial, según relataron los familiares ante los Mossos.

Excusándose a la hora de la comida del día del atentado se marchó El Houssaine Abouyyaqoub –fallecido en Cambrils y hermano de Younnes, conductor de la furgoneta por La Rambla de Barcelona–, que dijo que un amigo suyo estaba en el hospital. Mohamed Houli Chemlal evitó ir de vacaciones con su familia al dar a entender a su padre que había encontrado un nuevo trabajo.

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